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"No entendíamos lo que nos decía"

| Quiso hacer grandes cambios, dijo que la cancha del estadio era "un campo de patatas", encontró resistencias y se fue a los pocos meses

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JORGE SAVIA

Hoy, 44 años más tarde, hasta entre los más directos coprotagonistas de la breve -pero impactante y polémica- historia que escribió Bela Guttman en su paso como DT de Peñarol, sigue habiendo visiones diferentes.

Luis Maidana, el arquero de aquel equipo que en 1961 había logrado su segunda Libertadores y la primera Intercontinental, lo que en este último caso ocurrió frente al Benfica de Portugal dirigido por el húngaro que al año siguiente fue contratado por los aurinegros, sostiene que "el hombre sabía, no hubo un entendimiento de parte nuestra; él quería que jugáramos de primera, que hiciéramos esos cambios de frente típicos de los europeos y acá estábamos acostumbrados a otra cosa, a trasladar la pelota, a defender la chacrita, a jugar de contragolpe y después meter el centro. El idioma no fue un gran problema, porque él mezclaba portugués con italiano y se arreglaba de esa manera".

Edgardo González, que era el lateral derecho, recuerda que "muchas veces no entendíamos lo que nos decía, recién al final aprendió los nombres nuestros, pero el gran inconveniente fue que quiso cambiar nuestra forma de jugar, y en aquel Peñarol estaban el "Tito" Goncalves, Spencer, Joya, el "Pepe" Sasía... ¡mucha gente hecha! Ese año volvió Abbadie de Italia y en un partido contra Rampla lo puso ¡de back izquierdo! Y todos sabíamos que el "Pardo" era puntero. Además, cuando vino ya era un hombre viejo, y como él también se encargaba de la parte física y no trabajaba mucho, decaíamos en los segundos tiempos".

Omar Caetano, por su parte, tiene una vivencia personal excluyente: "Bela Guttman, el DT que me puso en el Primero; en un clásico echan al `Tito` (Goncalves) y ¿qué hizo?, sacó a Joya y me puso a mí, que no me conocía nadie, porque había venido de Canillitas, y pasó a Matosas, que estaba jugando de lateral izquierdo, al medio. ¡Para qué! Cuando salía Joya fue una silbatina tremenda!"

La realidad es que Bela Guttman se marchó a los 5 meses. Fue como si hoy Mourinho (el DT del Chelsea) hubiera venido a dirigir a Peñarol. Pero llegó a un país que hacía sólo 12 años había sido otra vez campeón mundial. Y, entre otras cosas, como Peñarol no lograba jugar a dos toques, como él quería, dijo que la cancha del estadio era "un campo de plantar patatas". Un verdadero sacrilegio.

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