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Una alcancía que le pide dinero a los niños y un robot que canta y aplaude al ritmo de la música son algunas de las sensaciones del Salón del Juguete de Tokio, que podría recibir unos 160.000 visitantes hasta el domingo.
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Una alcancía que le pide dinero a los niños y un robot que canta y aplaude al ritmo de la música son algunas de las sensaciones del Salón del Juguete de Tokio, que podría recibir unos 160.000 visitantes hasta el domingo.
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