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Oídos, naríz y garganta: por qué los niños se enferman seguido y qué hacer

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Matias Lopez en Calidad de Vida

CALIDAD DE VIDA

El otorrinolaringólogo Matías López analiza las patologías más comunes en la infancia y a qué prestar atención. Mirá el video.

Las patologías que comprometen oídos, nariz y garganta son “extremadamente frecuentes” en niños y tienen diferentes manifestaciones de acuerdo con la edad. “No tenemos que entender al niño como un adulto chiquito sino como un individuo dinámico que pasa por diferentes etapas y que presenta diferentes patologías”, explicó el otorrinolaringólogo Matías López en entrevista en el ciclo Calidad de Vida en El País.

Las otitis, por ejemplo, tienen una alta incidencia en esta población, en particular, la otitis media. “Es una infección en el oído medio que está vinculado a las infecciones respiratorias”, definió el médico.

La razón por la que algunos niños repiten hasta cinco otitis en un año –cantidad que puede ser considerada normal– es que su sistema inmunológico todavía no tiene la suficiente madurez, al tiempo que todavía no está completamente formada la trompa de Eustaquio, que es el tubo que conecta el oído con la nariz. Las trompas de Eustaquio son más cortas, más estrechas y más horizontales que en los adultos, haciendo que el movimiento del aire y el líquido sea difícil.

Las rinitis, por su parte, son otro fenómeno frecuente. Pero, a diferencia de las otitis que afectan principalmente a niños menores de 5 años, las rinitis alérgicas se manifiestan entre los 8 y los 12 años. “Ese preadolescente empieza con picazón en la nariz, con estornudos, con rinorrea acuosa que le cae y eso se reitera en el tiempo”, apuntó López. La causa es un alérgeno que provoca un proceso inflamatorio en las vías respiratorias altas.

Respecto a las patologías de la garganta, se debe hablar de la faringitis. “La mayoría de estas en los niños chicos es de causa viral por lo cual no debemos darles antibióticos”, advirtió el otorrinolaringólogo.

López señaló: “Lo más importante es tener un diagnóstico etiológico de la causa. Hoy en día hacemos aspirados de la nariz y de la garganta por los que podemos identificar diferentes virus. Podemos hacer exudados de la garganta para identificar si hay una bacteria. Cuando tenemos una faringitis o una amigdalitis causada por una bacteria sí optamos por un tratamiento con antibióticos”. En caso contrario, no se deben prescribir antibióticos porque su uso irracional contribuye a la resistencia antibacteriana. “En países del primer mundo es muy común que esto esté protocolizado y no es habitual la prescripción generosa que hacemos en Uruguay”, apuntó.

Las cirugías a las que se puede recurrir

Un capítulo aparte se lo llevan las afecciones de amígdalas y vegetaciones que entre el primer año de vida y los 5 años son muy frecuentes. “Por detrás de la boca tenemos esas dos pelotitas que son un tejido inmunológico que son las amígdalas y por detrás de la nariz tenemos un tejido sólido de defensa que son las vegetaciones”, explicó el médico. Su función es iniciar la respuesta inmunológica frente a las infecciones respiratorias.

En algunos niños sucede que la sucesión de infecciones respiratorias hipertrofia estos tejidos, por lo que crecen y obstaculizan a las vías respiratorias altas. Es aquí cuando el médico opta por la cirugía.

“Es muy sencilla y con anestesia general. Se hace a través de la boca y lleva entre 30 y 40 minutos. Cuando la cirugía está correctamente indicada porque el niño tiene ronquidos, apneas o hace muchas infecciones, le cambia drásticamente la calidad de vida al destaparla las vías respiratorias”, dijo López.

Los años de la pandemia por coronavirus representaron una situación inédita para los otorrinolaringólogos. Bajaron de forma significativa las consultas por afecciones de oído, nariz y garganta debido a que los niños se mantuvieron aislados en sus casas.

“Es increíble; esos niños muy tapados que teníamos antes desaparecieron”, comentó.

Por otra parte, durante ese tiempo no se realizaron operaciones por amígdalas y vegetaciones, dado que tampoco había casos importantes de reiteradas infecciones respiratorias.

Este invierno, con la actividad normal, los médicos ya empezaron a recibir casos.

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