Publicidad

Nobel de Física fue a los "Padres" de las computadoras modernas

PC. Fert y Grünberg potenciaron almacenaje de datos en los discos duros

Compartir esta noticia

ESTOCOLMO | AFP, EFE y ANSA

Los creadores de la revolucionaria tecnología que permitió llegar a la potente versión de discos duros en las computadoras actuales, recibieron ayer el Premio Nobel de Física. Este descubrimiento parece reservar futuros logros tecnológicos.

El descubrimiento de la tecnología gracias a la cual los discos duros actuales de las computadoras poseen una enorme capacidad de almacenamiento fue el trabajo distinguido con el Premio Nobel de Física 2007.

La investigación de dos físicos, el francés Albert Fert y el alemán Peter Grünberg, hizo posible la miniaturización de los discos duros que, en menos de dos décadas, revolucionó la tecnología de la información.

"Gracias a esta tecnología ha sido posible una miniaturización radical de los discos duros en los últimos años", señaló el Comité Nobel en un comunicado en el que felicita a los ganadores.

La tecnología, llamada magnetorresistencia gigante (GMR), "revolucionó las técnicas que permiten la lectura de la información almacenada en un disco duro", añade el mensaje, en el que se subraya su utilidad en la fabricación de computadoras portátiles o para lectores de música compactos.

Este descubrimiento permite la aplicación de una corriente de electrones a través de capas ultrafinas de materiales imantados como el fierro o el níquel. Particularmente su importancia radica en que ha permitido elaborar los cabezales de lectura que se encuentran actualmente en todos los discos duros. Por eso, la GMR es clave en los conceptos de comunicación e informática como los conocemos hoy; el funcionamiento de las computadoras depende en buena medida de ella, considerada "una de las primeras aplicaciones en el campo de la nanotecnología".

ILUSTRES. "Estoy contento de compartirlo con Peter Grünberg, al cual estimo mucho y con el cual siempre he tenido relaciones muy correctas y simpáticas", dijo el galardonado Albert Fert, tras recibir la noticia de su distinción.

Fert, nacido en Carcassone (Francia) en 1938, y licenciado en Matemáticas y Física en París, efectuaba una investigación en el área de la condensación física cuando descubrió en 1988 la GMR, precisamente el mismo año que lo hizo Grünberg.

El alemán Grünberg nació el 18 de mayo de 1939 en Pilsen. Estudió en Francfort, antes de ingresar a la Universidad de Tecnología de Darmstadt, donde obtuvo su doctorado en 1969. Aunque actualmente está jubilado, sigue realizando estudios e investigaciones en física en el campo en el que logró el premio.

Ambos advirtieron que breves cambios magnéticos en un sistema de GMR conducían a enormes diferencias en resistencia eléctrica. Estas variaciones generan cambios en la corriente del cabezal de lectura que escanea un disco duro para detectar los unos y los ceros en los cuales se almacena la información. Como resultado, el cabezal puede leer áreas magnéticas menores y más débiles, y esta sensibilidad permite que la información se almacene con mayor densidad en el disco duro.

Sin embargo, tuvieron que pasar nueve años para traducir este descubrimiento en discos duros más poderosos, como los que conocemos en la actualidad. Sobre esta base se fabrican y comercializan unas 700 millones de cabezas de lectura cada año.

Por ese hallazgo -al que llegaron separadamente- ambos fueron reconocidos en 1994 al compartir el galardón de Nuevos Materiales de la Sociedad Americana de Física. Además del Nobel, también recibieron este año el Premio Japón, uno de los más prestigiosos del mundo científico, en la categoría "Realizaciones innovadoras inspiradas en investigaciones humanas".

Como todos los descubrimientos, además de crear algo nuevo, su vigencia estará marcada por su proyección a futuro. En este sentido, el éxito está garantizado. "El desarrollo de estas investigaciones, muestra una capacidad cada vez más grande de aprovechar las propiedades muy particulares de la materia, haciéndolas cada vez más dúctiles y capaces de satisfacer exigencias industriales", reflexiona Roberto Petronzio, presidente del Instituto Nacional de Física Nuclear (INFN).

Si bien Fert y Grünberg recibirán del rey de Suecia un diploma, una medalla de oro y un cheque de 10 millones de coronas suecas (1,52 millones de dólares), que será dividido entre los dos profesionales, el Nobel representa el máximo reconocimiento para un científico de parte de sus colegas, y eso no tiene precio. "Estoy muy feliz por mí, mi familia y mis colaboradores, a los cuales quiero mucho", explicó Fert.

El científico francés destacó que, además de la ciencia disfruta de otros placeres de la vida. "He sido muy deportista, jugué al rugby durante 20 años, era mi pasión, y al mismo tiempo hice fotografía e incluso pequeñas películas", remató.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad