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El verano obliga a proteger los ojos

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Un anteojo muy oscuro no es sinónimo de protección. Foto: Darwin Borrelli.
Halo Solar, fenómeno meteorológico en Montevideo, ND 20141125, foto Darwin Borrelli
Archivo El País

Las patologías oculares aumentan un 20% en la temporada estival, según oftalmólogos.

Con la llegada del verano, la preocupación por proteger la piel de la radiación solar es cada vez más común entre la población. Sin embargo, muchos olvidan que los ojos también son vulnerables al efecto de los rayos ultravioleta.

"Todavía la gente no se cuida bien de la radiación UV. A nivel ocular, eso provoca más riesgo de conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva) y queratitis actínica (inflamación de la córnea) por exposición al sol", precisa el doctor Rodrigo García, oftalmólogo de Clínica Santa María.

Ojos rojos y dolor, así como lagrimeo constante y fotofobia (molestia a la luz) son los síntomas más frecuentes.

El problema es que pese a estas molestias temporales, "el daño por la luz UV puede ser inmediato o a largo plazo, por exposiciones repetidas en el tiempo", advierte el doctor Javier Corvalán, presidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología (Sochiof).

Según García, las patologías oculares suelen aumentar alrededor de 20% durante estos meses, no solo porque el Sol está más cerca de la Tierra y, por tanto, la radiación ultravioleta aumenta de forma considerable. También es común que surjan problemas por la sal del mar, la arena de la playa y el cloro de las piscinas.

Tanto el cloro como las bacterias y hongos que se generan en las piscinas pueden provocar queratitis y conjuntivitis bacteriana; en tanto que la sal del mar y la arena pueden producir erosiones corneales o conjuntivales. "La baja humedad y el calor aumentan la evaporación de las lágrimas, resecando los ojos. Lo mismo ocurre con el aire acondicionado, ocasionando ardor, visión borrosa, sensibilidad a la luz y sensación de arenilla en el ojo", apunta el oftalmólogo.

"Usuarios de lentes de contacto deben sacárselos antes de entrar al agua; de lo contrario, pueden contaminar el lente con un parásito que aumenta el riesgo de una úlcera corneal", advierte el doctor Javier Corvalán, presidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología (Sochiof).

Para prevenir estos problemas, junto con hacer una buena mantención a la piscina, es conveniente usar lentes para el agua. En tanto, los anteojos de sol deben incluir filtro UV, por lo que conviene comprarlos en negocios autorizados y no en la calle.

Al respecto, el doctor Corvalán aclara que un anteojo muy oscuro no es sinónimo de mayor protección. Al contrario, "si es muy oscuro y no cuenta con buen filtro UV, la pupila se dilata más y penetra mayor cantidad de radiación".

Asimismo, sugiere evitar el uso de lentes de sol en menores de seis años. "La visión se estimula en los primeros años, y un anteojo oscuro limita la cantidad de estímulos que entran, generando, por ejemplo, una ambliopía (disminución de la visión)".

Para ellos, recomienda usar otro tipo de protección, como gorros o viseras, los que también son útiles a otras edades.

Un error frecuente se asocia al uso de protector solar: este no debe colocarse cerca de los ojos, ya que con el calor se derrite y puede entrar al ojo, favoreciendo el riesgo de molestias e infecciones.

El oftalmólogo Víctor Charoenrook habló con EFE de los riesgos que implican los aire acondicionados y los ventiladores. "La superficie ocular tiene una película lagrimal que lubrica constantemente. El ventilador y el aire acondicionado, sobre todo si soplan directamente, aumentan su evaporación y puede secar la superficie de los ojos", señaló. EFE, El Mercurio / GDA.

26 millones con deficiencia visual.

Más de 26 millones de personas sufren de algún impedimento visual en las Américas, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. Esto implica que son ciegas o cuentan con algún tipo de dificultad para ver con claridad.

Las cataratas y el glaucoma causan el 75% de los casos de ceguera. El organismo aclara que el 80% de estas enfermedades son prevenibles o curables. El número de personas con discapacidades visuales atribuibles a enfermedades infecciosas ha disminuido considerablemente en los últimos 20 años, según reportes de la Organización Mundial de la Salud.

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Un anteojo muy oscuro no es sinónimo de protección. Foto: Darwin Borrelli.

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