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El gobierno comenzará a aplicar planes de eficiencia energética en 15 edificios públicos para predicar con el ejemplo y contagiar a los privados para reducir el alza de la demanda a futuro, en un contexto de altos costos de producción de la energía.

Un petróleo por encima de los pronósticos y un nivel de lluvias por debajo de lo normal motivaron el inicio de otro año difícil para UTE para afrontar los costos de la demanda interna. En apenas tres meses, el ente ya destinó el 47% de su presupuesto para atender el consumo de todo el año. Con este contexto las políticas de eficiencia energética adquieren más relevancia y por eso el Estado intentará predicar con el ejemplo para introducir un uso más "racional y eficiente" de la electricidad en 15 edificios donde invertirá US$ 2 millones para obtener un ahorro anual de US$ 560.000.

"Con estas medidas pretendemos introducir un cambio cultural en el Estado que sirva como espejo para el sector privado", dijo ayer a El País el director Nacional de Energía, Ramón Méndez.

El funcionario explicó que los trabajos de auditoría arrojaron que con una pequeña inversión cada oficina pública puede recuperar ese monto de dinero en un período muy corto de tiempo. "Estos planes están pensados a mediano y largo plazo. De hecho, un estudio que tiene la dirección arrojó que para el 2030 el potencial de ahorro de Uruguay si aplica todos los planes de eficiencia que están en carpeta y en ejecución alcanzaría los US$ 9.500 millones", recordó Méndez.

Asimismo, el jerarca explicó que estos cambios en los padrones de consumo hacen que el incremento de la demanda a futuro sea menor porque la electricidad será utilizada de forma más eficiente.

Por otro lado, UTE anunciará hoy la presentación de un plan sobre el abatimiento de consumos irregulares de energía eléctrica en zonas de vulnerabilidad socioeconómica para reducir las pérdidas no técnicas (Ver aparte).

El director de UTE, José Garchitorena, adelantó ayer a El País que se anunciarán un par de medidas que apuntarán específicamente a atender los programas sociales que impulsa el ente y a ofrecer posibilidades de pago a personas que "no pueden o no tienen una cultura" para regularizar su situación. "Acá también estamos apuntando a la eficiencia energética porque hay casos donde se hace un uso poco racional de la electricidad", explicó.

Plan oficial. En el entendido que la eficiencia energética es uno de los cuatro ejes de la política energética definida por consenso entre todos los partidos políticos, el gobierno procura elevar la racionalidad del consumo del Estado. "Esto apunta a una actitud de vida, independientemente de los problemas coyunturales que tengamos con el abastecimiento de la demanda", dijo el ministro de Industria, Roberto Kreimerman a Presidencia.

Una de las líneas de la política de eficiencia energética comenzó con un compromiso de gestión de todos los organismos del Estado a mediados del año pasado con la designación de responsables para esta área de trabajo. Ahora, el proceso está en la segunda etapa tras culminar un proceso de auditoría que se realizó en 15 edificios, entre ellos la DGI, Ancap, Facultad de Ingeniería, Complejo Ituizangó, Centro Departamental de Artigas, entre otros.

La auditoría se aplicó sobre tres temas: la iluminación y el equipamiento de los edificios, el acondicionamiento térmico y la generación de vapor. Para ello, contrataron a tres consultorías privadas. En el total de los edificios auditados se constató un potencial de ahorro de US$ 560.000 anuales para los que se requiere una inversión de US$ 2 millones. "Hay un ahorro interesante sin estar en una situación catastrófica", señaló Kreimerman. Entre las medidas sugeridas por las consultoras se destacan la sustitución de lámparas, monitores, estufas, computadoras, instalación de sistemas de calentamiento solar, mejorar la eficiencia de las calderas a vapor, la introducir aislamientos en los edificios y en algunos hasta la posibilidad de cogeneración de electricidad con biomasa.

En 2010 UTE perdió US$ 114 millones por estafa y hurto de energía. El porcentaje de pérdidas de energía (técnicas y no técnicas) en 2010 llegó al 16,6% de la electricidad generada, unos US$ 249 millones. Por cada punto porcentual que el ente energético no factura pierde unos US$ 15 millones. No obstante, las pérdidas no técnicas, por hurto y estafa -como adulteración de medidores- explicaron 7,6 puntos porcentuales del 16,6% de pérdidas, lo que significó un perjuicio económico en 2010 de unos US$ 114 millones. Por su parte, hay cinco puntos porcentuales que pierde UTE por robo y estafa de electricidad (unos US$ 75 millones) que está focalizado en hogares de bajos recursos que viven en asentamientos de Montevideo y la zona metropolitana básicamente, donde se está trabajando con el Mides para intentar regularizar su situación. También procuran reeditar la campaña de la autodenuncia que se implementó con éxito el año pasado.