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El "pequeño milagro" de Pompeya: la ciudad culmina una gran restauración

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Restauración en Pompeya. Foto: EFE

La ciudad que fue sepultada por las cenizas del Vesubio está terminando una ambicioso trabajo de recuperación.

Tras años de restauración, Pompeya vuelve a mostrar al mundo tres valiosas casas en el corazón de la ciudad sepultada por las cenizas del Vesubio en el año 79 A.D., entre las que se encuentra la Casa de los Amantes, “un pequeño milagro” por la dificultad de su recuperación.

Con esta reapertura, el yacimiento culmina después de cinco años y una inversión de casi 100 millones de euros el ambicioso Gran Proyecto Pompeya, que ha permitido que la ciudad pasase de ser “sinónimo de derrumbes e incapacidad” a “un motivo de orgullo”, según el ministro de Cultura, Dario Franceschini.

“Los amantes, como las abejas, tienen una vida dulce como la miel”, es la inscripción en latín que da nombre a la Casa de los Amantes, bajo la cual alguien escribió “ojalá”.

Ahora esta inscripción vuelve a ser visible después de 40 años, cuando un terremoto dañó gravemente el yacimiento y se prohibió el acceso incluso a los arqueólogos por peligros de desprendimientos, señaló la arqueóloga Arianna Spinosa.

La “espléndida” casa recuperada, una estructura única dentro de Pompeya por conservar la primera planta y un doble peristilo, es un “pequeño milagro” por la precaria situación en la que se encontraba después del terremoto, explicó el director del parque arqueológico, Massimo Osanna.

Para hacerse una idea de la magnitud de esta restauración, que ha costado unos 150.000 euros y en la que han intervenido 40 personas, la arqueóloga Vittoria Pattullo cuenta que lleva trabajando “una semana en la limpieza de una pared de tres metros cuadrados”.

Restauración en Pompeya. Foto: EFE
Foto: EFE

La trabajadora contesta desde lo alto de una escalera, donde se afana con el bisturí retirando “las sustancias acumuladas que impiden la legibilidad de la pintura”, ya que esta casa se encontraba en una situación de conservación “particularmente comprometida”.

Otro símbolo del éxito de la restauración es la Casa de la Huerta, cuya decoración con pintura negra, imitando una escena nocturna, es insólita entre las demás “domus”, afirmó Osanna.

Los llamativos frescos pretenden dar la sensación de “un jardín nocturno”, decorados con motivos florales y con representaciones sincréticas de dioses como Isis o Dionisio, en lo que el director del parque definió como “una habitación del amor”.

La última casa inaugurada es la de la Nave Europa, que recibe su nombre de una gran incisión que representa un barco de carga llamado Europa, prueba del dinamismo económico de la ciudad y la “posibilidad de conexión” de las ciudades mediterráneas.

“Los trabajos en Pompeya no acabarán nunca”, respondió el ministro de Cultura, ya que “una ciudad de 60 hectáreas expuesta a la intemperie durante siglos siempre requerirá mantenimiento”. 

Un trabajo largo que nunca terminará.

Desde 2014 el número de visitantes creció un 47,5 % en Pompeya, el segundo lugar más visitado de Italia tras el Coliseo de Roma, entre los monumentos de pago. Una vez finalizado el Gran Proyecto Pompeya, los trabajos se centrarán en potenciar la investigación de “jóvenes de todo el mundo”, señaló Osanna, y sobre todo, en mejorar la situación “fuera del parque”, según Franceschini.

Los retos que tiene el parque por delante están en mejorar las infraestructuras para llegar a él y “valorizar el patrimonio” para mejorar la situación de toda la región que rodea el yacimiento, concluyó Franceschini. Tanto él como el equipo de arqueólogos al frente de las obras de restauración mostraban un visible sentimiento de orgullo después de unos trabajos “largos y fatigosos”, que pese a todo nunca acabarán.

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