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Segundo viaje hacia Wall Street

| 22 años después, el crítico director vuelve al mundo de las finanzas

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THE NEW YORK TIMES | TIM ARANGO

Con un elenco liderado por Michael Douglas, y que incluye a Shia LaBeouf, Frank Langella, Josh Brolin y Susan Sarandon, Oliver Stone regresa a Wall Street, 22 años después de su primer film en la influyente zona financiera de Nueva York.

El martes de la semana pasada un Cadillac negro estacionó ante el Banco de la Reserva Federal en Nueva York. Del asiento de atrás bajó un hombre con un buzo de cashmere y pantalones oscuros. "Aquí es donde está el dinero", afirmó utilizando palabras de Willie Sutton, el famoso ladrón de bancos de tiempos de la Gran Depresión. "Hay más oro aquí que en ningún otro lugar del mundo".

Cuidado Wall Street, Oliver Stone está de regreso.

Es un terreno familiar para Stone. Su padre era agente de bolsa y su película de 1987, Wall Street, se volvió un emblema de una época de excesos que él creyó que había desaparecido, pero que de hecho solo estaba comenzando. Ahora está aquí para hacer una secuela y para capturar, una vez más la avaricia en el celuloide, y con el marco del colapso financiero que comenzó el año pasado con la caída de Bar Esteras (uno de los mayores bancos de inversión en el mundo).

Durante una recorrida por las repletas calles del distrito financiero de Manhattan, Nueva York, una semana antes del inicio del rodaje del film, Stone contó que nunca esperó que las altas finanzas pudieran servirle nuevamente como materia prima para sus películas. "Creí que era una burbuja, que había terminado", dijo Stone. "Creí que esos días de exceso iban a acabarse. Stone luce fresco y, para sus 62 años, sorpresivamente rejuvenecido. Su primera película había sido un cuento con moraleja sobre la avaricia y la ambición en la que la propia visión de Stone sobre los excesos del capitalismo se hacía obvia. Pero la película y sus famosas líneas promocionales "La avaricia es buena" y "El dinero nunca duerme", tuvieron una perduración cultural que él no esperó y tal vez ni siquiera quiso.

"Puedo decirte cuánta gente joven se me ha acercado en estos años diciéndome que fue a Wall Street solamente por la película", dice el realizador, parado en una esquina entre la Bolsa de Valores de Nueva York y el Federal Hall. El suyo es un rostro reconocible, pero fue detenido solamente en una oportunidad por un oficial de seguridad de la Bolsa de Valores, que quería hablarle sobre sus tiempos en Vietnam (Stone es un veterano de Vietnam). Luego de cambiar palabras con él, el director se paró ante el edificio de la Bolsa y comentó maravillado sobre cómo la cultura de las finanzas ha cambiado desde la película original. "Se volvió glamoroso cubrir Wall Street", dice en referencia a los medios de prensa, "y no era así antes".

Jim Cramer, el acelerado anfitrión de la serie Mad Money, ex administrador de búsqueda de fondos y que tuvo su incidencia en los cambios de la prensa de finanzas, tendrá una participación en la película. "Hay un diálogo en la vieja película, donde se dice que besar a cierto personaje era como leer el Wall Street Journal", dice Stone, y era un cumplido en ese entonces.

El Mercado de Valores, cuyo piso de intercambio era escenario frecuente en la primera película, será menos prominente en esta secuela. En su lugar, el edificio de la Reserva Federal, lugar donde transcurrieron varias importantes reuniones de finanzas durante los primeros días de la crisis del año pasado, será una locación más importante. "En la película de 1987 no había Reserva Federal, no nos metimos con eso", afirma Stone, "pero ahora el mundo ha cambiado radicalmente. Esto es parte de un bastión del sistema".

Wall Street le dio un Oscar a Michael Douglas como mejor actor, por haber interpretado a Gordon Gekko, un despiadado jefe corporativo cuyas declaraciones memorables aún son citadas en los lugares de transacción de acciones. (Y aquí va una de muchas: "Estoy hablando de liquidez. Suficientemente rico para tener tu propio avión, suficientemente rico como para no perder tu tiempo. Cincuenta, cien millones de dólares, amigo. Un jugador").

Douglas repetirá su papel como Gekko, quien al final de la película era conducido a la prisión. "Cuando Gekko sale de la cárcel, al comienzo de la película, tiene que redefinirse a sí mismo. Está buscando su segunda oportunidad", adelanta el director.

Douglas dijo en una entrevista que los actores suelen dudar a la hora de hacer secuelas, "especialmente de una por cuya primera parte me dieron un Oscar". Pero agregó que la magnitud de la crisis financiera borró cualquier tipo de reservas.

La resonancia que tuvo Gekko con los años, dijo, fue "probablemente la mayor sorpresa de mi carrera: que la gente diga que este villano seductor los motivó a meterse en este negocio". Hasta el día de hoy, contó, suele ocurrirle que, en cualquier restaurante, se le acerca "un elegante empresario de Wall Street que le dice "tú eres el hombre". Y para Douglas, "eso es absurdo".

Un elenco para una película de actualidad

Shia LaBeouf (Transformers Indiana Jones y el templo de la calavera de cristal) interpreta a Moore, un joven comerciante de Bolsa que está comprometido con la hija de Gekko, encarnada por Carey Mulligan. Frank Langella encarna al mentor de Jake; Susan Sarandon hace de su madre mientras que Josh Brolin hace del director de un banco de inversiones. Charlie Sheen, que hizo el papel central de Bud Fox, un joven comerciante de la Bolsa, hará una pequeña aparición en la secuela.

El guión para esta película no es nuevo, sino que viene circulando por los estudios desde hace años. Pero en 2008, en medio de la crisis financiera, la 20th Century Fox contrató al guionista Allan Loeb para reescribir el argumento y atar la historia a los hechos recientes. "Como que comenzamos de nuevo con la historia de un hombre joven en el centro y sobre cómo necesita la ayuda de Gordon Gekko para navegar en esas aguas", adelantó un alto ejecutivo de la Fox.

En su primera incursión por Wall Street, Oliver Stone produjo personajes y retratos que vivieron mucho más de lo que esperaba, y con consecuencias imprevistas. Pero nunca hubiera hecho una segunda versión de no haber encontrado que el sistema y las altas finanzas habían caído de rodillas. "No podríamos haber hecho esta película en el año 2006", comentó el director, "En ese momento aún las cosas eran muy vagas, y no quiero glorificar a los cerdos".

Consejo de los expertos

Mientras que la juventud de Oliver Stone tuvo mucho que ver con los caminos de las finanzas, gracias a la profesión de su padre, no heredó gran cosa en ese sentido. En la Universidad de Yale fue un mal alumno en economía, y por eso se dedicó a la realización de películas. Ha pasado los últimos meses investigando todo lo que tiene que ver con el reciente e impactante colapso financiero, leyendo materiales y reuniéndose con ejecutivos y académicos. Hacia marzo llevó al actor Shia LaBeouf a una lujosa fiesta organizada por Nouriel Roubini, un profesor de economía de la Universidad de Nueva York y directivo de una firma de consultoría. En esa oportunidad, Stone y LaBeouf discutieron sobre el colapso financiero con administradores de empresas que reúne fondos, clientes de la firma de Roubini. "En esta crisis financiera quienes tuvieron papeles muy fuertes a la hora de hacer cosas tontas y estúpidas con sus fondos fueron los bancos tradicionales y los fondos de inversión", les dijo Roubini, quien había ganado mucho respeto por predecir tempranamente la crisis financiera. De hecho, Stone le ofreció a Roubini un pequeño papel en su película como, justamente, un administrador de fondos. Stone también pidió consejo a otros especialistas.

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