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Nuevos oídos para sondear los inicios del Universo

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Antenas del radiotelescopio de nueva generación NenuFAR. Foto: AFP

EN BUSCA DE EXTRATERRESTRES

Un receptor especializado con una resolución espectral muy alta instalado en el radiotelescopio NenuFAR participará a su vez en la búsqueda de inteligencia extraterrestre en el marco del programa SETI (Search for Extra Terrestrial Intelligence), creado en la década de 1970 al abrigo de la NASA.

En el corazón del bosque de Sologne, en Francia, las antenas del radiotelescopio de nueva generación NenuFAR comenzaron a escribir la historia del Universo desde el principio gracias a un sistema ultrasensible para detectar frecuencias muy bajas.

“Es increíble nuestra ignorancia sobre el Universo más joven... ¡Tenemos que saber!”, afirmó Jocelyn Bell, una astrofísica británica conocida por haber descubierto el primer pulsar, los astros muertos que giran alrededor de si mismos.

Antenas del radiotelescopio de nueva generación NenuFAR. Foto: AFP
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Los científicos esperan detectar la señal de radio de los exoplanetas que dará acceso a su campo magnético u observar también relámpagos en Venus.

Antenas del radiotelescopio de nueva generación NenuFAR. Foto: AFP
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El NenuFAR es capaz de detectar frecuencias situadas entre 10 MHz y 87 MHz, es decir, por debajo de la banda FM. Se trata además de las más bajas detectables en la Tierra.

Si se quisiera descender más, habría que viajar al espacio o a la Luna. El primer instrumento que cubrió las frecuencias bajas y medias, el LOFAR, cubre hoy en día un espectro de frecuencias de entre 30 a 250 MHz.

Antenas del radiotelescopio de nueva generación NenuFAR. Foto: AFP
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El Universo está compuesto principalmente de hidrógeno, que emite frecuencias. Como está en expansión, el espacio entre los objetos se extiende y las longitudes de onda se estiran.

Cuanto más se remonta al pasado, más se alargan las señales emitidas por el hidrógeno y más sus frecuencias disminuyen.

Antenas del radiotelescopio de nueva generación NenuFAR. Foto: AFP
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La sensibilidad del radiotelescopio promete reconstruir la historia del hidrógeno y observar el alba cósmica, un periodo desconocido situado alrededor de 600 millones de años después del Big Bang, que data de 13.800 millones de años. En ese momento se iluminaron las primeras estrellas en el seno de las primeras galaxias, mucho antes de la formación de los primeros planetas.

Antenas del radiotelescopio de nueva generación NenuFAR. Foto: AFP
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