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El choque entre un padre y su hijo

| El director y el actor prosiguen la búsqueda semiautobiográfica iniciada en "El abrazo partido"

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El País

El director argentino Daniel Burman y el actor uruguayo Daniel Hendler han vuelto a llamar la atención en el Festival Cinematográfico Internacional de Berlín. Hace dos años, Hendler había obtenido el premio a mejor actor por su trabajo en la película El abrazo partido, dirigida por Burman. Ambos, que también trabajaran juntos en Esperando al Mesías, se reunieron nuevamente en Derecho de familia, película que abrió la sección Panorama berlinesa de este año.

Las primeras críticas han sido ampliamente favorables. El diario berlinés Tagesspiegel tituló "una película de rechupete" (o al menos así lo traduce un cable español) su comentario sobre el film, agregando que Burman cultiva "un lenguaje cinematográfico refinado y fluido, que se interrumpe esporádicamente, de forma casi imperceptible". También según Tagesspiegel, "Burman y Hendler consiguen relatar, suavemente y como al pasar, la búsqueda que hacen de sí mismos".

La prensa internacional ha señalado igualmente que Burman, autor también del guión original, "perfecciona ese estilo tan peculiar suyo hecho de diálogos certeros, montaje conciso y excelencia en la dirección de actores para contar una historia que tiene algo de autobiográfico (su padre es abogado y asesor legal de la película) pero que apunta al mensaje universal de la difícil relación entre padres e hijos varones".

Al igual que en El abrazo partido, Burman narra en Derecho de familia una conflictiva relación paterno/filial. Hendler, que sigue operando como una suerte de "alter ego" del director, interpreta a un joven abogado que se resiste a seguir los pasos del padre hasta que la muerte inesperada de éste le hace tomar conciencia de todo lo que perdió al alejarse emocionalmente de él.

Padre e hijo (Arturo Goetz, Hendler), son muy distintos profesionalmente y en la actitud que asumen ante la vida. El hijo enseña Derecho en la facultad y trabaja como defensor de oficio. El padre es el hábil abogado que conoce al dedillo el mecanismo íntimo de los tribunales y cómo sacarles partido. Una frase dicha a un cliente sintetiza la filosofía del hombre mayor en pocas palabras: "Usted quiere ganar el juicio o quiere tener la razón. Ambas cosas no necesariamente son posibles ni van de la mano, y el triunfo en un pleito puede estar reñido con la ética". Su hijo tiene en cambio un sueldo fijo, dicta clases en la universidad, defiende a pobres y ausentes en los Tribunales, se casa y tiene un hijo, no gana comisiones por el éxito de sus clientes, y se niega a seguir los pasos de éste.

De hecho lo que el hijo está decidiendo, aunque sin saberlo, es si finalmente se convertirá en su padre o en una persona completamente diferente desde el punto de vista profesional. Está pasando por ese momento de la vida en el que uno cree estar alejándose del destino impuesto, aunque en realidad sólo está tomando impulso. "Es el momento en el que nuestros padres inician su decadencia natural y nosotros nos resignamos a la idea de ser adultos", ha explicado el director Burman.

TRABAJO. "Fue el rodaje más largo e intenso de todos los que he hecho hasta ahora, pero también el más divertido", afirma también el cineasta. "Me divertí mucho haciendo esta película y me divierto viéndola", agregó.

Burman reconoce que en El abrazo partido había iniciado tímidamente una reflexión sobre la construcción de la paternidad que se prolonga y amplía en este nuevo film. Para él se trata de un tema fundamental. Tras haber tenido dos hijos (uno de los cuales, dicho sea de paso, aparece brevemente en el film) el director declara haber entendido que "un padre al principio no tiene otra cosa que hacer que esperar a que la paternidad crezca en uno". Y afirma también que "una cosa es segura: tarde o temprano los hijos se van aunque ese es el tema de mi próxima película, El nido vacío, donde una pareja descubre que con la partida del hijo del hogar han dejado de ser padres".

Burman reconoce que las mujeres cuentan poco en Derecho de familia, "donde se ve a tres generaciones de Perelmans varones. Pero eso no significa que yo sea misógino o machista sino que tiene que ver con la idea de que en la manera que tienen los hombres de relacionarse entre ellos las mujeres muchas veces están excluidas". El director piensa que es importante tratar hoy el tema de las relaciones entre los hombres "de las que se había ocupado hasta el momento casi exclusivamente el cine de temática homosexual".

El nido vacío costará tres millones de dólares (igual que Derecho de familia), y Burman espera terminar el proyecto para el festival de Cannes a fin de contar con el apoyo de una financiación internacional como la que obtuvo en su película ya terminada, donde dispuso de capitales españoles, italianos y alemanes.

Actúan también en Derecho de familia Adriana Aizenberg como la fiel secretaria del padre, y Julieta Díaz como la esposa del hijo.

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