SALUD

En Uruguay, cada día mueren siete personas a raíz de un accidente cerebro vascular (ACV). Es la principal causa de muerte de las mujeres, la segunda de los hombres y junto a las enfermedades isquémicas del corazón, es la que más mata en nuestro país.

Las mutualistas no están obligadas a cubrir las terapias para atender ACV isquémicos, aneurismas y malformaciones, tratamientos que llegan a costar cientos de miles de pesos. Es por eso que desde hace años la Asociación para personas con enfermedades cerebro vasculares (Apecv) viene luchando para que estas terapias integren la canasta básica de prestaciones (el Plan Integral de Atención en Salud, PIAS), y sean gratuitas.

Lograron que se creara un proyecto de ley, pero siguen luchando ya que, a pesar de haber sido presentado el año pasado en la Cámara de Senadores, aún no hay mayores novedades.

Gabriela Suárez, presidenta de Apecv, explicó a El País que desde hace mucho tiempo reclaman ayuda. Hace al menos tres años que vienen hablando con las autoridades para que exista una solución a esta problemática que enfrentan muchas familias a la hora de no poder afrontar los gastos para salvar la vida a un ser querido.

“El año pasado el proyecto de ley se presentó en la Cámara de Senadores, pero no hubo suerte, fue todo un cuento. El proyecto quedó ahí, después vino la campaña electoral, las votaciones. No se trabajó y ahora empezaron hace un mes de nuevo las comisiones y entramos por Diputados esta vez. Igualmente ya hemos ido varias veces otros años a las dos cámaras. Esta vez fuimos con la diputada Nibia Reich y ella los comprometió a todos a extraer esa copia del proyecto y firmarla y ellos mismos hacer la gestión con los senadores. Eso nos explicó. Paralelamente, desde la semana pasada nos reunimos y formamos parte de una comisión honoraria para los ACV en el MSP".

Allí, la Apecv junto con importantes neurocirujanos, neurólogos, grados cinco del Clínicas, etc. Dentro de esa comisión vamos a tratar de armar todo lo que se escribe en la ley, o sea, empezar a coordinar el tema de ambulancias, de un número telefónico para que la gente pueda llamar, empezar a ver los centros de referencias desde dentro del Ministerio de Salud Pública”, sostuvo Suárez, quien definió la creación de esta comisión como “un gran avance”.

Los integrantes de Apecv saben que, de aprobarse el proyecto, llevará un proceso y tiempo. Su presidenta dijo que tienen previsto que, al menos, demore hasta 2022, “pero queremos que ya, ahora, empiece un cambio. Porque hoy se mueren siete personas, mañana se mueren siete y pasado mañana se mueren otros siete. Entonces no podemos dejar a toda esta gente tirada. La idea es, con los recursos que hay, empezar a organizar algo y después con el tiempo irlo mejorando”.

Adriana Pacheco es una de las integrantes de la asociación y agregó que la mayoría de los tratamientos que se hacen hoy en día en Uruguay son “a través de contrato particulares y cada cirugía puede llegar a salir unos US$ 10 mil. Muchos pacientes tienen que ir a recursos de amparo para poder realizarlas. Nosotros intentamos de todas formas que esto entre en las prestaciones de la canasta básica porque siete uruguayos se mueren por día a causa de un ACV. Esto es gravísimo y peleamos por un derecho que tenemos todos los uruguayos”.

Tal como informó meses atrás El País a través del suplemento Qué Pasa, los tratamientos para personas que tuvieron un ACV no integran la canasta básica de prestaciones (PIAS), por lo que las instituciones de salud no están obligadas a ofrecerlas ni pagarlas.

La única mutualista que realizaba sistemáticamente este procedimiento a sus afiliados sin costo, al tiempo que tenía las embolizaciones para aneurismas y malformaciones bonificadas en un 50%, era Médica Uruguaya. Hay dos centros privados con angiógrafo en los que se puede acceder al tratamiento en forma particular. Son SMI y Casa de Galicia (esta última asociada con la Asociación Española y el Militar). Con lo que respecta a la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), esta cubre los aneurismas que son el 15% de los ACV.

Hay determinados aspectos de nuestra salud que pueden tenerse en cuenta para prevenir los accidentes cerebro vasculares, como por ejemplo, evitar la hipertensión, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo o la obesidad.
Sin embargo, una vez ocurrido el ACV, los médicos deben actuar con rapidez y los tratamientos adecuados, esos por los que la Apecv lucha para que puedan ser gratuitos, pueden ayudar a disminuir las secuelas y en muchos casos a evitar la muerte del paciente.