Diversas ciudades italianas como Roma o Milán limitaron o directamente prohibieron ayer el tráfico rodado para reducir los altos niveles de contaminación registrados, un problema que ha suscitado un intrincado debate político en el país.
Factores como la sequía o el aumento de los desplazamientos por las fiestas navideñas han elevado los niveles de partículas en suspensión PM10 en ciudades como Milán (norte), donde se han superado los límites permitidos durante 97 días en este año.
Por esta razón, el consistorio milanés ha puesto en marcha el plan más drástico al prohibir durante seis horas al día y hasta el próximo 30 de diciembre el tráfico rodado en su territorio.
Los vehículos del transporte público no pueden superar los 30 kilómetros por hora para controlar sus emisiones. Otros municipios los imitan.
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