SANÁ | La fiebre también llegó a Turquía y Yemen. En este último país, miles se manifestaron para reclamar la salida del presidente Alí Abdalá Saleh, en el poder desde hace 32 años. La oposición parlamentaria, que intenta capitalizar el "efecto Túnez" ante las elecciones del próximo abril, convocó cuatro manifestaciones en otros tantos puntos de la capital yemení con el fin de dividir a las fuerzas policiales. Desde el derrocamiento del tunecino Zine el Abidine Ben Alí, estudiantes y activistas protagonizaron varias protestas en diversas ciudades del país, pero la de ayer fue la más concurrida y la que más directamente ha cuestionado a Saleh, algo que hasta ahora pocos se atrevían a hacer en público.
"Sólo aceptaremos que se vaya el presidente", declaró el diputado independiente Ahmed Hashid, constató la agencia Reuters. Hubo un importante despliegue policial y no hubo incidentes significativos.
En Turquía, en tanto, cientos de manifestantes también marcharon contra el gobierno islamista-conservador en las ciudades de Ankara y Estambul.
Pero la protesta de Ankara duró poco, ya que fueron dispersados por un dispositivo de la policía antimotines que consistió en la utilización de granadas lacrimógenas y cañones de agua.
Los estudiantes respondieron con pedradas y varios quedaron detenidos.
Las dos manifestaciones eran en rechazo al primer ministro Recep Tayyip Erdogan, al que acusan de omitir el diálogo con el mundo estudiantil.
AFP Y EL PAÍS DE MADRID