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“En algo la llegada de argentinos se va a ver afectada”

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Liliam Kechichian. Foto: Fernando Ponzetto

Entrevista

Liliam Kechichian, ministra de Turismo

¿Qué significa la certificación que recibió Punta del Este de la Organización Mundial del Turismo? ¿Además de la repercusión publicitaria, tiene algún otro tipo de implicancia o beneficio?

-Si bien ahora llegamos a la culminación de la entrega de esta certificación, que tiene toda la importancia de ser la primera que la Organización Mundial del Turismo otorga, en cuanto al prestigio que puede dar, también es un enorme desafío. Creo que nos va a ayudar mucho, porque ahora el tema queda en manos de la Organización de Gestión de Destinos (OGD), que es la contraparte en todo este proceso, ya que la certificación es por cuatro años y se va a auditar. Hay que trabajar por la cultura turística en el empresariado y en la sociedad, trabajar en el emprendeurismo, en la innovación y en la calidad de los servicios. Así que creo que los va a desafiar mucho. Y eso, desde mi punto de vista, es un beneficio; que desde afuera nos miren, nos controlen, nos exijan.

-¿Cuál es la situación con la llegada de argentinos, que por la situación económica en el vecino país se había dicho que no iba a ser tan buena como la temporada pasada? También este verano, por la diferencia de precios, se les hace cuesta arriba a los brasileños…

-A mitad de año tuvimos unos temores grandes. La megadevaluación cayó en las vacaciones nuestras de julio, lo que sin dudas fue un golpe grande a la competitividad en el principal mercado emisor de turistas. El año pasado fueron 2.500.000 los argentinos que vinieron a Uruguay. Creo que hubo una muy buena respuesta del sector público y del sector privado en su conjunto. Adelantamos la campaña, hubo muchas promociones hechas por el sector privado, volvimos a devolver el IVA, reaccionamos rápidamente. Los fines de semana que vinieron después, en octubre, noviembre y diciembre, fueron buenos. La primera impresión, luego de hablar con los directores de Turismo, porque no tengo cifras de Migraciones, es que hay una buena llegada de argentinos y una muy buena llegada de brasileños. Montevideo tiene un 70% de ocupación; esto es más que el año pasado, especialmente por los brasileños. Y hay un movimiento de turismo interno más que interesante. Creo que en algo la llegada de argentinos se va a ver afectada, porque la situación en Argentina es muy compleja, especialmente para los sectores medios que habíamos conquistado el año pasado. A la prueba está que lo primero que se reservó y alquiló es lo más caro, lo de mayor costo. De cualquier manera, Piriápolis y Rocha, que habían sido receptores de ese otro turismo argentino, hablan de una buena llegada de turistas. Veremos lo que dicen las cifras y también el gasto, que es importante.

-El año pasado se había recuperado la llegada de argentinos de clase media. Se supone que el turista de buen poder adquisitivo se va seguir manteniendo, porque históricamente ha sido así. Pero también hay quejas a todo nivel en materia de precios. ¿Usted cree que Punta del Este está caro?

-Creo que si bien puede haber algún episodio, que siempre aparece, de alguien que se sale de la raya con los precios, hay una bastante buena conducta. Hoy tenemos menús turísticos por 600 pesos uruguayos en el puerto de Punta del Este; esa es una buena señal. Los alquileres y los hoteles han mantenido los precios en dólares del año pasado. Creo que ha habido en ese sentido una buena respuesta. En una encuesta que hicimos se vio que un 82% de los que se habían ido fuera de la región (entre ellos argentinos de alto poder adquisitivo), a Miami, el Caribe y Europa, decidieron quedarse en la región, porque solamente poner la familia arriba del avión les salía 5 o 6 mil dólares. Creo que los estamos captando. Estamos en competencia con Brasil y con el propio turismo interno de Argentina, y me da la impresión que hay una porcentaje interesante de esa oportunidad que se nos abrió, que no la teníamos presente, que estamos captando para Punta del Este, Colonia y Rocha.

-En materia de quejas, hay otra que se repite: la de las inmobiliarias que tienen que competir contra un mercado creciente e informal, como el que representa el portal Airbnb. De hecho, los propios inmobiliarios anunciaron una alianza para crear una plataforma propia e intentar dar batalla a través de Internet. ¿No es competencia del Ministerio regular ese sector que cada vez es más fuerte?

-No es competencia del Ministerio y en todas las partes del mundo, efectivamente, las plataformas están haciendo una competencia desleal. Yo me sumo a esa calificación, porque no pagan impuestos. No es que no puedan funcionar, pero deberían contribuir como contribuye el sector formal, sin ninguna duda. El Uruguay está intentando hacer algún tipo de regulación. No tiene que ver solo con el hospedaje, tiene que ver con Uber, con Netflix y con otras cuestiones que también se comercializan a través de las redes. También hay plataformas con las que el sector formal negocia. Booking no paga impuestos, no está registrada en el Ministerio, y sin embargo el sector hotelero trabaja con ella.

-¿Es una doble moral del sector hotelero?

-No quiero calificarla de doble moral, pero sí refleja la complejidad que tiene hoy la comercialización turística en el mundo. Si salís de algunas comercializaciones, efectivamente quedás fuera de carrera. Y si te atenés a comercializar sólo con los que están formalmente establecidos en el país, corrés con desventaja frente a otros que no lo hacen. Es bastante difícil, lo he conversado mucho con el sector privado, pero creo que Uruguay tiene que ir hacia cierta regulación. No hacia la prohibición, porque esto llegó para quedarse. La experiencia de Uber en Montevideo creo que ha sido positiva, los trabajadores están registrados en el BPS y pagan cierto canon a la Intendencia. También se regula cuántos pueden trabajar, para no sobresaturar un mercado.

-El presidente de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili, dijo recientemente en una entrevista con El País que es necesario mejorar la conectividad aérea en la región, que es muy caro un viaje entre Montevideo y Buenos Aires, por ejemplo. Que faltan vuelos low cost. ¿Uruguay está “aislado” respecto a algunos destinos? ¿El país todavía no se ha podido recuperar del cierre de Pluna?

-No, no estamos aislados. Y no es por el cierre de Pluna, porque se absorbieron rápidamente las conexiones que tenía en la región. Hoy Uruguay tiene conexión directa con EE.UU., con el hub de Lima y el de Panamá. Tiene dos vuelos a Europa y antes tenía uno solo. Hay una buena conectividad en la región, aunque nosotros siempre queremos más. A mí me gustaría tener una conexión directa con México y alguna más con Brasil. Y obviamente con el Asia, que siempre es el desafío más grande.

“Si llega un crucero, no pueden faltar servicios”
Arribos: este año se aguardan 172 llegadas de cruceros. Foto: R. Figeuredo

-En materia de cruceros cómo viene la temporada? ¿Qué es lo que se espera?

-Este año estamos mejor que el pasado. Tuvimos algunos años de estancamiento e incluso de pérdida de algunos barcos, que tenían un problema exclusivamente con el puerto de Buenos Aires, por el canon que allí les cobraban. Porque este es un producto que no es solo de Uruguay, es de la región: vienen a Valparaíso, a Viña de Mar, a Río, a Santos, a Buenos Aires y a Punta del Este. Y esos barcos que perdimos, se nos fueron al Asia. El año pasado tuvimos 140 y este año tendremos 172 llegadas. Mejoramos y ahora tenemos que trabajar para mantenerlas. Fue lo primero que le planteamos al nuevo ministro de Turismo de Argentina, no bien asumió. Y la verdad que trabajaron bien. Comprendieron que en el puerto de Buenos Aires no se le podía poner al turismo las mismas tarifas que a la carga. Ahí mejoramos y volvimos a captar un número de cruceros que habíamos perdido, y además barcos más grandes.

-Mirando hacia adelante y apelando a su experiencia de tantos años en la cartera. ¿Qué le está faltando a Uruguay para mejorar su turismo? ¿Nuevas ofertas y propuestas temáticas, que cada vez son más requeridas en el mundo?

-Uruguay tiene un plan estratégico pensando en el 2030, que le marca cuatro o cinco líneas. Una de ellas tiene que ver con la calidad de los servicios y otra con la calidad de los productos, con la oferta. Para conquistar nuevos mercados, se precisan nuevas ofertas. Creo que Uruguay lo ha hecho bien. Hoy, la debilidad más grande que tenemos es que el 1º de enero llegó un crucero gigante a Montevideo y no teníamos un solo lugar privado abierto. Y nos pasó también el 31, de alguna gente que había reservado hotelería y quería ir a cenar afuera. Todavía tenemos en alguna parte del sector privado cierta incomprensión; es un trabajo en el que hay que estar donde está la gente. Si un crucero llega un 25 de diciembre, un primero de enero o un primero de mayo, hay que darle los servicios.

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