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México bajo ataque del narcotráfico

| México recibirá US$ 1.400 millones de EE.UU. para entrenar a la Policía Los cárteles se fragmentarían | w Calderón anunció endurecimiento de las leyes existentes

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AP

MÉXICO D.F. | THE NEW YORK TIMES

Cada semana la guerra de México contra las drogas trae un nuevo horror. Esta vez fueron hallados decenas de cadáveres en Tijuana, algunos de ellos mutilados. El país no vio tantas muertes desde la Revolución Mexicana, en la década de 1910.

Esto deja la inconfundible impresión que el gobierno mexicano está abrumado por cárteles bien armados, los cuales controlan un tráfico ilegal de drogas que asciende a 40.000 millones de dólares anuales. El 90% de las drogas que entra a Estados Unidos, el principal consumidor, pasa por México.

Otros países han pasado por peores brotes de violencia criminal a lo largo del siglo pasado y vivieron para contarlo. Desde Chicago en la época de la Ley Seca, Sicilia durante las guerras de las mafias en los `80, hasta la casi anarquía que reinó en Colombia durante los `90, diversos episodios han desafiado a gobiernos y amenazado por el caos. La buena noticia es que en todos esos casos las autoridades pudieron disminuir la violencia, algo que México busca con desesperación.

La violencia en México ha aumentado drámaticamente desde 2006, cuando el Presidente Felipe Calderón lanzó a las Fuerzas Armadas y otras fuerzas federales -45.000 efectivos en total- en contra de los cárteles de las drogas que rivalizan entre sí. Homicidios relacionados con el combate a las drogas han ascendido a más de 3.400 en lo que va del año, lo cual constituye una nueva marca, a medida que los cárteles han respondido a la presión del gobierno mexicano. Con frecuencia cada vez mayor, los objetivos han sido agentes de policía, fiscales y jueces.

Este mes que terminó, la violencia alcanzó un nuevo y ominoso nivel (el 15 de septiembre) con un ataque de granadas en contra de personas que asistieron a los festejos por el aniversario del Día de la Independencia en el estado de Morelia, el estado natal de Calderón. Ese acto no fue un ataque a las autoridades ni fue un ajuste de cuentas: fue una ofensiva contra inocentes, como en la Colombia de los peores años.

"Esta es una nueva etapa, con ataques en contra de la población civil``, dijo Jorge Chabat, experto en seguridad en Ciudad de México. "Es un cambio sumamente perturbador``.

Antes del atentado en Morelia, las autoridades mexicanas habían desdeñado esfuerzos por comparar México con Colombia. Después de todo, la violencia en Colombia hacía que los problemas de México parecieran cosa de niños.

Si bien los cárteles mexicanos dirigían en buena medida su violencia a cada cual o hacia presuntos policías corruptos, sus pares colombianos se embarcaron en una campaña de terror enfocada a la desestabilización del gobierno colombiano. A lo largo de las décadas de los `80 y `90, plantaron bombas en centros comerciales y unidades policiales, haciendo estallar un avión comercial y asesinando a gobernadores y candidatos presidenciales. Más de 1.000 colombianos inocentes fueron asesinados por cárteles, y el país promediaba 3.000 asesinatos anuales que se relacionaban con éstos.

Esa cifra es similar al número actual en México, pero en un país con menos de la mitad de la población. La insurgencia guerrillera de Colombia se sumaba al caos, lo cual significaba que grandes tramos del país estaban fuera de control gubernamental.

El temor entre oficiales y analistas es que México apenas está empezando a seguir el mismo camino. Hoy, según un trabajo realizado por BBC Mundo, el 37% de los mexicanos baraja la posibilidad de irse del país por la violencia.

En Colombia, los cárteles se estaban resistiendo a extradiciones de prominentes capos de las drogas hacia Estados Unidos. En México, los cárteles buscan ponerle fin a la ofensiva militar de Calderón y un retorno a los días en que el gobierno toleraba el narcotráfico a cambio de niveles de violencia más bajos.

Con el "Plan Colombia" financiado mediante Washington, Bogotá tuvo éxito para desmantelar los mayores cárteles a través de las detenciones y extradición de prominentes capos y reorganizaciones judiciales, que incluyeron jueces anónimos usando equipo para distorsionar su voz.

En lugar de los cárteles de Medellín y Cali, han surgido cientos de minicárteles. Aunque mucho menos violentos que sus predecesores y prefieren mantener un perfil bajo, los denominados "cartelitos`` siguen produciendo y distribuyendo prácticamente la misma cantidad de cocaína.

Una combinación similar de trabajo policial y voluntad judicial contribuyeron a desacelerar la violencia extrema de la Mafia en Italia. En los años `80, la isla de Sicilia estaba desgarrada por la guerra entre las familias Corleonesi e Inzerillo del crimen organizado. En dos años, se estima que 1.000 personas fueron asesinadas en Sicilia, isla de cinco millones de habitantes. Extrapolada a la población mexicana de 110 millones, la violencia de la Mafia habría equivalido a 22.000 ejecuciones por año en México.

Italia sofocó la violencia, en parte, enviando a efectivos policiales desde otras partes del país, los cuales eran menos vulnerables a la corrupción, así como llevando a juicio a cientos de mafiosos. Las victorias judiciales desataron mayor violencia en contra de fiscales y jueces, pero marcaron un importante cambio en la guerra de Italia en contra de la Mafia.

No obstante, el relativo éxito en Colombia e Italia (no se despidieron de la delincuencia organizada) solamente pone de relieve los problemas que frustran el esfuerzo de México en contra de las drogas: supuesta corrupción en el poder judicial de México y sus fuerzas policiales.

"Aquí, el aspecto que era diferente es que había fiscales y jueces honestos en ambos países``, destacó George Grayson, experto en México del College of William & Mary. "No hay tradición de un poder judicial profesional en México``.

Las autoridades mexicanas han hablado acerca de acabar con la corrupción de sus dependencias encargadas de la ley y el orden, pero han logrado pocos avances. Los funcionarios han recomendado el aislamiento de jueces de las presiones de cárteles de drogas, tanto a través de juicios anónimos como una seguridad personal mejorada. Además, Calderón ha propuesto la unificación de una fuerza policial nacional, integrada solo por agentes policiales experimentados, bien entrenados y, quizás el aspecto de mayor importancia, con buenos sueldos, para que reemplacen a las corruptas dependencias del presente.

Oficiales mexicanos también anticipan que un paquete de ayuda estadounidense por 1.400 millones de dólares, la famosa "Iniciativa Mérida", el cual incluye entrenamiento y equipamiento de alta tecnología, contribuya a la formación de confiables fuerzas policiales.

Algunos expertos dicen que lo mejor que Calderón puede esperar es una solución parecida a la de Colombia, en la cual los grandes cárteles son fragmentados en agrupaciones de menor tamaño y menos amenazantes. Existen ciertas pruebas de que eso ya está ocurriendo, a medida que van en aumento altercados internos en los cárteles dominantes de Sinaloa y el Golfo. Otros apuntan a una solución como la de Chicago (ver nota aparte).

No obstante, los expertos dicen que el futuro de México es incierto. ¿Terminará siendo más violento el país o encontrará una solución? Si la historia constituye alguna guía, es probable que la situación mejore, con el tiempo.

Espejos en donde mirarse

Chicago

La "Ley Seca" o "Prohibición" en EE.UU., fue ratificada en 1919 y derogada en 1933. En el interín, ciudades como Chicago fueron epicentro de las guerras por tráfico de alcohol. La figura de Al Capone se hizo sangrientamente legendaria. Fue detenido en 1931, pero por evasión de impuestos.

Sicilia

De la mafia de Sicilia o "Cosa Nostra" se comenzó a hablar en 1860, pero fue en el siglo XX la explosión de violencia. En la década de 1980, las guerras entre los clanes Corleonesi e Inzerillo tuvieron en vilo a esta isla. Pero fueron estas divisiones, más la Justicia, la que la terminaron minando.

Colombia

En las décadas de 1980 y 1990, los nombres de Pablo Escobar (Medellín) y los hermanos Rodríguez Orejuela (Colombia) causaban pavor en todo el país. Tres mil inocentes murieron al año. La decidida acción (apoyada por EE.UU.) terminó con los grandes capos muertos o encarcelados.

El ejemplo de Chicago, ¿viable?

n Lo que ocurrió en el Chicago de principios del siglo XX ofrece otra posible solución para México, aunque esta es incluso más improbable, destacan algunos analistas.

Chicago, que fue aterrorizada por cárteles del alcohol a lo largo de una década, se parecía a México actual en un aspecto importante: la habilidad de los contrabandistas para corromper totalmente a oficiales locales.

A pesar de los cientos de asesinatos durante la década de los años `20, ni un solo de los sicarios de Al Capone fue hallado culpable formalmente, con base en algunos relatos históricos.

Con el tiempo, los federales atraparon a Capone por evasión de impuestos, pero la violencia asociada al tráfico de alcohol no se detuvo sino hasta que terminó la Prohibición o "Ley Seca".

Debido a que los cárteles mexicanos son tan poderosos -sus ingresos se estiman en más de 10 por ciento del presupuesto federal de México- hay quienes consideran que la legalización es la única forma de salir del ciclo de violencia.

"La única forma en que podemos aliviar o intentar controlar (la violencia de las drogas en México) está en ver cómo se lidió con las mafias de Chicago: ya sea mediante la legalización o leyes especiales para manejar el consumo de drogas``, dijo Héctor Domínguez, catedrático de la Universidad de Texas especializado en literatura del crimen organizado en México.

Domínguez dice que la estrategia de Calderón, relativa al uso del Ejército para enfrentar a los cárteles, presenta el riesgo del surgimiento de un estado militarizado, al tiempo que podría obstaculizar los esfuerzos de México por erigir una democracia funcional.

Pero, incluso expertos que favorecen lo que algunos conocen como la "solución Chicago" dicen que la legalización tiene muy pocas posibilidades, pues tendría que provenir de Estados Unidos, el consumidor de la vasta mayoría de las drogas de cárteles mexicanos.

"¿Pueden imaginar que les pasaría a McCain o Obama si tan siquiera insinuaran algo (acerca de la legalización)?``, preguntó George Grayson, del College of William & Mary. "(Los políticos estadounidenses) temen que el partido opositor haga leña del tema si ellos lo sacan a colación``.

Incluso, dentro del territorio mexicano, el clamor por la legalización es tenue: aun cuando el Partido de la Revolución Democrática, tendiente a la izquierda, la favorece en términos estratégicos, muy pocos mexicanos hablan en serio al respecto. the new york times

El magnate Slim acusa: riesgo llega de EE.UU.

n Las cosas suceden muy rápidamente en México. La imagen del presidente, Felipe Calderón, que a mediados del mes de septiembre parecía debilitarse sin remedio por culpa de la respuesta sangrienta del narcotráfico a su plan de ataque, se ha vuelto a cargar de firmeza en los últimos días.

Por un lado, Calderón ha enviado al Congreso un plan de reformas constitucionales y penales para luchar contra el tráfico de drogas allá donde ahora tiene sus máximos intereses, en las plazas de cada ciudad, muy cerca de colegios e institutos. Por otro, su decisión de perseguir a los carteles ha recibido dos espaldarazos públicos muy significativos. El del príncipe de Asturias -de visita oficial en México- y el del magnate mexicano Carlos Slim, uno de los tres hombres más ricos del mundo. "Calderón está haciendo lo adecuado", dijo el empresario en un almuerzo con los corresponsales extranjeros, "pero a mí me preocupa mucho la posición de EE.UU. Porque está bien que la ley permita tener una pistolita (de calibre) 22 o una escopeta para cacería, pero en las armerías norteamericanas se vende cualquier tipo de armas, y creo que hay 12.000 armerías en la frontera. No tiene mucho sentido. Yo creo que el combate a la delincuencia organizada como el que pretende hacer México no es viable si EE.UU. está armando a todo el mundo, y seguramente con armas muy sofisticadas".

Al tiempo que Slim suscribía el plan de Calderón, éste -en un almuerzo con los príncipes de Asturias- quiso garantizar que, por muchos y sangrientos que sean los embates del narco, su compromiso es firme: "Hemos dicho y diremos siempre no al terrorismo, no a la violencia, no al crimen organizado, no al narcotráfico". Calderón pretende cambiar la ley para que las policías locales no tengan más remedio que luchar, en coordinación con el Gobierno federal, contra los delitos de posesión, venta y distribución de drogas en pequeñas dosis. La propuesta al Congreso incluye el endurecimiento de penas a quien suministre estupefacientes a menores o cerca de las escuelas.

Todavía conmocionados por los hechos de Morelia, noticias que llegaban de Tijuana hablan de 40 muertos en los últimos días. Y en Sinaloa un grupo de 20 hombres asaltaron un aeródromo y se llevaron cinco avionetas Cessna que el Ejército había incautado en lo previo (luego fueron recuperadas). Solo en el estado de Chihuahua, hubo 1.400 homicidios este año. el país de madrid

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