Publicidad

Muerte de niño saca a luz crímenes de policías

Río de Janeiro. Juan Moraes salió de su casa y apareció muerto tres días después

Compartir esta noticia
 20110730 609x600

RÍO DE JANEIRO | AP

La muerte de un niño de 11 años conmocionó a Brasil, incluso en una ciudad en donde los tiros son moneda corriente. El asesinato de Juan Moraes puso sobre la mesa el accionar policial, que tiene un promedio de 3,5 asesinados diarios.

La última vez que la madre de Juan Moraes lo vio vivo, le pidió al pequeño de 11 años y a su hermano que fueran a hacer un mandado juntos. De regreso, ambos se toparon con un tiroteo de la Policía y fue cuando todo sucedió.

El mayor, Wesley, de 14 años, fue alcanzado por una bala en un hombro y una pierna, pero sobrevivió. Vio caer a su hermano Juan, sangrando, y se alejó arrastrándose en busca de ayuda. Cuando regresó, Juan había desaparecido.

Una testigo afirma que la Policía es responsable del crimen y que incluso vio cuando ocultaban el cadáver.

Un joven de 19 años también fue herido durante estos sucesos y un narcotraficante, abatido por las autoridades.

Los investigadores no acudieron al lugar del incidente hasta una semana después. Para entonces, la única pista de Juan era una sandalia ensangrentada que el menor habría tomado prestada de su madre. Su cadáver apareció tres días después, arrojado a un río cerca de una comisaría policial, a 18 kilómetros de donde había sido baleado.

Conmoción. Incluso en una ciudad donde los tiroteos son parte de la rutina, la historia de Juan conmocionó a la población.

Durante su desaparición, muchos voluntarios colocaron carteles preguntando "¿Dónde está Juan?", con una foto del muchacho: camisa a rayas, mejillas redondas y grandes ojos pardos. Ahora piden justicia y las autoridades han prometido realizar algunos cambios.

Incluso, se investigan grabaciones que vecinos del lugar realizaron durante los hechos, en donde se muestra a algunas personas recogiendo cartuchos del suelo y registran manchas de sangre en las paredes.

Seguridad. La ciudad brasileña que organizará los Juegos Olímpicos de 2016 tiene una de las Policías más letales del mundo y las gestiones para controlarla han producido hasta ahora sólo modestos resultados palpables.

En los últimos cinco años, los agentes de Río de Janeiro han matado un promedio de 3,5 personas por día, según estadísticas policiales.

Hace una década, incluso, los mandos daban bonificaciones en metálico a los agentes que mataran a los sospechosos durante un tiroteo.

Desde el 2008, un nuevo programa de "pacificación" ha creado puestos permanentes en algunos barrios humildes y fomentado la labor policial orientada al servicio de la comunidad. El porcentaje de muertos ha descendido, a pesar de que este caso haga pensar lo contrario.

En el estado de Río, los homicidios policiales bajaron de 1.330 en 2007 a 854 en 2010. En comparación, en todo Estados Unidos, con una población 20 veces mayor que la del estado de Río, la Policía mató a 406 personas en el 2009. El caso de Juan Moraes ilustró la persistente gravedad de este problema.

"Según nuestra investigación, Juan murió de un disparo en el cuello, y fue muerto por policías", dijo Ricardo Barbosa, jefe de la división de Homicidios del departamento de la Policía regional, en una conferencia de prensa brindada esta semana.

Autores. Los cuatro agentes sospechosos en la muerte de Juan tienen en total 37 homicidios en acto de servicio, según los registros policiales. Todas las muertes ocurrieron en la periferia norteña de Río de Janeiro, donde vive actualmente la familia de Juan Moraes.

Según los investigadores, la bala que mató a Juan procedió del fusil automático del agente Edilberto do Nascimento, de 43 años, que ya tenía 13 de los así llamados homicidios de resistencia. Esa categoría está reservada exclusivamente a los casos de sospechosos muertos por agentes, aunque se puede sospechar del abuso de la definición.

Cuando se registró el hecho, los actos fueron catalogados como "de resistencia", pero nunca se mencionó a la muerte de este joven. Además, las pruebas indican que no hubo confrontación con delincuentes ese día, sino que solamente la Policía efectuó disparos.

En 2008 Nascimento fue acusado de asesinato en lo que sería su homicidio número 14, pero sigue de servicio. Es investigado en otro caso de homicidio y por tomar bienes robados.

En el caso de Moraes, el estado público que tomó la situación provocó que la justicia actuara con celeridad. Los cuatro sospechosos del asesinato fueron enviados primero al Hospital Central de la Policía Militar para analizar los cuerpos del delito y luego a prisión preventiva a solicitud del Ministerio Público. Fueron trasladados a la unidad en donde permanecen.

Isaías Souza do Carmo, Ubirani Soares, Rubens da Silva y el propio do Nascimento están acusados de homicidios dolosos calificados -por la muerte del joven y la del narcotraficante- y dos tentativas de homicidio -la del hermano de Wesley y la del joven de 19 años también herido ese mismo día-.

Además, se realizó una reconstrucción de los hechos que tuvo unas quince horas de duración y que contó con la presencia de los cuatro detenidos y otros policías que participaron ese día en la operación.

El hermano de Juan Moraes, Wesley, no participó del operativo, aunque había sido convocado, pero el joven también herido sí lo hizo, con muletas y encapuchado por su seguridad.

Los dos jóvenes se encuentran ahora en el Programa de Protección a Testigos por las posibles implicancias que tiene un caso en donde la Policía está involucrada. Por esa misma razón, el día de la reconstrucción el lugar se vio fuertemente custodiado por oficiales de las fuerzas.

"No hay investigaciones, ni seguimiento. Existe una cultura de impunidad que termina en casos como el de Juan", dijo Marcelo Freixo, director de la Comisión de Derechos Humanos de la legislatura. "Hay zonas de Río en las que el estado tiene mayor interés, donde hay inversiones de capital privado, y las cosas están cambiando allí. Empero, en otras zonas, la policía no ha cambiado", afirmó.

La cifra

3,5 Este, en promedio, es la cantidad de asesinatos por día que cometió la Policía de Río de Janeiro en los últimos cinco años.

Balacera termina con vecino herido

Río de Janeiro | Un operativo policial en la madrugada del pasado jueves dejó al menos ocho presuntos narcotraficantes muertos y un vecino herido en una favela en la zona norte de Río de Janeiro, informó la Policía Militar a la prensa.

Hombres del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la policía militar ingresaron a la favela de Engenho, en el barrio de Engenho da Rainha, para tratar de capturar a presuntos traficantes que habían escapado el miércoles de un barrio próximo ocupado por fuerzas policiales.

El teniente coronel Alexandre Fontenelle, del BOPE, dijo a la prensa que los agentes fueron recibidos a balazos. En tiroteos que se extendieron por varias horas durante la noche, un vecino resultó herido cuando llegaba a su casa. AFP

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad