Según un estudio, son los más intranquilos en que las empresas privadas los supervisen.

Los usuarios uruguayos son los que mayormente están preocupados en que las corporaciones monitoreen su actividad en Internet. Según un estudio internacional difundido en diciembre, esta inquietud la tiene el 65% de los internautas locales, superando así a los de Emiratos Árabes Unidos (59%), Chile (54%) y Estados Unidos (53%).

El reporte, que compara los usos y percepciones que tienen los usuarios de Internet, es realizado por el Centro estadounidense para el Futuro Digital y hace pocos días fue divulgada su sexta edición en la que Uruguay participa por primera vez. Su objetivo es comparar los resultados de las encuestas realizadas por universidades de una veintena de países.

"Estas percepciones sobre la privacidad pueden afectar o no el comportamiento de los usuarios en Internet", aseguró a El País Matías Dodel, coordinador del estudio realizado por la Universidad Católica en 2013, en el que se encuestó a 2.000 uruguayos de manera telefónica mayores de 15, aunque el estudio solo tomó datos de los mayores de 18.

Los autores del reporte no tienen un motivo de por qué se dan estos pensamientos de los uruguayos. "Como no hay muchos estudios sobre este tema en Uruguay, no se puede explicar si se debe a la idiosincrasia o no", explicó Dodel, quien lidera el Grupo de Investigación sobre Uruguay, Sociedad e Internet (GIUSI) de la Universidad Católica.

Algunas personas que ocupan puestos jerárquicos del país han manifestado estas preocupaciones sobre algunas corporaciones. Una de ellas fue Roberto Markarian, el rector de la Universidad de la República, quien manifestó su temor de que Uruguay fuera "espiado" de concretarse un acuerdo entre Plan Ceibal y Google el año pasado que ofrecía a los alumnos acceder a un sistema innovador para crear, compartir y editar contenidos en tiempo real.

Según la edición de El País del 9 de julio, el director del Plan Ceibal le contestó a Markarián que todas las personas que tengan un celular transmiten información a esta empresa. El director de Google, Pedro Less Andrade, dijo que las bases de datos "no se venden ni se comparten". A Markarián estas explicaciones no lo conformaron y se buscaron alternativas para suplir la iniciativa de Google.

El trabajo también muestra que la población uruguaya está entre los cuatro países que más les preocupa que el gobierno los vigile. En Emiratos Árabes Unidos le pasa al 60%, en Arabia Saudita al 55%, en Chile al 53% y en Uruguay al 52%.

El Gobierno ha comprado instrumentos para vigilar. El año pasado, el Ministerio del Interior completó la adquisición de "El Guardián", un oneroso sistema informático capaz de espiar llamadas, correos y redes sociales.

Esta nueva tecnología —que solo podrá ser usada bajo resolución judicial— permite que 30 personas accedan a la vigilancia que generan hasta 800 celulares y 200 teléfonos fijos en tiempo real.

A su vez, bajo la administración de José Mujica, el gobierno evaluó comprar más equipos de espionaje. Uno de ellos fue Galileo, producido por una empresa italiana, con la cual hubo varias reuniones. Finalmente, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, descartó adquirir esta tecnología porque "es invasiva".

La mayor preocupación de los uruguayos no son ni las corporaciones ni el gobierno. La investigación muestra que la mayoría de los usuarios uruguayos (un 72%) están preocupados de que "otras personas estén violando su privacidad" en Internet.

Más de 65

Más de un cuarto de la población uruguaya de Internet (28%) son mayores de 65 años de edad. Estos datos, que ya se superaron según estudios recientes, se asemejan a los de países desarrollados.

En redes

Uruguay también tiene a la mayor cantidad de usuarios del estudio que más escriben o comparten contenidos en redes sociales todos los días: un 22% de los internautas, seguido por Chile e Italia (20).

En 2016

La Universidad Católica volverá a hacer el estudio este año para actualizar la información y el cambio de comportamiento de los usuarios uruguayos en Internet.

TecnologíaJUAN PABLO DE MARCO