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La otra vida de la placenta: la donación menos conocida

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Mujer embarazada. Foto. Shutterstock

SALUD

El amnios facilita la curación de distintas patologías de la piel y oftalmológicas; en Uruguay se practica desde 2001 pero falta información

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La placenta cumple una función vital durante la gestación pero, a pesar de que normalmente es descartada después del parto, su vida útil no termina ahí: puede ser usada para la rehabilitación de pacientes con quemaduras y en cirugías oftalmológicas. No obstante, falta de información en las mujeres y falta de compromiso del personal sanitario hace que una práctica que se realiza desde 2001 en el país continúe siendo desconocida.

Solo cuatro maternidades trabajan en forma honoraria para la procuración de placentas: la del Hospital Militar, la del Hospital Británico, la de SMI Servicio Médico Integral y la del Sanatorio Americano.

Cuando ingresa una mujer en trabajo de parto, el personal le pregunta si quiere donar su placenta. Si la respuesta es afirmativa, ya disponen de los formularios y de los envases estériles adecuados para la conservación del órgano. Las interesadas que pertenecen a otras maternidades deben retirar un kit en el Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Células, Tejidos y Órganos (INDT).

“La maternidad más fuerte es la del Militar. De ahí recibimos el 44,5% de las placentas de 2018”, comentó la obstetra-partera Natalia Mederos, técnica del Banco de Tejidos, a El País. Y añadió: “Es un trabajo voluntario. Hay que llenar un montón de papeles y una maternidades, de por sí, caótica. El personal tiene que estar comprometido”.

Actualmente, Uruguay cuenta con stock suficiente de amnios para abastecer los requerimientos de pacientes puntuales y para enfrentar alguna situación especial. Por ejemplo, en 2013, el país donó 9.000 centímetros cuadrados de amnios para el tratamiento de los quemados en la discoteca Kiss de la ciudad de Santa María, en Brasil.

En 10 meses de 2019, el Banco de Tejidos recibió 72 placentas. De estas, 34 fueron procesadas y 38 se descartaron. El total de placentas donadas durante el año anterior fue de 92; de estas, 28 fueron utilizadas por los técnicos.

“Muchas veces, el motivo de descarte es que la placenta viene mal envasada”, apuntó Mederos. Para que el órgano pueda ser utilizado como recurso terapéutico debe ser procesado antes de que se cumplan las 24 horas del parto.

La ley otorga 18 semanas de baja de maternidad a las mujeres. Foto: Pixabay
Solo cuatro maternidades trabajan en forma honoraria para la procuración de placentas: Hospital Militar, Hospital Británico, SMI y Sanatorio Americano. Foto: Pixabay

¿Cómo es el proceso?

Luego del nacimiento, se debe separar el amnios del corion, las dos membranas que conforman el saco amniótico. El amnios es la capa más interna y, por lo tanto, es la que se encuentra en contacto directo con el feto. Se limpia en suero para sacar la sangre y las secreciones y se hacen lavados con una solución con hipoclorito de sodio. Más tarde, se corta y se coloca sobre un tul bien estirado que va a ser el apósito biológico.

“Cada placenta tiene 600 centímetros cuadrados de amnio. Nosotros lo recortamos según las necesidades. Por ejemplo, para oftalmología, lo cortamos más chico, a 36 centímetros cuadrados”, explicó la obstetra-partera.

Así se envasa con glicerol para ser esterilizado con radiación. Una vez culminado el proceso, se puede conservar por dos años en frío, a una temperatura de entre 4 y 6 grados.

Volumen suficiente

En 10 meses de 2019, el Banco de Tejidos recibió 72 placentas. De estas, 34 fueron procesadas y 38 se descartaron por diversos motivos. El total de placentas donadas durant el año anterior fue de 92; de estas, 28 fueron utilizadas por los técnicos. La obstetra-partera Natalia Mederos dijo a El País que el volumen de amnios actualmente conservado en el Banco de Tejidos es suficiente para los requerimientos de los pacientes. das “en el régimen de transición previsto en el Título VI de la ley 16.713”.

¿Cuáles son las propiedades?

El uso de la membrana amniótica en medicina no es una práctica nueva debido a que es una de las cubiertas biológicas más efectivas para diversas patologías.

En Uruguay, la placenta, en su calidad de apósito biológico, se usa como cobertura temporal en el tratamiento de quemaduras, úlceras, pie diabético y otras patologías de la piel.

En concreto, el recurso es solicitado por la Unidad de Quemados y Cirugía Reparadora del Centro Hospitalario Pereira Rossell y para cirugías oftalmológicas; también hay casos en odontología.

¿Cuál es su valor? “Es antiséptica. Disminuye el dolor en el proceso de cicatrización. Es analgésica. Como te da una cobertura transparente, te deja ver la evolución de la cicatrización. Y en un quemado, hace que no pierdan tanta agua”, señaló la técnica del Banco de Tejidos.

El amnios se coloca como una cobertura sobre las lesiones. A veces se adhiere a la piel y el cuerpo vuelve a crear nuevos tejidos sobre él; sino, puede ser reemplazada en un plazo de entre 48 y 72 horas.

placenta donación
En 10 meses de 2019, el Banco de Tejidos recibió 72 placentas

¿Quiénes pueden donar?

Pueden ser donantes todas aquellas mujeres que manifiesten su voluntad de donar la placenta y que cumplan los criterios de inclusión, los cuales, a juicio de Mederos, son “muy estrictos”. En resumen, “el embarazo tiene que ser sano”.

La mujer debe cursar un embarazo bien controlado y sin ninguna patología previa o propia de su gestación; por ejemplo, diabetes gestacional, hipertensión e hipotiroidismo, entre otras. “Lamentablemente ahora tenemos un alto porcentaje de diabetes gestacional. Aunque sean tratadas solo por dieta, no pueden incluirse para la donación”, explicó.

La placenta también es descartada si pasan más de seis horas de la rotura de membrana. “Seis horas es poco”, apuntó Mederos. Además, el líquido amniótico no puede ser meconial, es decir, que puede contener la primera deposición del bebé (la que es reconocida como una sustancia viscosa negra o verde muy oscuro formada por células muertas y secreciones del estómago y del hígado); y la madre no puede padecer estreptococo del grupo B, una bacteria que comúnmente se encuentra en los intestinos o el aparato genital inferior.

“Otras de las limitaciones (a la donación) es que estamos abiertos de lunes a viernes. Si (el bebé) nace un viernes después de las 3 de la tarde o un sábado, no podemos procesar la placenta porque no tengo quién la vaya a buscar”, explicó Mederos.

No hay preferencia por una placenta extraída de parto natural a una de una cesárea. “Se hace un estudio microbiológico para ver qué no haya ninguna bacteria antes de utilizarla”, apuntó.

Las interesadas en donar su placenta pueden comunicarse con el Banco de Tejidos a los teléfonos 2487911 int. 115 o al 0800 1835; también pueden hacerlo al correo [email protected].

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