La red social de los 140 caracteres se ampara en el derecho de autor para eliminar contenido humorístico copiado de otras cuentas.
Las técnicas poco éticas para aumentar el caudal de seguidores en Twitter parece que ha llegado a su fin, porque la red social comenzó a eliminar los chistes "robados" por los usuarios a otras cuentas.
El contenido que es reportado como "robado" está siendo eliminado y en su lugar se coloca un mensaje de alerta, señalando que la publicación del usuario no es de su autoría.
El caso que tomó mayor notoriedad es el de la escritora Olga Lexell. Un tuit publicado desde su cuenta comenzó a ser replicado por otros usuarios sin aclarar que la autora del mismo era Lexell. La autora le reclamó a Twitter que sus publicaciones chistosas forman parte de su vida profesional.
La compañía comenzó a eliminar el contenido poniendo en su lugar mensajes de alerta. La política de derechos de autor de la red social le da 10 días al acusado de plagio para responder a las acusaciones.
Twitter recibió cerca de 25.000 reclamos sobre derechos de autor en el 2014.
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