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En Montevideo los pájaros van por barrio

Conservación. La primera Guía de Aves de la ciudad registra más de 200 especies distintas

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SEBASTIÁN AUYANET

De las 450 especies de aves que habitan en Uruguay, casi la mitad se encuentran por Montevideo. La nueva Guía de Aves permite descubrir que en las zonas menos pensadas de la ciudad pueden aparecer desde flamencos hasta gavilanes.

Mitos del montevideano promedio y los pájaros de la ciudad según el ornitólogo Gabriel Rocha: todas las aves de la ciudad son palomas de un color u otro, salvo excepciones, todas las aves que nadan son patos y las aves de gran porte o exóticas no se encuentran en la planta urbana, sino en las afueras.

Según Rocha, autor de la Guía de Aves de Montevideo editada hace pocos días por Banda Oriental, los mitos se desactivan con rapidez. Dejar de llamar a todas las aves que nadan "patos" es una de ellas, cuestión que ha incidido también en el nombre de algún equipo de basquetbol local. "Hay una buena cantidad de especies de aves que nadan en esta ciudad, una de ellas son los biguá. Por eso causa un poco de gracia que al club que lleva el nombre de esa ave le digan `el pato`, porque un pato es otra cosa. Son cosas que van quedando en la gente", explica.

La Guía de Aves de Montevideo consigna unas 140 especies que se registran con asiduidad en la ciudad, además de otras 72 cuyos avistamientos resultan más raros. Se podría presuponer que dado el tamaño y cantidad de población de la ciudad no habilita a tanta diversidad.

Sin embargo, la cantidad de parques y áreas propicias para su asentamiento como la franja costera, el Parque Rodó o los Bañados de Carrasco, vuelven a Montevideo una de las capitales de la región con mayor cantidad de especies.

Como parte de ecosistemas, las variedades de aves locales juegan papeles clave no sólo en la personalidad de la ciudad -la que pueden definir las especies más típicas y asentadas como el hornero, el tero o la propia paloma doméstica- sino en la flora. Un caso típico que menciona Rocha es la importancia de aves como el picaflor en la polinización de las flores, en particular la flor nacional, el Ceibo.

La guía, que registra y actualiza sobre nuevas aves montevideanas, se ideó como una versión más práctica de su libro de tres tomos Aves del Uruguay. El país de los pájaros pintados que fue editado en 2005. "Aquellos libros son más para biblioteca, para consultar y estudiar en profundidad. Se necesitaba una guía más para llevar al parque o al campo. Algo que, además, quien quiera iniciarse en el avistaje de aves pueda utilizar y entender con facilidad", afirmó Rocha.

Los factores que determinan el "mapa" de especies que habitan en la capital están definidos por la cantidad de parques y la diversidad de flora que pueda haber en cada uno de ellos. "Los lagos y los árboles proveen áreas donde estas especies comen frutos o insectos y se instalan, todo este equilibrio ayuda a que más especies vengan de paso y se queden. El crecimiento de la diversidad en esta zona es muy dinámico", añadió.

Nuevos Habitantes. Una vez que el hábito de avistar está incorporado, se encuentran situaciones inusuales en la cotidianeidad e incluso el ruido de la ciudad que bien podrían asociarse a entornos de bosque o incluso a programas en canales como el Discovery Channel.

"En 8 de Octubre y Propios, por ejemplo, tenemos una pareja de gavilanes que hizo nido ahí desde hace un tiempo. Resulta muy gracioso ver cómo cuando levantan vuelo, todas las especies de pájaros y palomas que andan por allí salen disparadas sin saber para dónde ir. Sucede que el gavilán es un ave de porte bastante grande que se dedica a comer muchas de estas especies", cuenta el ornitólogo.

Los flamencos, muchas veces de paso en sus viajes de migración desde el desierto de Atacama hasta las lagunas de Rocha, pueden aparecer haciendo una parada de descanso, incluso en lugares contaminados de la bahía montevideana. También se cuentan entre las apariciones más extrañas los pingüinos magallanes o palomas antárticas, que llegan desde zonas antárticas hasta la Isla de las Gaviotas, frente a la playa Malvín.

Dentro de las aves más identificadas con el Uruguay, el trabajo también da cierta importancia -incluso destacándolo en tapa- al tero, ave local que se ha hecho cada vez más montevideana con el paso de los años. "La capacidad de adaptación que ha tenido es increíble. Hoy puede nidificar incluso en el techo de un galpón. Incluso cuando recién se estaba armando la Plaza Seregni, con apenas unos panes de pasto que no formaban un área de más de 4 metros por dos, ya había teros instalados. Esto no pasaba hace algunos años", explicó Rocha.

Mirar y conservar.El experto aseguró que la observación de aves es una actividad ambiental clave. "Es notorio ver cómo cambia la forma de pensar de la gente cuando se da cuenta de que hay tanta vida adentro de la ciudad de la que no se dan cuenta, tanta variedad, y que esta es tan importante para que la ciudad conserve una determinada personalidad", aseguró.

En ese sentido, los principales desafíos de la conservación están vinculados a un sólo factor: la caza. Rocha comentó que es sabido que las únicas especies que podrían cazarse o atraparse para vender son las que son plaga, pero en sitios como Tristán Narvaja se venden variedades que, en principio, no podrían comercializarse.

"Trabajar para la conservación es bastante complicado hoy en día por la blandura con la que se aplica la ley. Tenemos varias especies muy notorias en grave peligro de extinción dentro del país como el cardenal amarillo, los capuchinos y algunas aves marinas. En Montevideo y los alrededores esto no pasa tanto, pero sí se da bastante la caza ilegal incluso para vender", explicó.

Para ver y oÍr en los parques

Según el ornitólogo Gabriel Rocha, existen dos puntos en Montevideo que son ideales para el avistaje de distintos tipos de variedades. Para los novatos no acostumbrados al uso de binoculares, lo mejor es buscar los Bañados de Carrasco. Los expertos sacarán más provecho en el Prado. Para todos, el Parque Rodó también es zona de hospedaje de una importante cantidad de especies, a pesar del tránsito de visitantes y de las famosas lanchas que están en la zona.

CARRASCO:

Según la guía, los bañados al este de Montevideo, en la zona limítrofe con Canelones, son zonas en las que pueden encontrarse distintas especies de patos, garzas, jacanas y distintas especies de gallinetas y gallaretas. "Con mucha suerte, es posible sorprenderse con el fuerte grito de un chajá", asegura el libro.

Allí también se consigna que las acciones de ONG ambientalistas, sumada a la acción de la IM y la responsabilidad de los vecinos, son vitales para que el espacio se siga manteniendo, algo que no siempre se consigue en ese punto de la ciudad. "Cerca de esa zona, también Parque Rivera es un lugar muy rico en la cantidad de especies, es un lugar que habría que conservar más, ya que cuando se realizan conciertos en esa zona se altera una gran cantidad de especies que viven allí", precisó Rocha.

PRADO:

El área verde más importante de la ciudad (posee una superficie superior a las 100 hectáreas) es lugar de pájaros carpinteros, zorzales, tijeretas y trepadores, entre muchos otros. Este momento del año es tiempo de benteveos reales y churrinches, uno de los pájaros que suelen llamar más la atención de los montevideanos a pesar de que habita la ciudad desde hace muchos años, aseguró Rocha.

PARQUE RODÓ:

Zona de biguás, mirasoles chicos y garcitas azuladas. en la zona de árboles autóctonos aparecen pitiayumís, piojitos azulados, cotorras y sabiás comunes.

PUERTO DEL BUCEO:

A pesar de ser un espacio no muy grande, en él se pueden encontrar más de 30 especies: entre ellas los conocidos horneros y teros, pero también tordos comunes, garzas blancas chicas, chorlos y otros playeros migratorios.

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