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Recuerdos que se desvanecen

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La mayoría de las personas no recuerdan lo que vivieron antes de tener 4 o 5 años-  Foto: Pixabay

El cerebro de los niños está haciendo tantas conexiones que “pierde” escenas.

Cuál es tu recuerdo más temprano? ¿De los 3, 4 o 5 años? ¿Qué pasó con lo que te cuentan que hacías antes de eso? ¿O con el recuerdo de esos cumpleaños que te celebraron con tanta emoción y de los que sólo quedan fotos? ¿Por qué no recordamos al menos algo de lo que pasó al principio de nuestras vidas?

Es todo un fenómeno... y tiene nombre. "Se llama amnesia infantil", le dijo a la BBC Catherine Loveday, de la Universidad de Westminster. "Ninguno de nosotros recuerda nada de antes de los 2 o 3 años. Y eso es temprano: la mayoría de la gente no recuerda nada de lo que vivió antes de que tenía 4 o 5 años de edad".

"Varía mucho la edad, pero usualmente tiene que ver con algo significativo. La gente recuerda cosas como caerse de la bicicleta... momentos que fueron importantes para ellos".

Eventos.

La edad promedio de nuestros primeros recuerdos es 3 años y 4 meses, pero como Catherine Loveday señaló, hay quienes pueden recordar eventos que tuvieron lugar cuando eran mucho más jóvenes. Antes de seguir, aclaremos algo: si tienes o has estado cerca a chicos de alrededor de dos años sabes que pueden reconocer gente y lugares, lo que requiere de memoria.

Pero de lo que estamos hablando en esta ocasión es de la memoria episódica, la que está relacionada con sucesos autobiográficos —momentos, lugares, emociones asociadas y demás conocimientos contextuales— que pueden evocarse de forma explícita. Y si vamos a explorar cómo recordamos, qué mejor que empezar por cómo olvidamos.

A finales del siglo XIX, el alemán Herman Ebbinghaus, un pionero en el estudio de la memoria, inventó un experimento para ponerla a prueba. Primero, se aprendió cientos de listas de palabras sin sentido. Luego, midió cuánto le tomaba volver a aprender las listas después de distintos períodos de tiempo, desde 20 minutos hasta un mes. Encontró que olvidamos de una manera completamente predecible.

La "curva del olvido" —como la llamó— es exponencial: olvidamos pronto al principio, de manera que la curva es pronunciada, pero gradualmente se va haciendo más plana. Si por ejemplo estudiaste alemán en el colegio y después nunca más, el número de palabras que recordabas declinó rápidamente durante el primer año, pero luego el ritmo con el que has olvidado se ralentizó.

La poda.

Ebbinghaus descubrió que la curva del olvido cambia con la edad, y que los niños olvidan más rápido. ¿Por qué? "El cerebro se está desarrollando increíblemente rápido. En el primer par de años de vida estamos creando tantas conexiones nuevas que el cerebro de un bebé de un año tiene más conexiones que en cualquier otro momento en su vida", explica Catherine Loveday. Una de las actividades necesarias para el funcionamiento del cerebro es podarse, deshacerse de algunas de esas conexiones, como si estuviera podando un árbol para tratar de que crezca más sano.

"En ese proceso, posiblemente perdemos recuerdos. Además, hay científicos que han estudiado la importancia del lenguaje: las palabras ayudan a que los recuerdos se establezcan", añade la experta.

La idea entonces es que no podemos codificar una memoria antes de tener un concepto lingüístico para cada dato. Ese fue uno de los problemas del trabajo de Ebbinghaus: no tuvo en cuenta que es más difícil recordar una palabra sin sentido, como las que él aprendió, que una con significado.

Otro problema es que ahora sabemos que el hipocampo es clave para codificar y almacenar la memoria episódica, y éste no madura hasta mucho más tarde en nuestra infancia. Todo eso junto significa que nuestros cerebros no estaban listos para guardar esos primeros recuerdos.

Uno quizás recuerda alguna escena de la infancia, basado en lo que dijo su mamá y quizás uno que otro fragmento de memoria. Se llaman "memorias ficticias". En conjunto, la probabilidad es extremadamente alta de que no sean ciertas, aunque los expertos aclaran que puede haber excepciones.

La "eficacia" del recuerdo.

Cuando se cree recordar antes de los primers dos años algunos de los elementos del recuerdo pueden ser ciertos pero es muy posible que hayamos añadido información a lo largo de la vida. Y eso sigue pasando después: muchos recordamos experiencias con gente que no pudo haber estado, o estamos seguros de que algo sucedió, cuando no fue así. "Estamos construyendo recuerdos con lo que tenemos a mano, y a veces esos trozos se desordenan", apunta Catherine Loveday, investigadora de la Universidad de Westminster. "Si estás acordándote de unas vacaciones con tu familia, tu memoria incluye a todos tus hermanos, así que cuando recuerdas un momento los pones a todos en la escena, aunque uno no haya estado . Así es cómo funciona la memoria para ser eficientes al recordar.

EN POCAS PALABRAS

Excepciones. Cientos recordaban desde antes

De todas formas, en un trabajo hecho por BBC, 40% de los participantes contaron algo que decían que ocurrió a los 24 meses y otros hablaron de recuerdos que fecharon antes de que cumplir el año.

Cerebro. Va podando lo que no es fundamental

En el primer par de años de vida estamos creando tantas conexiones nuevas que el cerebro de un bebé de un año tiene más conexiones que en cualquier otro momento de su vida, aseguran especialistas.

Lengua. Conceptos asociados al recuerdo

No podemos recordar cosas que involucren un concepto en particular hasta entender qué es. La idea es que no podemos codificar una memoria antes de tener un concepto lingüístico para cada dato.

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La mayoría de las personas no recuerdan lo que vivieron antes de tener 4 o 5 años- Foto: Pixabay

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