Publicidad

No faltan camas, pero cti desbordan

Las explicaciones de una crisis. La denuncia de las emergencias móviles de que pacientes mueren aguardando lugar en hospitales movilizó al sistema de salud Un censo da las claves del problema

Compartir esta noticia
 20110724 792x792

PAULA BARQUET

Hay cerca de 630 camas de CTI en el país. Aunque los estándares internacionales indican que la cifra sería suficiente, cuando las infecciones respiratorias se disparan, el sistema falla por una desigual distribución: solo el 25% de los CTI son públicos.

En lo que va del año fallecieron al menos tres pacientes graves aguardando ingresar en un hospital de Montevideo. Pero la demora ocurre en otros departamentos. Hace unos días en Cerro Largo, una mujer con traumatismo de cráneo debió esperar 36 horas para acceder a una cama de cuidados intensivos. Según la coordinadora de CTI, no había ninguna cama disponible en ningún lugar del país.

La reacción del Ministerio de Salud Pública (MSP) fue inmediata: mandó contar cuántas camas hay para saber si la carencia es la causa del problema.

Sin embargo, ya hay cifras disponibles. Según datos de la Comisión Honoraria Asesora en Medicina Intensiva -que, entre otros, integra el MSP-, en 2009 había 626 camas de CTI y la situación no varió sustancialmente desde entonces.

El criterio internacional establece que se necesita una cama de medicina intensiva cada 10.000 personas. En Uruguay ese indicador asciende a 1,8. Montevideo lo supera (3,5) y en el interior es casi aceptable (0,95).

En base a esas cifras es que el médico intensivista Gustavo Grecco afirmó a El País que "camas hay en cantidad y calidad adecuada". Grecco es vicepresidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) y dirigente del Sindicato Médico.

Otros especialistas discrepan. Carlos Cardoso, intensivista y dirigente de la Federación Médica del Interior (FEMI) cree necesario contar con 5% más de la dotación de camas, para poder responder cuando la demanda se dispara. Bernardo Pérez, director de los hospitales metropolitanos de ASSE, también entiende que debería aumentarse la capacidad de CTI.

En diálogo con El País, Cardoso consideró que si bien "la teoría indica que la cantidad es suficiente, es una verdad muy a medias, porque lo que marca eso es la realidad. Y la realidad muestra que hay algunos meses en los que hay dificultades".

Con 75% de las camas ocupadas, los especialistas ya hablan de "alerta roja". Porque ese 25% restante puede llegar a ocuparse en un día, y porque los tiempos de esterilización y mantenimiento de los equipos conspiran. Por ejemplo, lleva unas seis horas mantener un respirador que fue utilizado.

Todos los consultados coinciden en que en esta época, por el aumento de infecciones respiratorias típico del invierno, se trabaja "a cama caliente": sale un paciente y entra otro, prácticamente cambiando las sábanas nada más. Pero la saturación denunciada en estos días está vinculada, según Grecco, a una "distribución no igualitaria" de los CTI entre el sector público y el privado.

Los números hablan por sí mismos: mientras las mutualistas y cooperativas concentran el 75% de los CTI, ASSE y los otros efectores públicos cuentan con el 25% restante. Hay CTI públicos en Maldonado, Florida, Salto, Paysandú, Colonia, Tacuarembó y Montevideo. En algunos departamentos no hay CTI ni público ni privado.

Para subsanar la diferencia, ASSE licita entre las unidades privadas la contratación de servicios. Con las licitaciones, un orden: cuando no hay cama en un lugar, se recurre al siguiente.

Lo que señala Grecco es que cuando la demanda asistencial alcanza su pico máximo -como ahora-, los CTI privados absorben parte de los pacientes públicos, pero no todos. A su vez, por norma, las instituciones deben garantizar al menos una cama para sus usuarios, por lo que es esperable que en algunos momentos falte capacidad.

De acuerdo con cifras aportadas por Cardoso, ya fuera por complementación o por usuarios propios, las unidades privadas atendieron a 19.035 uruguayos entre 2009 y 2010. Las públicas, una cuarta parte: 5.821.

"El déficit es en el subsector público", afirmó Grecco. "No puede ser que el 50% de la población (usuarios de ASSE) acceda al 25% de las camas. El sistema precisa ajustes", concluyó.

OTROS FACTORES. Con todo, este es uno de esos problemas frente a los cuales de forma unánime los expertos afirman: "Es multifactorial".

El médico de FEMI, Cardoso, advirtió que cada año hay unos 800 usuarios de CTI más que el año anterior. En 2009 se asistió a 12.004 pacientes en unidades de medicina intensiva; en 2010 fueron 12.852.

"El ingreso en unidades de medicina intensiva se incrementa todos los años en forma natural", explicó Cardoso. "Hay más solicitud de cama, porque la medicina cambia y hace más cosas invasivas o trata más cosas importantes, que requieren cuidados críticos o que ponen a las personas en estado crítico".

Eso se agrava con el envejecimiento de la población uruguaya, coincidieron Cardoso y Pérez, el jerarca de ASSE.

Pérez consideró que las demoras registradas estos días se deben a "una sobrecarga de los servicios de emergencia, algo que sucede en todo el mundo". Según dijo, entre 15 y 25% de los pacientes que trasladan las emergencias a la puerta de los hospitales son de bajo riesgo y no deberían atenderse allí.

"Hay una cultura del consumo de salud, del `llame ya`. Eso viene incrementado desde la década de 1990, con la transformación mercantilista de la salud, a caballo de la competencia entre las emergencias móviles", destacó Pérez.

Según el médico hay un "agotamiento del modelo tradicional de los servicios ambulatorios, que tienen una muy lenta resolutividad". Pérez explicó que los usuarios recurren a las emergencias por evitar los consultorios, adonde tienen que ir varias veces y pagar tiques.

El jerarca mencionó otros factores, como la "epidemia de siniestralidad", tanto por los accidentes de tránsito como por la violencia ciudadana.

En tanto, Grecco aludió a ciertas fallas que "exceden a la medicina intensiva". Afirmó que "la atención en sala en Salud Pública es muy deficitaria" y eso lleva a que los intensivistas retengan pacientes que estarían prontos para cuidados intermedios, o que pacientes a los que se les dio el alta regresen al CTI. Esas son las carencias que, según el especialista, "se disimulan cuando la demanda vuelve a bajar".

Las cifras

1,8 camas de CTI cada 10.000 habitantes hay en Uruguay; el estándar internacional es 1.

38 pacientes de Salud Pública fueron recibidos en CTI privados el viernes.

Una desigual distribución de la salud

De acuerdo con el Primer Censo Nacional en Medicina Intensiva, en 2005 había 604 camas. La Comisión Honoraria Asesora en Medicina Intensiva actualizó el dato en 2009 y relevó un total de 626 camas, atribuyendo el incremento fundamentalmente a la apertura del CTI del Hospital Español. Según varios especialistas consultados, la situación habría variado poco desde entonces. Si se analiza la distribución en el país, Río Negro y Flores son los departamentos en peor situación, ya que no tienen CTI y sus habitantes necesariamente se deben trasladar. Otros departamentos con escasez de camas en relación con la cantidad de habitantes son Cerro Largo, San José, Canelones y Rocha. ASSE tiene CTI en Maldonado, Florida, Salto, Paysandú, Colonia, Tacuarembó y Montevideo. Bernardo Pérez, jerarca del organismo, adelantó que este año se abrirán en Rivera y Lavalleja.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad