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Mascotas: los nuevos turistas

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El Hotel Bravamar es uno de los que permite alojarse con mascotas pequeñas. Foto: R. Figueredo

Animales con derechos

Playas, hoteles y restaurantes de Punta reciben a los animales con los brazos abiertos.

Los dueños de las mascotas de hoy las consideran parte de su familia, por eso las incluyen en sus vacaciones, en vez de dejarlas al cuidado de un vecino o un pariente. La movida pet friendly se instaló en los hoteles desde hace un tiempo y dejó de ser requisito indispensable alquilar una casa con jardín para poder veranear con un animal en Punta del Este.

Ana, encargada del Hotel Bravamar, tomó la decisión de admitir mascotas porque "cada vez hay más personas que adoptan a los animales como hijos y hay que abrirse a eso". El constante reclamo y la consulta de los clientes motivó que muchos establecimientos empezaran a considerar como un huésped más a perros, gatos, hámsters o pájaros. Entre ellos, hoteles de elite, como el Fasano y el Enjoy.

Eso sí, se debe seguir al pie de la letra un protocolo, y hasta se le hace firmar un contrato al dueño, que se hace cargo de cualquier inconveniente que pueda provocar su mascota en el lugar. Es el caso del Punta del Este Resort & Spa, que cobra 20 dólares extra por alojarlos.

En el Sisai Hotel se hospedan gratis, salvo que causen algún destrozo. "Pasó una sola vez. Una persona dejó una semana a su mascota en la habitación, no rompió nada pero mojó los zócalos y cortinas con pis. No le cobramos, pero empezamos a implementar la modalidad a partir de ese caso", contó a El País Valeria, encargada de este hotel que se define como dog friendly.

Punta del Este se viene transformando en un balneario petfriendly. Foto: Ricardo Figueredo
Punta del Este se viene transformando en un balneario petfriendly. Foto: Ricardo Figueredo

Reglas.

Los hoteles admiten el ingreso de razas pequeñas y medianas; algunos fijan límite de peso (entre 12 y 20 kilos como máximo), y otros solo se guían por el tamaño. Deben circular por el lobby y los jardines con collar y correa, en un carrito, o en los brazos de su dueño, nunca sueltos. Tienen prohibido el ingreso al restaurante y zambullirse en la piscina.

El único espacio donde pueden deambular con completa libertad es su habitación. Allí duermen junto a sus dueños en camitas especiales que les proporciona el hotel, aunque la mayoría lleva sus accesorios. "Los cuidan como hijos, traen hasta el bebedero de agua", comentó Valeria, del hotel Sisai.

En el Bravamar generan más inconvenientes los fumadores desobedientes que las mascotas. "Nunca hubo destrozos, ni siquiera tuvimos que clausurar un cuarto por haber estado un perro, solo requiere una limpieza más a fondo porque pierden mucho pelo. A veces causan más problemas los que fuman a escondidas que los animales".

Aunque el resto de los huéspedes suele hacer fiesta a perros y gatos, en Bravamar reconocen que hay gente a la que no le gustan los animales, y por eso intentan ubicarlos en zonas del hotel donde sean menos vistos.

Valeria, del Sisai, opina que lo bien cuidados que llegan —bien vestidos y con accesorios— fomenta que los huéspedes disfruten de verlos, en vez de molestarse.

Salir a comer.

Los restaurantes no son ajenos a esta tendencia. Soho, en el puerto de Punta del Este, tiene un sector en el exterior con pasto, donde el dueño puede sentarse con la mascota, siempre y cuando esté atada. Deliss también está afín a los animales.

El Palenque decidió hacer de la terraza un espacio pet friendly porque "cada vez más clientes llegaban con sus perritos y lo reclamaban", según Tomás, encargado del restaurante ubicado en la Roosevelt.

Contó que esta temporada aparecieron cuatro perros, que nunca hubo destrozos, ni quejas de los comensales. Por eso, siguen en esa línea.

Playas y tips.

Maldonado cuenta desde hace algunos años con varias playas habilitadas para concurrir con mascotas. Fuera de esas áreas, está prohibida su presencia y en caso de que personal de Prefectura detecte la infracción, el dueño del animal puede ser pasible de multa. Pueden llevarse animales a las paradas 38, 39 y 40 de la Playa Mansa, mientras que en la Brava son aptas para mascotas la 25, 26 y 27. En el Balneario Buenos Aires, a 16 kilómetros del Centro, está permitido desde las calles 13 a 20.

Los animales deben descender a la arena con collar y correa y los expertos recomiendan no exponerlos en los horarios de mayor temperatura. "Siempre hay que llevar agua fresca y evitar que tomen del mar, ya que eso les puede provocar problemas gastrointestinales, como diarrea y vómitos", explicó Carolina San Martín, veterinaria de la Clínica ubicada en la Parada 5, entre Bulevar Artigas y Pedragosa Sierra. Según cuenta, todos los días atiende al menos un caso de ese tipo.

Los golpes de calor y el sobreejercicio, de acuerdo a la experta, son otro de los grandes problemas cuando se opta por veranear con mascotas. "Muchos deciden salir a correr con el perro solo en verano y le exigen más de lo que está acostumbrado. Eso le puede provocar problemas musculares", explicó. Si se quiere salir a caminar con el can, la veterinaria recomienda hacerlo entre las 7 y las 9 de la mañana o cuando cae el sol. Y bajo ningún concepto avala dejar a los perros en el auto "aunque queden con el vidrio abierto", dice.

A la hora de elegir una vivienda, aconseja que si tiene jardín que sea cercado, y cuando lo sacan a pasear siempre deben hacerlo con correa, "nunca suelto".

Otro imprescindible es realizar junto a ellos algunas caminatas con el fin de que reconozcan la zona. De esa forma, podrán elaborar su propio mapa olfativo y regresar solos si se extravían cerca de la casa. Por último, una placa con su nombre y un número de contacto en su collar puede ser vital en caso de que se pierda.

Gatitos de yapa entre meriendas

Adriana Olaza y su pareja crearon un emprendimiento para que las mascotas sigan en un hogar transitorio las actividades que hacen en sus casas. Fundaron hace un año el primer cat café de Punta, al final de Gorlero. Se llama Adrianuzcas y llevan dados en adopción 41 animales. Los reciben de rescatistas, organizaciones, y refugios. Los clientes no pueden traer a sus mascotas porque los felinos de Adrianuzcas están resguardados de enfermedades.

El plan es que tomen un café, coman algo y, si desean, interactúen con los gatos del lugar, que están en un espacio cerrado y cuidado. "La idea es que conozcan su personalidad y no se los lleven por el color", dice Adriana. Se hace un contrato para asegurar que el animal estará en buenas condiciones, y se corrobora con un seguimiento. "Hubo dos que volvieron, no porque estuviera mal el animal, sino porque no los podían tener. Les damos dos semanas de adaptación a la persona para que pueda retornarlo, ya que la idea es que no vuelvan a la calle".

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