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Peter Vesterbacka (52) fue reconocido en 2011 por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo. ¿La razón?: el finlandés fue una de las mentes detrás de Angry Birds, uno de los juegos más populares de la historia.

Angry Birds, de la desarrolladora finlandesa Rovio, es un videojuego donde el objetivo es usar una honda para lanzar distintos tipos de aves que están enfrentadas con unos malvados cerditos para conquistar niveles. El videojuego fue lanzado en 2009 y obtuvo más de 12 millones de ventas en sus primeros meses disponible en la AppStore de Apple. A finales de 2010 su éxito lo llevó a estar disponible para Android y Symbian. En 2016, Rovio llevó al juego a otro nivel: estrenó la película animada sobre la guerra de los pajaritos versus los chanchitos. Llaveros, juguetes y el más diverso merchandising convirtió a Angry Birds en mucho más que un videojuego.

Vesterbacka, quien tiene su propio personaje de Mighty Eagle, dejó la compañía para dedicarse a promover a los emprendedores del mundo. Esta semana, el finlandés se encargó de la apertura del evento destinado a inversores ángel y startups que se organiza desde Uruguay,Xcala Summit, que se celebró desde ayer y terminará mañana; previo a eso conversó con el diario El País.

—¿Cómo te vinculaste con el mundo de los videojuegos?
— Estudié marketing en Finlandia y siempre estuve interesado en los videojuegos y pasaba tiempo jugando. Además, me gustaba la tecnología en general, algo que no estudié pero de lo que aprendí y creo que eso es habitual para muchas personas que están en el negocio de los videojuegos. Rovio –la compañía madre de Angry Birds– comenzó como una competición de creación de videojuegos que yo mismo organizaba; creo que muchas empresas de videojuegos comenzaron así.

— ¿Cómo se desarrolló la idea de Angry Birds?
— Rovio fue inicialmente una competencia de juegos y la realidad es que creamos 51 jugos antes de Angry Birds. Conseguimos el éxito en el 52. Creo que cuando lo logramos todos entendieron que es muy difícil hacer un juego que sea un hit y creamos una estrategia para lograrlo. Luego de conseguirlo decidimos enfocarnos de lleno en él, no solo como un juego, sino como una marca. Angry Birds se convirtió en algo mucho más grande. El negocio de Rovio es proveer Angry Birds de un branding, una experiencia juego, animaciones, productos para los consumidores. Por ejemplo, Angry Birds tuvo su primera película en 2016 y fue número uno en 52 países, incluidos Estados Unidos, China y toda América Latina; creo que eso refleja un proceso muy natural que logramos al trabajar como marca.

—¿Cuál fue la clave del éxito de la saga Angry Birds?
— Cualquier éxito en los juegos es una combinación de muchas cosas. No es suficiente hacer una sola cosa bien, sino que tenés que hacer todo bien. Enfocarnos en la marca fue muy importante pero, en realidad, tampoco tuvimos miedo de crecer en áreas de las que no teníamos conocimiento. Por ejemplo, no sabíamos nada sobre licencias u otros productos. Lo fuimos descubriendo y decidimos hacerlo mientras aprendíamos sobre el tema y fue muy importante para la compañía, el no temer hacer cosas distintas. Fue un camino de poder llevarlas adelante, fracasar, aprender, volver a realizarlas y ser exitosos. Creo que eso es clave para cualquier emprendedor o startup, tener en la cabeza que no hay que temer a lo nuevo.

– Te fuiste de Rovio hace algunos años para trabajar en tus otros emprendimientos, llamados Slush y MobileMonday, que están enfocados en startups y emprendedores. ¿Por qué diste ese paso?

– He sido un emprendedor desde siempre. Me interesan las nuevas compañías e iniciativas. De hecho Slush –ONG destinada a organizar eventos para emprendedores y startups– comenzó antes que Angry Birds. La creé con el objetivo de cambiar la mentalidad de los emprendedores en Finlandia. Vivo en un lugar donde hay muchas startups en el área de la educación, entonces creo que podemos hacer muchas cosas para hacer de la educación más efectiva y buena y creo que viniendo de Finlandia, donde tal vez tenemos el mejor sistema educativo del mundo, considero que debemos responsabilizarnos y compartirlo con todo el mundo. Como continuación de lo que surgió con Slush, donde creamos un ecosistema de startups muy competitivo, pasamos a la búsqueda de mejorar la infraestructura y estamos creando un túnel para conectar las capitales de Finlandia y Estonia (Helsinki y Tallinn) con un túnel para reducir la distancia de dos horas a 20 minutos. Creemos que con una mejor conectividad podemos aumentar el talento en la ciudad. ¿Por qué es importante? Siempre pongo el ejemplo de lo que hemos logrado con los juegos: por ejemplo, si vas a Los Ángeles y parás en la cafetería del lugar y preguntás sobre una película, te cuentan todo. En el caso de Helsinki, cuando parás en la cafetería local preguntarías sobre los juegos y te explicarían todo sobre los últimos títulos. Hay una alta densidad de desarrolladores de juegos y creo que eso es muy importante para el éxito de las startups y el foco está en mejorar el ecosistema y darle más relevancia a su densidad. Eso es algo en lo que estuvimos trabajando. Además, viajo mucho a Asia. China, India y Japón están a pocas horas de vuelo y estoy trabajando también con el gobernador de Medellín (Colombia).

—¿Creés que los emprendedores y startups pueden brindar cosas nuevas e interesantes durante la pandemia?
— Creo que los emprendedores son personas que crean y opino que es exactamente lo que necesitamos en el contexto de la COVID-19 y pandemia. Las crisis son siempre oportunidades y es un buen ejemplo de lo que pasa con la educación: pudimos pasar a todo el mundo online en cuestión de días. Si el año pasado alguien nos hubiese dicho que íbamos a pasar toda la educación online en Finlandia, nadie pensaba que todos los estudiantes y los docentes lo lograrían en dos días. Nos hubiesen dicho que era imposible; sin embargo, no lo fue. Creo que los emprendedores son vitales y las startups son los vehículos para ese cambio. Realmente existen muy pocas cosas que son imposibles. Si le preguntás un emprendedor qué quiere, hacer su respuesta será que quiere cambiar el mundo y aunque pueda sonar como un cliché, creo que se trata de eso.