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Ilustres y desconocidos en el desfile de condolencias

| El libro de la Nunciatura tuvo ayer más de 200 firmas. Los diplomáticos, los milagreros y los devotos en su tinta

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LEONEL GARCIA

El cuadro de Karol Wojtyla, en su investidura como Sumo Pontífice, gobierna el salón principal de la Nunciatura Apostólica. Es el mismo edificio de Bulevar Artigas y Guaná donde Juan Pablo II pernoctó en sus dos visitas al país, en 1987 y 1988.

En ese mismo lugar se instaló el libro de condolencias. De tapas de piel y de unos 30 centímetros de altura por 20 de ancho, el texto reza: "Summus Pontifex Ioannes Paulus PP.II. Die 2 mensis aprilis hora 21.37 AD MMV. Sanctissime obdormivit in Domino. Vivit in Cristo". No hay que saber latín para traducirlo.

A primeras horas de la tarde de ayer, ya tenía un centenar de firmas. Sus páginas, todas con el sello de la Nunciatura, llevan el pulso de empresarios, de gobernantes y obreros, jóvenes y adultos maduros, ricos y pobres, fervientes católicos y hasta algún agnóstico admirador del fallecido.

Afuera, la bandera del Vaticano ondea a media asta. Adentro, el libro de condolencias estará a disposición del público hasta el miércoles de 10 a 13 horas y de 15 a 18. Luego, será enviada el pequeño Estado enclavado en la capital italiana, como testimonio de dolor del pueblo uruguayo.

CONDOLENCIAS. Las principales autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores fueron vistas ayer en la Nunciatura. En horas de la mañana se hizo presente el canciller Reinaldo Gargano. A media tarde, llegó la subsecretaria Belela Herrara. También arribaron en representación del Partido Nacional el presidente del directorio blanco Jorge Larrañaga junto al candidato a Intendente de Montevideo Javier García, Francisco Gallinal y Pablo Iturralde.

Poco después de las tres de la tarde de ayer, inscribió su firma en el libro de condolencias el embajador de Japón Yoshiro Nakamura. Solo el 1.2% de los habitantes de ese país son cristianos según cifras de fines del siglo pasado.

"Estamos muy tristes por el fallecimiento del Papa. Juan Pablo II hizo una gran contribución a la paz y la estabilidad mundial. No solo era un líder religioso a nivel mundial, era una figura de referencia internacional en todos los ámbitos", dijo Nakamura, acorde a las declaraciones realizadas por autoridades políticas en todo el planeta, antes de volver a subir al auto diplomático.

Casi a la misma hora, pero vestidos más humildemente y en ómnibus llegó desde el Buceo el matrimonio de Jorge (50) y Betty (53).

"El dolor se siente muchísimo, todavía nos cuesta creerlo aunque por lo que se decía todos los días era algo que se veía venir", afirmó Jorge, quien camina con dificultad, producto de una poliomielitis.

Junto a su esposa, forman parte del grupo Fraternidad, integrado por personas con algún tipo de discapacidad en la Parroqua San Pedro Apóstol del Buceo. "Recuerdo cuando celebró la misa en Tres Cruces, fue como renovarnos en el espíritu y en nuestras vidas. Hoy, como Jesús lloró por Lázaro, nosotros lloramos por el Papa".

Su esposa asintió con la cabeza. Minutos antes, en el libro de condolencias, escribió que el Papa "estuviera en la Santa Gloria de Dios". Pero, añadió, cree que no será necesario: "él ya es un santo".

A pocas cuadras de allí, en Bulevar y avenida Italia, los fieles montaron otro "templo" a cielo abierto debajo de la cruz que recuerda su paso por Uruguay, a fuerza de flores e inscripciones. "Juan Pablo II. Permaneces en nuestro corazones por siempre", rezaba un cartón escrito con drypenes de colores.

A metros de la cruz, en la esquina de Bulevar y Goes, se encuentra el Santuario del Señor Resucitado. Desde 2001, allí está la estatua de Juan Pablo II. Tres años antes había sido donada por una fundación polaca e instalada en la Catedral. Hoy es un punto de consuelo para creyentes y simples curiosos. Las flores dejadas como ofrenda así lo atestiguan.

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