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La desaceleración con inflación potencia lo peor

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FABIÁN TISCORNIA

El presidente del Banco Central, Mario Bergara, dijo en entrevista con El País que la inflación es "prioridad" porque si a la desaceleración económica se le agrega un problema inflacionario "todo va a ser peor". Afirmó que pese a la crisis global, en Uruguay "recién" hay algunos problemas puntuales. Sostuvo que el desempleo puede subir a 8% y hay que estar atentos "pero sin dramatismos".

-¿Por cuánto tiempo más cree que la inflación va a estar rondando cerca del 10%?

- No nos corresponde hacer futurología porque después estas cosas se toman como esculpidas en piedra. Tanto el presidente de la República como las autoridades económicas han sido claras en cuanto a la preocupación sobre el tema inflacionario, sobre mantener la estabilidad de precios y la estabilidad macroeconómica. Hay una ponderación importante a que la inflación vuelva a retomar un sendero hacia tasas más bajas, en un contexto de un país que todavía está en crecimiento, conscientes que el 2009 va a ser un año de desaceleración muy fuerte, pero aún así con niveles de consumo crecientes. El crecimiento del consumo privado en 2009 va a seguir siendo importante, razón por la cual hay que integrar ese aspecto en el análisis de las políticas antiinflacionarias. Si uno permite que la inflación se vaya de rango alegremente, a la desaceleración económica se le suman más problemas y más dificultades en términos de competitividad, empleo, ingreso de los hogares, pobreza como también en la posibilidad de retomar sendas de crecimiento. Uruguay hoy está mejor parado en todas esas áreas y debe atender en el corto plazo el tema inflacionario como prioridad.

- ¿El objetivo entonces es que en 2009 la inflación se acerque más al rango definido por el Banco Central (BCU) de entre 3% y 7%?

- Sin duda. Este año estamos trabajando para que haya una reversión de la tendencia inflacionaria hacia el rango objetivo. Si llegamos dentro del rango en 2009 la vida dirá, pero aspiramos a estar básicamente cerca de eso.

- ¿En cuánto contribuyen los acuerdos de precios y las medidas fiscales que toma Economía a reducir la inflación?

- Se puede visualizar toda una batería de mecanismos de parte del Ministerio de Economía, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y el BCU que van en esa dirección. Pero a veces los énfasis y las perspectivas son un poco diferentes, pero todas complementarias. Los acuerdos de precios apuntan sobre todo a que haya un núcleo de artículos de primera necesidad para que las familias de menores recursos tengan más acceso. Ahí prima una preocupación general sobre el tema precios pero en particular concentrada en rubros y sectores que lo que trasunta es un tema de sensibilidad social. No hay que confundir eso con políticas antiinflacionarias, la inflación tiene una raíz diferente. El acuerdo de precios tiene muchas virtudes en el sentido que se hace por la vía del diálogo y la acción voluntaria y trasunta una sensibilidad social del gobierno, pero eso no debe paralizarnos en lo que son las políticas estructurales contra la inflación, tanto en el terreno fiscal como monetario.

- Los acuerdos impactan en el IPC y en que no se llegue al 10% que desata subas de salarios públicos y pasividades cada seis meses.

- Creo que eso hay que desdramatizarlo totalmente. La inflación está determinada por factores macroeconómicos y de decisiones de gastos de la gente y en última instancia es convalidada o no por decisiones de política monetaria y política fiscal.

- Pero, los acuerdos permiten no llegar a ese 10% que complicaría más el panorama económico.

- Desde el BCU, nuestra preocupación es la inflación. No es nuestra función como BCU (ver) cómo se hace el IPC o qué aspectos pueden modificar el IPC en un mes u otro. Si pasa que la inflación puntualmente en un mes (en el año móvil) acumuló más de un 10% se desatan mecanismos indexatorios que pueden generar un riesgo en términos de una espiral de inflación o del equilibrio fiscal (así) que por supuesto hay que estar atentos a eso. Pero la preocupación por la inflación no arranca por la existencia de esa restricción institucional, la preocupación por la inflación es conceptual. Primero porque como Banco Central tiene que preocuparse por la inflación, segundo las autoridades de gobierno han manifestado su preocupación por la inflación porque hay un convencimiento conceptual que mayor inflación implica menor competitividad, menos producción, perjuicio para la gente con menores recursos porque se les cobra impuestos por la vía inflacionaria porque se les desvalorizan sus ingresos, porque se genera más desempleo y porque a la larga se genera más pobreza.

- ¿Cómo se maneja la sintonía fina de subir la tasa de interés tratando de contener el consumo para frenar las presiones inflacionarias pero por otro lado no afectar a la economía?

- Depende de cuál es el contexto macroeconómico y cuál el punto de partida. No es lo mismo tomar esta decisión si el desempleo es el 13% como era en el 2005 o si es el 6% como es ahora, no es lo mismo tomar esta decisión si tenés un ahogo financiero como en 2004 o si tenés mayor desahogo y comodidad en el terreno financiero, no es lo mismo tomar esta decisión cuando el PIB estaba en niveles que casi no había salido de la crisis o cuando la economía ha crecido cuatro años a tasas exorbitantes. Que haya una fuerte desaceleración en 2009 con respecto a 2008 es parte de ese contexto, pero en el marco de la crisis internacional nadie puede pretender mantener tasas de crecimiento como las que hemos tenido en 2006, 2007 y 2008. Esa visión de oponer inflación a nivel de actividad, es absolutamente miope. Porque si se da la desaceleración y a eso le agregás un problema inflacionario todo va a ser peor. La recesión va a ser peor, el desempleo va a ser mayor y no solamente potenciás lo peor, sino que generás peores condiciones para recomponerte después. Hace cinco meses que hay crisis en el mundo, y en Uruguay las señales de debilidad recién están apareciendo en algún sector, hay algunos problemas puntuales dependiendo de los nichos de exportación que algunos sectores tienen, pero si uno viene al Uruguay no dice: "Acá hay tremenda crisis". En el 2002 una crisis mucho más chiquita, regional, nos arrasó en dos días. Esta es una crisis mucho más profunda, global, y estamos mucho mejor preparados para enfrentarla.

- ¿El consumo igual va a crecer como para ser el motor de la economía pese al apretón monetario?

- Pese no. Está bien que la gente consuma, solo que los ritmos de consumo no pueden ser más elevados. El consumo de la gente se está financiando básicamente con aumento acumulativo del ingreso de los hogares, no se está haciendo a base de combustible de crédito. El crédito está subiendo razonablemente, no está habiendo un boom de crédito.

- ¿Incluso teniendo en cuenta el crédito de las financieras y cooperativas que no están bajo la órbita del BCU?

- Sí, sí. Nadie diagnostica un sobreendeudamiento interno de las familias en Uruguay.

Desempleo en 8% "sin dramatismos"

- ¿Puede haber un menor nivel de actividad al 3% previsto?

- Se va a cerrar el 2008 con un crecimiento muy alto y va a haber una fuerte desaceleración en 2009. Si en promedios en 2009 crecés al 1%, al 2% o al 3%, es más sintonía fina.

- ¿Prevén que la prolongación de la sequía combinada con la crisis internacional genere un desempleo mayor?

- Si se exporta menos y se produce menos puede haber algo que se exprese en desempleo un poco más alto. Tengamos en cuenta que partimos de la tasa de desempleo más baja desde que se llevan registros (6,3%). En un contexto de crisis puede visualizarse algún punto mayor de desempleo. También hay mecanismos como el seguro de desempleo que ayudan a mitigar la situación cuando los problemas de exportaciones o de producción son acotados. Hay que manejarse con atención o preocupación, pero sin dramatismos. Ahora, cómo cambian las perspectivas cuando avanzan las cosas. En el año 2005 cuando se presentó el programa económico de esta administración, que teníamos un 13% de desempleo, se planteaba como objetivo de los cinco años bajar del 10% de desempleo. Hoy estamos en el 6,3% de desempleo y la preocupación es si el desempleo se va a 7,5% u 8%.

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