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Un uruguayo en la ruta de los vikingos

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Foto: Pixabay

NAVEGANTE

El navegante buscará el récord de cruzar el océano Atlántico en el barco a motor más pequeño del mundo.

Si bien la mayoría de los navegantes elige embarcaciones de vela para cubrir largas distancias, debido a su capacidad para depender solo del viento, un uruguayo quiere demostrar los beneficios de hacerlo en un barco con motor, opción más económica para los amantes de estas travesías.

Gustavo Tabakian tiene 54 años y desde hace mucho tiempo su vida se relaciona con el mar. Tiene una travesía por cumplir y la peculiaridad es que podría batir un récord: el cruce del océano Atlántico en la embarcación a motor más pequeña del mundo, una que está construyendo. Hasta ahora, el barco de este tipo que lo hizo el recorrido mide unos 6,4 metros, pero el que está preparando este navegante mide entre cinco y seis.

La salida de Tabakian, que viajará solo, está prevista para el mes de junio, pero con la situación mundial que se vive por la pandemia del coronavirus habrá que esperar para ver si finalmente es en esa fecha o si se debe aplazar la partida.

El uruguayo explicó que la idea surge con el fin de demostrar que cualquier viajero puede encontrar en un barco a motor un lugar en el que vivir y trasladarse sin la necesidad de tener un nivel económico demasiado alto.
“Yo empecé trabajando hace años en una compañía de cruceros en Australia, haciendo mantenimiento. Iba viajando de país en país y siempre me veía limitado. Cada vez que iba a un país tenía que sacar boleto de retorno, por el tema de la visa uruguaya, siempre pagando alojamiento”, dijo.

Y añadió: “Esta idea surgió entonces para mostrar que casi todo nómade que ande viajando puede tener un barco donde quedarse, con el que desplazarse y tener un estilo de vida acorde a eso”.

Tabakian explicó que, por lo general, cuando se trata de cubrir largas distancias la mayoría opta por un velero, debido a su capacidad de depender solamente del viento. Pero construir un barco a vela es más caro, se necesita un mástil, mucho trapo, lastre, timón y, al menos, una orza, detalló. Además, el barco a vela no suele ir en línea recta con respecto a su destino, debe estar a cierto ángulo del viento, aún los más modernos. Este tipo de embarcación no se puede encallar para descansar en una playa o estar amarrado en una zona de subidas y bajadas de marea, cosas que todo viajero tiene muy en cuenta.

El aventurero dijo que un barco a motor, en cambio, requiere de un casco mucho más sencillo, se puede construir mucho más liviano y en menos tiempo. También está el hecho de que con él se puede navegar en aguas muy poco profundas y mantener un rumbo constante e independiente del viento y las corrientes. Un barco a motor, sostuvo, es más manejable entre las olas.
“Desarrollé un sistema para que el barco se propulse con las olas, que si bien solo es eficiente en determinadas situaciones, hace que el motor rinda más y gaste menos”, añadió el uruguayo, quien busca llamar la atención del mundo entero al intentar lograr un nuevo récord.

Tabakian dijo que la idea de batir el récord en ser la persona con la embarcación a motor más pequeña que cruza el océano Atlántico es una excusa para llamar la atención sobre el tema: “Para mucha gente es un cambio importante en la industria de la navegación recreativa, porque sería abarcar un nicho que hasta ahora está vacío, esa es la importancia de todo esto”.

Este navegante estuvo viviendo cuatro años en un barco de motor en Europa, viajando de un lugar a otro. Su nueva aventura es hacer “la ruta de los vikingos”, esa antigua ruta comercial nórdica que le tomará unos 15 días.
“La ruta normal de los barcos veleros es por las Islas Canarias y luego agarran la corriente que viene a América y que es la misma que agarró Cristóbal Colón. Pero el barco a motor puede hacer una ruta más corta, que es de Noruega a Escocia, de Escocia a Islas Faroe, de allí a Islandia, luego a Groenlandia y ahí cruzar a Canadá”, explicó.

Si la situación sanitaria a raíz del coronavirus Covid-19 no le permite cumplir esta travesía en el mes de junio, tiene sobre la mesa la idea de realizar otro recorrido en el Sur, hacia el verano.

Cuando le preguntan por qué eligió esa ruta responde que una de las razones es porque es una ruta que se puede hacer con barco a motor.
“Porque somos orientales, somos de Uruguay, un pequeño país como mucho potencial que aún no ha sido descubierto del todo”, dijo el navegante a través de una nota publicada en su blog, “Uruguay en la ruta de los vikingos”.

Y agregó que, al mismo tiempo, con este tipo de travesías, “rendimos tributo a los irlandeses como Brendan, que cruzó el Atlántico hacia el año 500, o los vikingos que lo cruzaron hacia el año 1000”.

Sobre barcos y tácticas para navegar

El navegante que quiere romper el récord de cruzar el océano Atlántico en la embarcación a motor más pequeña, Gustavo Tabakian, contó que hace algunos años construyó un barco liviano, propulsado por un motor muy poco potente, con el que estuvo unos cuatro años perfeccionando la navegación.
“Las embarcaciones son especializadas y tienen distintos compromisos entre lo que es estabilidad, habitabilidad, aguas en las que va a servir, velocidad contra capacidad de hacer largos pasajes, tamaño y volumen”, sostuvo. Explicó, además, que cada embarcación se adapta al agua de manera diferente, por lo tanto, en casos extremos como este que lo puede llevar al otro lado del Atlántico, la especialización en técnicas y tácticas de navegación marcan la diferencia, sostuvo.

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