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El resumen de toda una vida

| El 16 de este mes se editan tres discos y tres DVD que rescatan una pieza clave en la obra del músico

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THE NEW YORK TIMES | ANTHONY DEE CURTIS

A lo largo de casi cuatro décadas, Bruce Springsteen se ha convertido en una figura tan tranquilizadora que él mismo hizo notar alguna vez que se lo veía como una suerte de Santa Claus, con Nueva Jersey como equivalente del Polo Norte.

Por eso la idea de un Springsteen saltando sobre un escritorio y gritando obscenidades a un abogado que lo cuestionaba durante una audiencia en los tribunales, difícilmente se corresponda con esa imagen inspiradora. Pero en el verano de 1976 Springsteen, que menos de un año antes había estado en las tapas de Time y Newsweek con motivo del lanzamiento de su álbum Born to run, hoy un clásico, estaba desesperado por la idea de que su carrera había comenzado a descarrilarse. Él y su agente y productor se encontraban envueltos en una amarga demanda, su vida y su trabajo se balanceaban sobre el abismo.

Las rudas emociones de ese período tuvieron algo que ver con el persistente poderío de Darkness on the edge of town, el álbum que Springsteen lanzó en 1978, luego de que la demanda llegara a su final. Un `pack` con tres CD y tres DVD que saldrá el próximo 16 de noviembre cuenta cómo el álbum llegó a existir. La colección incluye un documental sobre su manufactura, dos CD con grabaciones inéditas que también pueden conseguirse por separado, DVD adicionales con material en vivo, y una versión remasterizada de la propia Darkness on the edge of town.

CONFLICTOS. El miedo y el júbilo que se entremezclan en todo ese material reflejan las contradicciones de una época, al igual que los extremos en que la obra de Springsteen se movía entonces.

"Esas eran nuestras especialidades", dice ahora con una carcajada cuando recuerda la época. Si el altamente romántico Born to run fue el grito final de la adolescencia de Springsteen, las diez canciones de Darkness marcaron su entrada en el conflictivo, comprometido, ambiguo mundo de la madurez. No fue una transición fácil, como lo demuestran las 21 canciones de The promise que Springsteen grabó mientras trabajaba en Darkness.

"Amo enormemente toda esa música", dice sobre la docena de canciones que grabó mientras buscaba su camino hacia la rigurosa Darkness. "Estaba dentro de mí, y debía sacarla de ahí. Me alegro de haberlo hecho".

En esa época, sin embargo, Springsteen estaba preocupado por haber sido tildado como un "revivalista" por su aprecio por todo tipo de géneros clásicos. "Pienso que pudo ser una desvalorización de mis capacidades", dice. Los críticos lo vieron como el salvador del rock `n` roll, pero él estaba decidido a explorar el futuro, no sólo a restaurar lo que la música había sido en el pasado.

"Lo único que me ponía nervioso era no poder desarrollar todo mi potencial", dice. "Eso me aterrorizaba. No creía ser el intérprete o cantante más dotado. Pero pensaba que había recibido una importante dosis de talento, y que si lo trabajaba debidamente todo eso podía convertirse en algo específicamente mío".

Springsteen, que tenía entonces veintipico, había comenzado recién a definir su visión con Born to run, y quería estar seguro de que su próximo paso significaría una extensión de su universo creativo. "Estaba persiguiendo mi propia voz, y aprendiendo a manejarme como adulto", dice. "En 1977, el techo para un músico de rock no eran los 70 años, como ocurre ahora. Eran los 33".

"Es más, estaba empezando a interesarme en música que lidiaba con las presiones del mundo adulto: el trabajo, conflictos familiares, fuerzas sociales que están a tu favor o en tu contra".

OPCIONES. Springsteen ciertamente apuntó muy alto en Darkness. Canciones como Factory y Racing in the street retratan las vidas de gente de clase trabajadora, gente con la que él pudo crecer en términos existenciales. La opción posible era un oscuro descenso en una tan mortal como exultante pero potencialmente destructiva búsqueda de sensaciones.

Era una visión del mundo que afloraba en los `70, un tiempo de gasoductos, horizontes económicos que se estrechaban, y lo que el presidente Jimmy Carter caracterizó como "una enfermedad nacional". El director Martin Scorsese y actores como Robert De Niro y Al Pacino (a quienes Springsteen se parece bastante en el retrato de portada de Darkness) describieron vidas obreras con fuerza y dignidad en sus películas.

Springsteen creó un álbum muy a tono con esas corrientes culturales, pero pagó un precio: dejar de lado muchas canciones. The promise, una favorita de sus fanáticos, quedó fuera del álbum, dice Springsteen, porque pensó que era demasiado autobiográfica, demasiado ligada a su problemas legales, y demasiado estrecha en su foco. "No escribo canciones sobre mis demandas", sostiene. Sin embargo, ahora ha sido restaurada.

Rescate: Canciones omitidas en la edición original llegan ahora a la luz pública.

Los comienzos de una perdurable colaboración

Jon Landau, agente de Bruce Springsteen y coproductor de Darkness on the edge of town, describe una de las críticas decisiones que el cantante debió hacer al seleccionar los temas para Darkness: "El álbum no tenía grandes éxitos". Las canciones que podían ser obviamente un éxito, como Fire o Because the night, Springsteen se las había dado a las Pointer Sisters y Patti Smith. "Bruce las sacó muy al principio del proyecto. No quería que oscurecieran lo que se proponía con el álbum".

Las versiones de Springsteen de esos temas están ahora en The promise, que tanto él como Landau perciben como una obra coherente y no una mera acumulación de grabaciones. "Organizamos, ordenamos y terminamos estas 21 canciones como un álbum", insiste Landau. "Es el álbum que debió aparecer durante esos tres años entre Born to run y Darkness``.

Con todo lo difíciles que fueron para Springsteen esos años que condujeron a Darkness on the edge of town, la historia tuvo un final feliz. Él y Landau solidificaron su relación de trabajo, y siguen colaborando hasta hoy. Con la demanda terminada hace ya largo tiempo, Springsteen se ha reconciliado también con su antiguo agente, Mike Appel, y son amigos de nuevo. Mucho del trabajo que Springsteen dedicó a expresar su visión en Darkness está saliendo ahora a la luz del día.

Y, lo que es más importante, Darkness on the edge of town está vista hoy como un clásico, la exploración de un universo que, tal como Springsteen deseaba, es específicamente suyo.

"Me moví de donde estaba entonces, y contemplé en ese mundo y en esas vidas, y solo comprendí tangencialmente lo que iba a ser mi vida a partir de ahí", dice Springsteen mientras el fuego de la estufa arde detrás de él. "Pero me dediqué a ello, y pensé que si trabajaba con la suficiente energía, y le dedicaba el tiempo que se merecían, podía contar bien esas historias. Y eso es lo que hice".

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