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Muerte súbita en el deporte: entre seis y ocho corredores tienen riesgo aumentado

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La Maratón Internacional de Punta del Este tuvo la disputa de su edición número 12. Foto: Ricardo Figueredo.

SALUD CARDIOVASCULAR

Cardiólogo diseñó 10K Life para identificar factores de riesgo, separar a esos individuos de las carreras y derivarlos a un especialista; empezará a utilizarse en competencias en Maldonado

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Una muerte súbita por carrera. Eso era lo que sucedía durante o después de que miles de personas festejaban al llegar a la meta. Sebastián Melman, especialista en medicina interna, medicina deportiva y emergentología, lo comenzó a notar hace ocho años. Y no solo ocurría en las carreras que reúnen a 5.000 deportistas entre profesionales y amateurs. También alguien perdía la vida en eventos similares de menor envergadura y de otras disciplinas. “Conocía a algunas de esas personas”, lamentó el profesional. Desde ese entonces ha registrado más episodios de muerte súbita en el deporte (MSD) en carreras de calle. “Es una injusticia”. dijo categórico.

La muerte súbita se define como un evento de muerte ocurrida de forma natural e inesperada en el que puede existir o no una patología cardiovascular conocida. Tiene una incidencia de un caso cada 2 mil habitantes. “Es bastante frecuente”, dijo.

Y es una “injusticia” porque “no hay nada que nos impida detectar una gran cantidad de trastornos que subyacen a la MSD” y, por lo tanto, salvar vidas.

La MSD es aquella que sucede en la práctica deportiva y hasta 24 horas después de la misma y sobre esta no hay registros oficiales en el país. Explicó: “Muchas veces un jugador de una liga de veteranos juega a las 11 de la mañana y fallece a las 3 de la mañana (del día siguiente) y no se interpreta como MSD. Si no tiene el paro en la cancha no se interpreta así pero la definición es clara: el trastorno permanece en el individuo”.

Para evitar estas injusticias, Melman creó un protocolo que llamó 10K Life que ya fue revisado y publicado en la Revista Uruguaya de Cardiología: una herramienta que identifica participantes de carreras con potencial riesgo de MSD y que aspira que se transforme en una norma para demostrar que se está apto para competir. “Si sacás puntaje alto, no corrés. ¿Qué es mejor? ¿Veinticinco minutos de (aplicación) del desfibrilador externo automático o 25 minutos de 10K Life?”, increpó. La primera opción puede no reanimarlo; la segunda puede hacer que no llegue nunca al paro cardíaco.

En un caso de MSD la causa es principalmente cardiovascular y sobreviene en la primera hora luego del inicio de los síntomas. El riesgo aumenta con la intensidad del ejercicio, con su duración (más de una hora) y la edad. Ocurre mayoritariamente en varones, al inicio de un programa de entrenamiento en deportistas previamente sedentarios o frente a los aumentos en la carga.

A nivel internacional se estima que tres de cada 1.000 individuos son portadores de algún trastorno cardíaco que predispone a MSD. La incidencia en menores de 35 años es de un caso cada 100 mil por año; el número aumenta a uno cada 18 mil para mayores.

Foto: Shutterstock
A nivel internacional se estima que tres de cada 1.000 individuos son portadores de algún trastorno cardíaco que predispone a MSD. Foto: Shutterstock

Más atención para niños y adolescentes.

El protocolo 10K Life está orientado a los mayores de 12 años. Sebastián Melman, especialista en medicina interna, deportiva y emergentología, sostiene que los menores de esa edad no deberían realizar deporte competitivo; la recomendación es que solo hagan ejercicio recreativo. No obstante, relató que la herramienta podría adaptarse a niños con la intención de encontrar patologías cardiovasculares subyacentes y así prevenir casos de muerte súbita. “A veces llegamos a preguntar el antecedente familiar cuando se muere o cuando el niño en el CTI y eso tiene que ser una rutina desde el primer día en el que está en una institución o va a practicar un deporte”, afirmó.

Melman comparte el objetivo del programa de detección temprana de cardiopatías que impulsa el comité de cardiología infantil de la Sociedad Uruguaya de Pediatría que es que todos los niños de 12 años sean sometidos a una valoración cardiológica y esta debe adelantarse si practica deportes competitivos. La elección de la edad se refiere a que en ese momento pueden aparecer enfermedades cardiovasculares importantes. Es esencial el electrocardiograma, que se basa en el registro básico de la actividad eléctrica y es la técnica más utilizada para el diagnóstico de enfermedades cardiovasculares. Más de la mitad de los fallecidos por muerte súbita durante la infancia y la adolescencia tiene antecedentes familiares que, en general, se pasan por alto. Hay dos problemas: uno es que no aparece ninguna alerta en la consulta pediátrica y no se ordena ningún examen específico para el carné de salud. La muerte súbita en niños, adolescentes y adultos jóvenes tiene una incidencia de 0,8 a seis casos cada 100.000 habitantes por año. Para Uruguay esto reporta entre tres y nueve casos anuales.

“La gente que ronda los 35 años es joven pero quizás no tienen una dieta adecuada, no tienen un peso ideal y la edad los comienza a perjudicar para hacer ejercicio de alta intensidad. Pueden tener una complicación”, comentó Melman.

El médico revisó los registros oficiales de las corridas San Fernando y San Antonio realizadas en 2018 y 2019 en donde se describía sexo, edad y tiempo en recorrer la distancia. El objetivo era evaluar qué número de participantes podrían presentar algún riesgo potencial. Se tomó como referencia para determinar el nivel de acondicionamiento físico el límite de 50 minutos para recorrer 10 kilómetros. “De esta análisis surgió que entre el 65% y el 81% de los participantes presentaban riesgo aumentado de sufrir MSD”, señaló a El País.

Esto no quiere decir que se les pronostique el fallecimiento en una carrera pero sí que tienen un riesgo mayor. “El día de mañana tiene una emergencia, corre 1.500 metros por ayuda y le puede pasar”, apuntó.

En una carrera, por ejemplo, la prolongación del esfuerzo implica condiciones de carga térmica, exceso de ácidos en los tejidos y en la sangre, deshidratación y desequilibrio iónico (calcio, potasio, sodio y cloro son algunos iones clave que participan en los eventos eléctricos del cuerpo); esto favorece la instalación de arritmias malignas.

¿Qué es 10K Life?

10K Life es un protocolo que puede hacerse de dos maneras: una semana previa a una competencia para determinar si la persona está apta para correr o de forma anual o bianual (dependiendo de la edad) para recibir una certificación médica. La herramienta establece un interrogatorio y examen físico que define cuatro categorías de riesgo. Cada ítem recibe un puntaje: por ejemplo, haber sufrido síncope, desvanecimientos o convulsiones inexplicadas durante el ejercicio; cuatro puntos; contar con antecedentes familiares de muerte súbita a edades tempranas da tres puntos; disnea, dos puntos; presión arterial elevada, dos puntos; entre otros.

Aquellos individuos que sumen cuatro o más puntos no podrán participar y deben consultar a un especialista en medicina deportiva y cardiología. Si es varón, mayor de 40 años, fumador o hipertenso y en el último mes no realizó ningún ejercicio sumará cinco puntos. Para Melman, esta persona presenta un riesgo elevado para MSD y no puede participar de eventos que requieran un gran esfuerzo si no recibe ningún control médico.

Aquellos individuos que sumen tres puntos serán aconsejados a no participar en la competencia sin antes realizarse una evaluación más profunda; quienes sumen dos puntos podrán participar pero se les debe sugerir que visiten al médico; quienes sumen un punto quedan liberados para participar.

El protocolo incluye la medición de la presión arterial en decúbito dorsal, sentados y de pie, un electrocardiograma, exploración física y el cuestionario.

“El objetivo es abarcar a todos los corredores de una prueba con un protocolo rápido. No es para hacer un diagnóstico específico de cardiopatías, sino para conocer elementos de riesgo para que no corran”, apuntó Melman.

Este profesional ya utiliza 10K Life con sus pacientes y será aplicado cuando se reanuden las carreras de calle en Maldonado como plan piloto. También se realizará en instituciones y colegios una vez que se retomen las actividades normales. El creador del protocolo sostiene que debe ir acompañado de una reglamentación que indique que todos los mayores de 12 años que practican algún deporte o ejercicio físico reciban una evaluación cardiovascular correcta.

Tres problemas para el diagnóstico.

La muerte súbita en el deporte (MSD) es considerada, en general, como una enfermedad infrecuente. No obstante, el especialista Sebastián Melman entiende que hay tres problemas. El primero es que los jóvenes no son correctamente evaluados previo a la práctica deportiva. Se estima que tres de cada mil individuos tienen una situación predisponente (por miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho o síndrome de QT prolongado). En segundo lugar, la mayoría de los practicantes de diferentes deportes tienen más de 35 años; a partir de esta edad, la incidencia de MSD aumenta a uno en 18.000 por año, lo cual la convierte en una enfermedad relativamente frecuente comparada con la incidencia de infarto agudo de miocardio.
El tercer problema es la alta prevalencia de sedentarismo o inactividad física.
Entonces, la MSD se da en un contexto de ausencia de correctos exámenes, desconocimiento del riesgo de realizar deporte después de los 35 años y sedentarismo.

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