La personalidad de un individuo tiene poco que ver con su orden de nacimiento, concluyeron científicos de las universidades de Mainz y Leipzig tras una serie de pruebas a 20.000 adultos de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.

Aunque se tiende a pensar en los primogénitos como perfeccionistas y en los hijos menores como rebeldes, la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) desestima esta idea.

Según explican, la extraversión, la estabilidad emocional o la amabilidad no tienen relación con la posición en la que se nace. Esto no solo contradice ciertas teorías psicológicas, sino que va en contra de la intuición de muchas personas.

Los hijos mayores sí tendían a mostrar un vocabulario más rico y menos dificultad para entender ideas abstractas, pero que esto no afectaba su forma de ser. 

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