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Harry Potter, el mago de los dólares

Repercusión. La serie de películas vendió entradas en el mundo por US$ 5.400 millones

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LONDRES | THE ECONOMIST

El mago creado por Joanne Rowling no sólo generó una industria, sino también contribuyó a transformar a Hollywood. La serie de libros sobre Harry Potter vendió más de 400 millones de ejemplares en el mundo.

La recesión de 2008-09 ha sido acompañada de audaces afirmaciones sobre la importancia económica de los negocios. A medida que la industria automotora zozobró muchas personas sostuvieron que uno de cada diez empleos en Estados Unidos dependía de ese sector industrial. La cifra incluyó a los choferes de taxis. Otras afirmaciones aventuradas se hicieron respecto de las telecomunicaciones y la construcción de rutas. Sin embargo, como creadora única de empleos y riqueza, pocos pueden igualar a la escritora Joanne Rowling.

El principal aporte que hizo a la economía consiste de siete libros sobre un mago. Harry Potter es un chico huérfano que creció en una casa suburbana sofocante. Cuando tenía 11 años, quedó sorprendido al recibir una invitación para concurrir a la Escuela Hogwarts de Hechicería y Magia, donde toma conocimiento de la existencia de Lord Voldemort, el asesino de sus padres, y un mago tan perverso que es conocido como "El que no debe ser nombrado". Potter debe enfrentar la amenaza entre preocuparse por los deportes, los deberes y las chicas.

La historia del viaje de Harry Potter desde el pensamiento de una madre soltera que vivía en Edimburgo, Escocia, hasta convertirse en una franquicia global en los medios de comunicación masivos, es un cuento de hadas. Harry Potter quizás nunca hubiera sido conocido si a un empleado de la agencia literaria Christopher Little, en Londres, no le hubiera gustado la encuadernación del manuscrito que eligió para leer. Fue rechazado por varias editoriales.

Bloomsbury, una casa editora de Londres, fue la primera empresa que resultó transformada. No parecía el hogar ideal para una serie de libros para niños que tuvieron un mega impacto. En 1996, la división de libros infantiles de la empresa había generado ventas por el equivalente a US$ 1.200.000, en comparación con US$ 6 millones de la división de consulta. Nigel Newton contrató el manuscrito que se convertiría en Harry Potter y la Piedra Filosofal, después que hizo una prueba de respuesta del mercado con su hija.

La empresa no tenía idea de lo que realmente podía ocurrir. El informe anual 1996 de Bloomsbury, escrito poco antes de la publicación de la primera obra de la serie de Harry Potter, no hizo mención alguna a la inminente publicación del libro. El informe del año siguiente, destacó tres libros de los escritores Will Self, Brian Moore y Anne Michaels e hizo mención a que un libro realizado por Rowling había ganado el premio Smarties, otorgado por niños, y se estaba vendiendo bien. Hasta la primavera de 1999, cuando el libro de Harry Potter había vendido 763.000 ejemplares, la empresa seguía poniendo énfasis en otros libros infantiles e hizo referencia a la serie de Harry Potter como "la punta de un iceberg editorial".

Los libros sobre Harry Potter fueron un iceberg. A medida que apareció cada título, atrajo a nuevos lectores a la serie y amplió las ventas de libros anteriores, haciendo un efecto de bola de nieve. En gran medida gracias al niño mago, las ventas de Bloomsbury, que se habían incrementado gradualmente de US$ 17.6 millones en 1995 a US$ 22.3 millones en 1997, despegaron. En 1999, se situaron en US$ 33.5 millones. Dos años después, sumaron US$ 97.4 millones. A mediados de esta década, con ingresos superiores a los US$ 160 millones, las editoriales rivales se quejaban porque no tenía sentido salir a competir con un título para niños. Hasta ahora, los libros del mago que eran publicados en Estados Unidos por Scholastic, vendieron más de 400 millones de ejemplares en todo el mundo. No todos fueron leídos por chicos. Un elemento fundamental del éxito de los libros fue su presentación con una tapa más oscura, para que los adultos no se sintieran avergonzados por ser vistos leyendo un libro destinado a los niños.

Newton señala que tiene una actitud "respetuosa y temerosa" por las enormes ganancias. Un golpe sorpresivo puede desestabilizar a cualquier empresa, pero el peligro es agudo en la inestable industria editorial. Bloomsbury puso gran parte del dinero y ha aprovechado la ventaja de la caída en los precios de activos para elegir editoriales especializadas y académicas. Ahora es propietaria de Arden, famosa por sus series de los textos de Shakespeare, la editorial de temas de Derecho, Tottel y la que es la Biblia del aficionado al cricket, Wisden. Habiendo aprendido a manejar la magia, Bloomsbury está volviendo ahora a sus raíces, que no son mágicas. Newton dice que el ideal es equilibrar el riesgo -y los grandes beneficios potenciales- del negocio de la ficción con la seguridad y los altos márgenes de la edición especializada.

La siguiente empresa que fue tocada por la varita mágica comercial era aún más chica. Heyday Films, un joven equipo productor de Londres, fundado por Heyman, buscaba libros que pudieran convertirse en películas. Otra vez, el libro de Rowling casi fue salteado. Harry Potter y la Piedra Filosofal, fue elegido por la secretaria de Heyman, en el verano de 1997. Heymanl lo llevó a Warner Bros. Si bien su principal contacto allí, Lionel Wigram, estuvo muy interesado, los altos ejecutivos no compartieron el entusiasmo. Le llevó al estudio cinematográfico hasta octubre de 1998 hacer la opción por los derechos de los primeros libros. Warner Bros. encomendó un screenplay, pero luego pasó meses negociando con Steven Spielberg, de DreamWorks, quien estaba interesado en dirigir la película. Solo después que Spielberg desistió, en febrero de 2000, el proyecto avanzó.

Mirado en restrospectiva, el estudio tuvo imperdonable demora. Pero, la venta de los libros había despegado lentamente en Estados Unidos. En julio de 1999, un artículo de The New York Times pregunto: "¿Harry qué?". Wigram, quien fue productor ejecutivo de las películas posteriores, señala que la fantasía estaba fuera de moda en aquel tiempo (El Señor de los Anillos todavía no había aparecido). Un estudio de Hollywood iba a plantearse la duda de si el público estadounidense acogería una historia notoriamente británica. Además, las escobas voladoras y los dragones no salen baratos. El proyecto le parecía "demasiado británico al estudio y demasiado grande para ser una producción británica".

IMPACTO. La renuencia inicial de Warner Bros. a hacer la película parece extraña, no sólo porque ha tenido tanto éxito con la serie de filmes. Con seis películas estrenadas y otras dos en camino, la serie vendió US$ 1.700 millones en entradas de cine en Estados Unidos y US$ 3.700 millones en el resto del mundo. En Estados Unidos, cada película de Harry Potter ha estado entre las cinco más vendidas en DVD y VHS, hasta en los años en los que las películas fueron difundidas en noviembre y diciembre. Variety, la revista del ámbito del espectáculo en Estados Unidos, informó que las ventas mundiales del DVD sumaron US$ 2.700 millones. A eso deben agregarse algunos cientos de millones de dólares por publicidad en televisión.

Sin embargo, el torrente de dinero, por más impresionante que sea, en gran medida, minimiza las repercusiones que ha rtenido Harry Potter en Hollywood.

En 2001, cuando la primera película de la serie se encaminaba hacia los cines, ejecutivos y analistas de los medios de comunicación especularon que Harry Potter podía convertirse en rival de Batman, una serie que en aquel momento tenía cuatro películas de gran presupuesto. El contraste es revelador. Batman es un bien ejemplo de una serie de películas de impacto en la década de los `90. Tenía grandes estrellas como Jack Nicholson y Michael Keaton (posteriormente a George Clooney y Arnold Schwarzenegger). Las películas fueron en declinación, tanto en calidad como en rendimiento en la boletería, a medida que se produjo la llamada "secuelitis".

Harry Potter es un producto totalmente diferente. En lugar de actores de clase A, las películas tienen como estrellas a desconocidos actores infantiles británicos y talento teatral británico.

Sin embargo, con el transcurso del tiempo, no se diluyeron comercial ni artísticamente. En realidad, ocurrió todo lo contrario. Después de las primeras dos películas, se contrató a directores no estadounidenses más asociados con filmes independientes y televisión para continuar con la serie de filmes.

Hizo cambiar el enfoque de Hollywood

Harry Potter se situó en la vanguardia de un nuevo enfoque para producir películas de gran presupuesto. Las más modernas franquicias de impacto tiene dos cosas en común: se basan en elementos conocidos como libros e historietas, y son guiadas por directores respetados, aunque poco conocidos. Las películas exitosas de El Hombre Araña, son dirigidas por Sam Raimi, un realizador de filmes de culto de horror. Al neozelandés Peter Jackson le pidieron que guiara El Señor de los Anillos, cuya primera entrega apareció un mes después que Harry Potter. Quizás el mejor ejemplo del nuevo modelo es la revivida franquicia de Batman, que ahora está cargo de un director de cine independiente, Christopher Nolan Nuevamente está produciendo mucho dinero a Warner Bros. Ninguna de estas franquicias gira alrededor de un actor estrella, aunque todas han creado estrellas.

En el caso de Harry Potter, la experimentación creativa es posible, debido al control, riguroso aplicado sobre muchos aspectos de la producción. El equipo que ha trabajado en las películas del mago, es inusualmente estable. Heyman y los diseñadores principales han trabajado a lo largo de la serie. Casi todos los guiones -con una excepción- fueron escritos por Steve Kloves. Estimulados por un abastecimientos sostenido de trabajo complejo, los equipos locales como Double Negative y Moving Picture Company, han crecido en la competencia y ahora están en condiciones de abordar casi todos los efectos especiales. Aún más inusual es que algunos sets han quedado durante casi diez años en los Estudios Leavesden, en el norte de Londres. Heyman señala que los directores pueden estar filmando la acción desde ángulos diferentes, pero están filmando la misma Hogwarts.

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