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Reserva boliviana acude a la Unesco para ganar el título de "geoparque"

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El Parque Nacional Torotoro posee variados atractivos, por lo que las autoridades locales quieren convertirlo en centro turístico. Foto: AFP

Toro Toro

Cavernas kilométricas, una rara especie de peces ciegos, un cementerio de tortugas, huellas de dinosaurios y una ciudadela inca: la reserva busca que la Unesco la declare el primer geoparque de Bolivia, el quinto de América.

A pesar de su reducido tamaño, unas 16.570 hectáreas, casi en el corazón de Bolivia, el Parque Nacional Toro Toro posee variados atractivos, por lo que las autoridades locales quieren convertirlo en centro turístico.

"Como municipio estamos trabajando con el apoyo de varias instituciones para gestionar ante la Unesco la declaratoria de Toro Toro" como geoparque, explica a la AFP el alcalde Eliodoro Uriona.

En el municipio, en cuyo territorio se encuentra la reserva, viven unos 12.000 campesinos herederos del pueblo Charca, sometido por el imperio inca a fines del siglo XV.

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en un geoparque "se gestionan sitios y paisajes de importancia geológica internacional" y se busca un desarrollo sostenible para su protección y para sensibilizar contra el cambio climático.

En el mundo hay cerca de 130 geoparques, que surgieron a principios de la década de 1990 y forman una Red Mundial de Geoparques. Apenas cuatro de ellos están en América: uno en Brasil (Araripe), dos en México (Comarca Minera y Mixteca Alta) y uno en Uruguay (Grutas del Palacio).

El director municipal de Turismo, Javier Camacho, destaca a la AFP que "éste sería el primero en Bolivia, el primero en la región andina y el quinto en América".

La reserva, donde se cobra una entrada de un dólar y medio a los bolivianos y seis dólares a los extranjeros, tiene buen perfil para aspirar a esta clasificación, pues "alberga una historia de 500 millones de años", afirma Camacho.

La iniciativa cuenta con el apoyo de la Universidad Federal del Rio Grande do Sul de Brasil, que desde 2015 ha provisto personal para preparar el expediente científico para la candidatura ante la Unesco.

El Parque Nacional Torotoro posee variados atractivos, por lo que las autoridades locales quieren convertirlo en centro turístico. Foto: AFP
Foto: AFP

A fin de mes culmina el plazo para presentar la documentación en La Paz, y posteriormente la Unesco evaluará si Toro Toro se convierte en geoparque, explica Camacho. En Bolivia hay 22 parques nacionales y reservas naturales.

Ciudadela inca.

Toro Toro tiene los pergaminos para deslumbrar a la Unesco: la caverna de Umajalanta ("donde se pierde el agua", en lengua quechua) está formada por kilómetros de galerías subterráneas, donde se formaron por millones de años estalagmitas y estalactitas, trozos filosos de carbonato de calcio.
De la caverna solo se han explorado unos siete kilómetros y nadie ha encontrado el final.

Tiene varios ríos que corren por su interior y en algunos recodos y pozas se han formado lagunas, donde viven peces ciegos "bagre", únicos en el mundo, de hasta 20 centímetros. También se ha calculado que hay unas 50 cuevas y apenas la mitad exploradas.

Están asimismo las ruinas de Llama Chaqui ("pie de llama", un auquénido), una ciudadela construida por los incas, como una fortaleza de la época.

A unos tres kilómetros del pueblo está el Cementerio de Tortugas, donde se encuentran decenas de quelonios fosilizados. Se calcula que corresponden a un período en transición, entre el Cretácico y el Paleógeno, de unos 65 a 60 millones de años.

El Parque Nacional, uno de los 22 que hay en Bolivia, se encuentra a entre 2.000 y 3.6000 metros sobre el nivel del mar. Foto: AFP
Foto: AFP

Para deslumbrarse aún más está la Ciudad de Itas (ciudad de piedras), una formación rocosa natural dentro de una colina con bloques pétreos que se asemejan a paredes y columnas de hasta 20 y 30 metros de altitud.

El tiempo, la erosión, el viento y el movimiento de aguas habrían dado el nacimiento al lugar, hace millones de años.

Y también se hallan en piedras calizas unas 3.500 huellas de unas ocho especies de dinosaurios, principalmente saurópodos, terópodos y anquilosaurios.

La estimación del municipio es que con una mayor investigación podrían duplicar el número para su conservación, y que sería el segundo lugar más grande de pisadas en Bolivia, tras Cal Orcko, en el departamento sureño de Chuquisaca, donde hay unas 12.000.

A Toro Toro, cuyo nombre deriva de turu turu ("planicie de barro", en quechua) se llega desde la ciudad central de Cochabamba por una tortuosa carretera de tierra, en un trayecto de 130 kilómetros que demora cinco horas.

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