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Blancos comprarían apero de Aparicio

Subasta. Nadie ofertó por la montura, rebenque, estribos y fusta del caudillo nacionalista

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RAÚL MERNIES

Entre gritos, lágrimas y algarabía, los fanáticos de Aparicio Saravia festejaron cuando el rematador golpeó el martillo y cerró la subasta, sin interesados. Más atrás, y molestos, los descendientes del caudillo negociaban con el Partido Nacional.

Para muchos fueron los dos minutos y medio más largos del año. El pequeño martillo de Nicolás Daleira, el rematador encargado de subastar los bienes de Aparicio Saravia, subía y bajaba despacio, mientras las miradas buscaban una mano que se alzara.

"Sigo insistiendo porque hubo interesados que se contactaron... Trescientos veinte mil dólares, tres veinte, tres veinte... es la base señores".

Ante cada reiteración del martillero, que no podía esconder los nervios en medio del silencio, las manos de las tres mujeres envueltas en la bandera uruguaya que miraban en primera fila se apretaban cada vez más.

Una de ellas, incluso, rompió en llanto mientras Daleira leía la orden judicial de remate y detallaba las condiciones.

Más de 120 personas en absoluto silencio y todas las miradas (además de media docena de cámaras de televisión), puestas en Luis Alberto Heber y Pablo Abdala, que tampoco disimularon su preocupación.

Heber, el más inquieto de los nacionalistas presentes, intentó interceder hasta último momento. Cruzó la sala diez minutos antes de la subasta del apero y se encerró con Daleira. "Intenté detener el remate pero no hubo caso; lo van a vender sea como sea", dijo, y se resignó entre el público.

Antes de que la subasta comenzara, el directorio del Partido Nacional se reunió con los jerarcas del Banco República (BROU), para intentar que la institución participara en la puja y adquiriera las piezas para exponerlas en el Museo del Gaucho y la Moneda. Nadie del banco se hizo presente a la hora del remate.

"¡Viva los blancos y viva Aparicio, carajo!", gritó uno de los acompañantes del presidente del Directorio del Partido Nacional. El salón explotó en aplausos y la mayoría de los presentes esbozaron sonrisas de alivio.

"¡Ganamos, mamá! No lo compró nadie, ganamos", decía una jovencita que con lágrimas en los ojos hablaba por su teléfono móvil.

Gumersindo Saravia, uno de los seis bisnietos del general que ha tenido más exposición, salió del local con una mueca en la cara. "Y bueno, veremos cómo hacemos. Los blancos me dijeron que ellos lo quieren, así que hay que negociar", dijo a El País el "heredero" de Aparicio.

Mientras los rematadores pedían orden en la sala -que quedó prácticamente vacía- para continuar la subasta, Abdala y Heber se turnaban para saludar con abrazo y beso a los militantes que festejaban.

"Tuvimos suerte y ganamos tiempo. Ahora no hay que perder el tiempo. Tenemos que asegurarnos que este patrimonio nacional quede en el país y esté a disposición de todos los uruguayos", dijo Abdala.

Mientras unos festejaban y se abrazaban, los bisnietos de Aparicio Saravia se lamentaban y ya pensaban en un "plan B" que les permita vender el apero y así pagar la deuda de más de US$ 30.000 que mantienen con su abogado.

"Ya estamos reunidos, dale. ¿Cuánto pueden pagar? Mirá que no hay tiempo, la justicia nos está apretando", le dijo Gumersindo en la vereda de la calle Misiones a uno de los secretarios de Heber. "Tienen que darnos unos días para ver si convencemos al BROU; si no lo compramos nosotros", respondió el nacionalista.

Además, Pablo Abdala afirmó que "el prosecretario de la presidencia, Diego Cánepa, me aseguró que hay voluntad de parte del gobierno para evaluar la adquisición", de la montura, los estribos, la fusta y el rebenque del caudillo.

El Partido Nacional seguirá adelante con las gestiones ante el banco durante cuatro días y si definitivamente la entidad no interviene "el partido lo compraría, aunque por una suma mucho menor a la de la base, ya que por ese monto no hubo ofertas", afirmó Luis Alberto Heber.

La cuenta en Abitab sigue abierta y diferentes agrupaciones blancas difunden la premisa por las redes sociales. La "Agrupación Compañeros", incluso, propuso que se compre el apero a crédito y que se le pague a los descendientes (además de una seña que les permita saldar su deuda), con el 10% de lo recaudado por concepto de "ingresos futuros por votos en elecciones".

Sin soluciones, las históricas piezas completaron ayer su segundo intento fallido de venta, En 2004 un brasileño ofertó US$ 600.000, pero desistió cuando le informaron que no podía sacar las piezas del país. Ahora el Partido Nacional pretende que no se les escapen de las manos.

Más remate criollo

El apero del caudillo Blanco Aparicio Saravia fue el lote 100 de un extenso remate de platería criolla que además incluía otros bienes vinculados a la historio, como fotos y hasta un cuadro de Leandro Gómez similar al del Cabildo.

En el local de Bavastro había más gente de la que habitualmente participa de las subastas, aunque la mayoría fueron curiosos.

Desde las primeras bombillas, rematadas en US$ 60, hasta los últimos cuchillos, entre los que hubo algunos que superaron los US$ 1.500, cada pieza tuvo importantes pujas.

La colección de mates emboquillados con incrustaciones de plata y oro fue uno de los principales atractivos para el público, que llegó a pagar US$ 300 por uno "tipo galleta", con el escudo nacional pintado de un lado.

Un cuchillo verijero con mango de guampa por US$ 700, boleadoras y cencerros fueron "teloneros" del remate central.

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