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Materializar un sueño

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Daniel Perdomo. Foto: gentileza del autor

Uruguayos crean versión tangible de videojuego de Atari que causó gran impacto en 1970 y 1980. Captan la atención de aficionados y empresarios internacionales.

Hace tres años Daniel Perdomo y su hija estaban jugando con imanes. En una mesa de vidrio, Daniel desplazaba un imán desde abajo y, ante la mirada atenta de su hija, hacía mover una pieza imantada por sobre la mesa. Jugábamos con "esa pavada que tiene como cierta magia e ilusión de que las cosas se mueven solas, esa fuerza mágica que son los campos magnéticos", rememora en contacto con El País.

"Esa pavada" fue el primer eslabón de una cadena de acontecimientos que lo llevó a dejar, después de 25 años de carrera, su trabajo dentro de la industria publicitaria y le abrió el camino a un mundo al que no pensó que se dedicaría.

Mientras observaba el desplazamiento de los imanes vino a su mente el PONG, un juego de la firma Atari que en los años 70 y 80 causó furor. Se jugaba con una consola (no en una "maquinita") y consistía en una suerte de tenis de mesa, donde cada jugador debía "golpear" una pelota blanca. Con un diseño muy limitado, tenía solo un tablero negro, un punto blanco que se desplazaba (la pelotita) y dos franjas que cumplían el rol de paletas de ping-pong. Así y todo se volvió un clásico.

PONG está considerado por muchos como el más importante de entre la primera generación de videojuegos modernos, debido a que fue el primero en comercializarse a nivel masivo y no ejecutarse en máquinas únicas.

¿Y qué pasaría si el PONG se pudiera jugar nuevamente hoy en día pero no en una pantalla sino "en vivo", de forma tangible, en una mesa? La pregunta pasó por la mente de Perdomo.

"En un momento observaba cómo podes cambiar de dirección rápidamente el imán de abajo y el de arriba lo sigue, e hice la asociación con el PONG... Luego seguí pensando qué bueno que sería hacer una versión física del juego basado en imanes y motores...", recuerda. Y luego siguió imaginando con un amigo (Alvaro Salsamendi), hasta que en un momento se les ocurrió comunicarse con el fundador de la mítica Atari, Nolan Bushnell. Los felicitó por la idea.

"Al principio fue un fracaso tras otro", aclara Perdomo. "Nos pusimos a investigar en Internet sobre todo lo que necesitábamos aprender, sobre motores, imanes, electrónica, programación…" y no resultaba sencillo.

Pero de a poco el proyecto de crear una versión del PONG en una mesa (técnicamente coffee table) fue evolucionando.

Un día subieron a YouTube un video en el que mostraban las distintas etapas que habían ido atravesando para materializar su idea. Se hizo viral. Su proyecto fue publicado por revistas de renombre internacional como NY Magazine, PC Magazine, Wired y hasta Playboy.

"Empezaron a llegar mensajes y mails de todo el mundo de gente que quería comprar una mesa, gente que nos quería representar... Entonces decidimos llevar el prototipo mas allá con la idea de lograr un producto manufacturable ya que definitivamente había (y hay) un mercado para él", expresa el uruguayo.

Hoy cuentan con la licencia de Atari, 800.0000 pesos de apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y el respaldo de un inversor privado para materializar la idea. En eso están. Se preparan para lanzar, a través del sitio Kickstarter, una campaña para que todos los interesados en la propuesta los puedan ayudar económicamente.

Así, planean hacer realidad el sueño de, no solo de crear una versión tangible del juego, sino de fabricar PONG en versión mesa de forma masiva.

"Ya hay gente interesada en representarnos y vender nuestras mesas en varios lugares del mundo, pero solo queda el pequeño detalle de darles el producto para que puedan comercializarlo", apunta Perdomo.

La campaña en Kickstarter comenzará el 7 de febrero. Los interesados en el proyecto pueden seguir su evolución en la fanpage de Facebook: tablepongproject.

Cuando piensa en lo que se convirtió aquella anécdota de los imanes Perdomo se pone reflexivo sobre el poder de las ideas y concluye: "Creo que todo el mundo tiene ideas, pero lo que le da valor a una idea es ejecutarla. Sin ejecución una idea no tiene valor".

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Daniel Perdomo. Foto: gentileza del autor

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