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"La ONU no puede forzar a los países"

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"Es una preocupación que no se sigan deteriorando las fuentes de agua".  Foto: F. Ponzetto
Nota a Elliot Harris, Naciones Unidas, en el Teatro Solis, ND 20151006 foto Fernando Ponzetto
Archivo El Pais

El jefe de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente habló del agua en Uruguay y explicó la falta de acuerdos en cumbres globales.

—Hay personas que son escépticas en lo relacionado al cambio climático y creen que no existe o que es parte del desarrollo de la Tierra. ¿Qué les diría?

—Primero que nada, que la evidencia está ahí. Las cosas están cambiando. Puedes dudar sobre cuán grande es el cambio, puedes tener dudas sobre qué provoca los cambios, pero los signos están ahí, y no se pueden negar.

—¿A qué signos se refiere?

—Bueno, sabemos que quemar combustibles fósiles produce CO2, que va a la atmósfera y calienta. Eso no es natural, es resultado de la actividad humana. Entonces, es prudente y tiene sentido pensar que si estamos haciendo algo que no es natural hay que dejar de hacerlo o hacerlo menos.

—Pero aún hay muchas personas que no lo ven como un problema grave...

—Aun si no supieras acerca del cambio climático, el hecho es que los combustibles fósiles son una fuente finita de energía; se los quema y un día van a desaparecer. No tenemos por qué esperar a que eso suceda para empezar a pensar en tecnologías que los reemplacen. Y si pensamos en tecnologías que los reemplacen podemos pensarlas para que no sean finitas y que no provoquen emisiones de dióxido de carbono. Y si todo eso va a ser necesario en unos años tiene sentido empezar ahora antes de vernos forzados a hacerlo.

—Prevenir...

—Claro. No tiene ninguna desventaja actuar ahora y alejarse de estas prácticas peligrosas y dañinas para el medio ambiente aun cuando no creas en el cambio climático y el calentamiento global. Tiene sentido proteger el medio ambiente porque es el único que tenemos. Y solo podemos dañarlo hasta un punto en el que se volverá irreversible.

—En ese marco, ¿por qué las grandes potencias no han llegado a acuerdos en las últimas cumbres?

—En 1988 cuando se creó el Panel Internacional contra el Cambio Climático sabíamos que el clima estaba cambiando pero no por qué, ni cuán rápido. Fue necesario generar una base científica durante 20 años para entender el fenómeno y comprender qué teníamos que hacer para enfrentarlo.

—Después hubo muchas reuniones más y la opinión pública se quedó con el gusto amargo de que las potencias no se comprometieron.

—Bueno, hace cinco años nos reunimos en Copenhague pero creo que no era el momento porque todos estaban preocupados por la crisis financiera. No estaban para pensar en el clima. Ahora estamos en una situación diferente.

—¿Por qué estamos en una situación diferente?

—Pienso que hoy la mayoría de los países entienden la urgencia del tema. Y si no todos, la mayoría entiende que tenemos que actuar juntos. Ninguno va a resolver este problema solo.

—Hay quienes han cuestionado que Naciones Unidas no tenga una postura más fuerte a la hora de exigir el cumplimiento de los compromisos a países como Estados Unidos o China. ¿Qué opina usted?

—Naciones Unidas ha tenido una postura activa en presentar a los países las evidencias científicas sobre el cambio climático y en darles las opciones y los recursos para que puedan alcanzar sus desafíos. Pero al final del día, los miembros de las Naciones Unidas decidirán individualmente y por sí solos. Podemos ayudarlos a entender el problema pero ellos son los que tienen que decidir. No podemos forzar a ningún país.

—En diciembre se realizará en París la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. ¿Es optimista?

—Soy cautelosamente optimista. Hay problemas y hay que resolver discusiones científicas pero hemos hecho muchos progresos desde la cumbre de Lima; se ha hecho foco en temas de discusión que necesitaban ser aclarados y ahora creo que estamos lo suficientemente cerca de un acuerdo global.

—¿Qué progresos destacaría?

—Se redactaron intenciones de contribuciones de cada país y la mayoría de los países ha declarado compromisos sobre sus contribuciones. Las decidieron solos, nadie los forzó. Son intenciones nacionales y voluntarias.

—¿Sobre esa base cree que puede haber acuerdos y compromisos?

—Sí, es un buen momento para crear acuerdos sobre esas bases. Eso no había sucedido hasta ahora. Muchos dirán que poner todo eso junto no es suficiente. Puede que sea cierto, pero es un punto de partida. Yo creo que tenemos una oportunidad real de alcanzar acuerdos en París.

—El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) instaló en Uruguay la oficina regional para el Cono Sur. ¿Por qué eligieron este país?

— Porque ha liderado en muchos temas medioambientales. Por ejemplo, lideró negociaciones internacionales sobre la protección del medioambiente de las emisiones de mercurio y en septiembre tuvieron la reunión internacional del Programa Montevideo 4.

—¿Qué destaca de este programa?

—Es sobre derecho ambiental y surgió hace 20 años. O sea, hace 20 años Uruguay ya demostraba liderazgo en el manejo del medio ambiente. Y después nos motivó ver las cosas que han hecho en estos 15 años como reformar la Constitución para declarar el acceso al agua como un derecho de todos. Muy pocos países hicieron esto.

—En los últimos años ha tenido problemas con la calidad del agua...

—Sí, es una de las prioridades del gobierno, que ha declarado que debe haber una coordinación entre agua, medio ambiente y cambio climático como tres áreas claves en la sostenibilidad y las políticas ambientales.

—¿Le preocupa al Pnuma que no se siga deteriorando la calidad del agua?

—Sí, totalmente. El tema necesita de mucha coordinación entre el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y el de Ganadería, Agricultura y Pesca, para poder manejar bien la forma en que utilizan los fertilizantes, los efluentes de las industrias sobre las fuentes de agua y la gente que está en los márgenes del río. Será uno de los temas que estudiaremos con más cuidado; a todo el mundo le preocupa, no solo a Uruguay.

—¿Qué funciones tendrá la oficina del Pnuma en la región?

— Hemos venido a trabajar con Uruguay y no solo para Uruguay. Venimos a traer ideas, apoyo, recursos, pero al mismo tiempo a llevar las experiencias de Uruguay a otra partes del mundo. Estamos conversando sobre la reforma energética que han hecho en los últimos años, con una matriz que hoy incorpora la energía del viento. Es una buena experiencia y muchos países se pueden beneficiar y aprender de sus errores y sus éxitos.

—¿Contemplan apoyos de tipo económico para la ejecución de proyectos?

— Hay proyectos en los cuales Pnuma traerá financiación pero la idea y la fuerza sobre todo va a estar en movilizar y coordinar las acciones que existan. Habrá recursos tecnológicos, de contactos, participación en networks; es decir, recursos entendidos de manera amplia.

Perfil

Nombre: Elliott Harris - Nació: En las islas Bahamas y creció en Trinidad y Tobago.

De Bahamas a Washington.

Elliott Harris es actualmente el Jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en Nueva York. Este cargo le fue conferido por parte del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en abril de 2015. La oficina es el brazo de la ONU encargado de todas las temáticas vinculadas al medio ambiente y el desarrollo sostenible.

Harris nació en las Bahamas pero estudió en la Universidad de Miami y en la Universidad Georgetown, en Washington, donde obtuvo su título en Ciencias Políticas en 1982. Años más tarde, en 1988 ingresó como economista al Fondo Monetario Internacional donde trabajó con países de África y Asia Central. Entre 2008 y 2012 fue representante de las Naciones Unidas dentro del FMI y tuvo a su cargo temas de protección social, economía verde y políticas sociales.

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