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Se pincha el sueño de haber encontrado fosfina en Venus

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Superficie de Venus

ASTRONOMÍA

Estudios desvirtúan el artículo publicado en Nature que insinuó señales del gas fosfina en el planeta vecino

Un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature a mediados de septiembre puso en modo hype no solo a la comunidad científica y a quienes siguen de cerca los últimos avances eninvestigación interplanetaria, sino a miles de personas de a pie que tuvieron la oportunidad de leer las noticias en los medios de comunicación.

No era para menos: investigadores de una colaboración internacional integrada, entre otros, por la Universidad de Cardiff, en el Reino Unido, y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), anunciaban la detección en Venus de fosfina, una molécula que si bien en la Tierra es tóxica, en el segundo planeta podría significar un biomarcador, es decir una sustancia producto de la actividad biológica anaeróbica.

Para detectar la presencia de la fosfina en las capas superiores de la atmósfera de Venus, los científicos, liderados por la astrobióloga Jane Greaves, de la Universidad de Cardiff, hicieron observaciones en el rango del espectro conocido como “submilimétrico” o microondas.

La detección de la fosfina dependió de una sola línea espectroscópica de 267 GHz en las observaciones del telescopio ALMA. Reveló una concentración de 20 partes por mil.

Aunque el anuncio fue interpretado como un paso determinante en el camino a responder la pregunta sobre si estamos solos en el universo, con el paso de los días y de las semanas, el optimismo se ha ido transformando, por decir lo menos, en escepticismo. Todo por cuenta de una serie de estudios publicados en la página web arXive.com, donde los científicos publican los avances preliminares de sus investigaciones que aún no han sido sometidos a la revisión de pares.

Uno de estos artículos aún sin arbitrar fue elaborado por el Laboratorio de Estudios Espaciales e Instrumentación Astofísica, Física Solar, Planetología, Física Estelar, Plasma y Alta Resolución Angular, de Francia.

Dichos documentos desestiman el hallazgo de la fosfina en Venus desde distintos puntos de vista. Estos investigadores utilizaron observaciones del Telescopio Infrarrojo de la NASA para buscar huellas de la fosfina en Venus a partir de este tipo de luz. Sus resultados fueron negativos.

Según indicaron los autores, “el nivel de detección en espectroscopía infrarroja es cuatro veces inferior al detectado en radio. Para explicar estas medidas se necesitaría que la fosfina esté presente en la mesosfera a niveles no observables del infrarrojo o que esta sea variable”.

El 5 de octubre, la Comisión sobre Astrobiología de la Unión Astronómica Internacional (UAI), organismo que agrupa asociaciones de astrónomos del mundo, publicó un comunicado en el que manifestaban su malestar frente al estudio de Nature.

La Comisión afirmaba que se sentían preocupados por la forma como se ha cubierto la detección potencial de fosfina para una amplia audiencia.
“Es un deber ético para cualquier científico comunicarse con los medios de comunicación y el público con gran rigor científico y tener cuidado de no exagerar cualquier interpretación que sea irremediablemente recogida por la prensa y genere una gran atención pública en el caso de la vida más allá de la Tierra”, se leía en el documento.

A los pocos días el comunicado fue retirado del sitio web de la UAI y en su lugar empezó a circular en internet una nueva versión con comentarios en rojo hechos por el astrónomo Chriss Lintott, de Oxford.

Asimismo, la UAI finalmente liberó un nuevo comunicado de prensa en el que, en resumen, lamentaban lo sucedido y aseguraban que lo dicho en el documento no representaba la posición de la junta directiva de la IAU.
Y como si todo lo anterior no fuera suficiente para alimentar la trama de esta intensa esta novela científica, en las últimas horas, el observatorio Alma retiró de su web los datos en bruto a partir de los cuales Greaves y su equipo basaron sus análisis. Ahora, en dicha web, al intentar observar los datos utilizados por Greaves sale una alerta que advierte que estos se encuentran bajo “evaluación de calidad”, luego de que un problema fue detectado.

El 22 de octubre de 1975 el módulo de aterrizaje de la misión espacial soviética Venera-9 hizo un aterrizaje suave en la superficie de Venus y logró transmitir las primeras imágenes de su superficie del planeta. La nave pudo transmitir información durante 53 minutos antes de sucumbir a la enorme presión y calor. (En base a El Tiempo / GDA)

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