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El imperio de Apple

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"Todo importa para Apple, incluso las cosas que no se ven". Foto: Flickr

El Apple Campus 2, el impresionante edificio ideado por Steve Jobs cobra forma en Silicon Valley.

El fundador de Apple Steve Jobs dejó las firmas de su equipo dentro de la computadora Macintosh original, en un gesto que reveló su profunda preocupación incluso por los detalles ocultos de sus productos.

Su último trabajo, la nueva sede de Apple en Cupertino, en California, será un homenaje apropiado: un campus futurista construido con una atención asombrosa al detalle. Desde la disposición del cableado eléctrico hasta la tubería oculta; ningún aspecto del edificio principal de 260.000 metros cuadrados es demasiado pequeño para no requerir atención.

Pero construir un edificio tan impecable como un teléfono móvil no es una tarea fácil, según entrevistas con casi dos docenas de trabajadores y ex empleados, cuyos nombres en su mayoría no se mencionan porque firmaron acuerdos de confidencialidad.

Desde que Apple reveló sus planes en 2011, la fecha de la mudanza se ha ido postergando: la proyección inicial de Jobs era 2015, pero esta primavera boreal parece ahora más probable, según las personas involucradas. El largo proceso para que la ciudad aprobara el campus contribuyó a la demora.

Apple no ha revelado el costo total, pero ex gerentes del proyecto calculan que será de unos 5.000 millones de dólares, una cifra que el presidente ejecutivo, Tim Cook, no negó en una entrevista de televisión el 2015. Más de 1.000 millones de dólares se consideraron sólo para el interior del edificio principal.

Considerando el tiempo y el dinero gastado, hay arquitectos que cuestionan si Apple se ha fijado los objetivos correctos. El campus es una especie de excepción a la tendencia de oficinas abiertas destinadas a fomentar la colaboración, dijo Louise Mozingo, profesora y presidenta del Departamento de Arquitectura del Paisaje y Planificación Ambiental de la Universidad de California, en Berkeley.

La sede central -un enorme anillo de vidrio, que frecuentemente se compara con una nave espacial- podría ser un reto sólo para recorrerlo, señaló Mozingo.

"No se trata de maximizar la productividad de las oficinas, sino de crear un centro simbólico para esta empresa global", dijo. "Están creando un ícono". Una portavoz de Apple no quiso hablar para esta nota.

Colaborativo.

Las empresas de tecnología han privilegiado desde hace mucho tiempo parques genéricos de oficinas, que les permiten alquilar y dejar espacio durante los altos y bajos. Cuando Jobs anunció lo que se conoce formalmente como Apple Campus 2, meses antes de su muerte, abrió un nuevo capítulo en la arquitectura de Silicon Valley.

Cuando se termine, el campus tendrá hasta 14.200 empleados, según la descripción del proyecto de 2013. El edificio principal, que acogerá la mayor pieza de vidrio curvo del mundo, estará rodeado por un exuberante pabellón de miles de árboles.

Poco quedará del campus cargado de cemento que Apple compró a Hewlett-Packard, pero el fabricante del iPhone conservó un granero centenario que permaneció intacto en el traspaso del terreno de un gigante de la tecnología a otro.

Pero lo más llamativo para quienes trabajaron en el proyecto fue la insistencia de los gerentes de Apple en tratar la construcción del vasto complejo de la misma manera en que enfocan el diseño de la electrónica de bolsillo.

El equipo de construcción de Apple puso muchas normas: no deben verse reflejos de respiraderos ni tuberías en el cristal. Las reglas para la madera especial que se usa en todo el edificio tienen unas 30 páginas.

La tolerancia, el margen en que los materiales pueden desviarse de las medidas deseadas, eran un foco particular. El entusiasta sentido del diseño de la empresa mejoró el proyecto, pero sus expectativas a veces chocaban con las realidades de la construcción, dijo un ex arquitecto.

Al principio de la construcción, los gerentes de Apple dijeron al equipo de construcción que el techo debía estar inmaculado por dentro y por fuera, tal como las terminaciones interiores de los audífonos del iPhone. "Todo importa para Apple, incluso las cosas que no se ven", dijo un ex gerente de construcción. LA NACIÓN/GDA Y REUTERS

Diseño en cada pieza que haya en el edificio.

El enfoque novedoso de Apple para el edificio se manifiesta de muchas formas. El arquitecto Germán de la Torre, quien trabajó en el proyecto, descubrió que muchas de las proporciones -como cantos redondeados- provenían de los productos de Apple. Los botones del ascensor sorprendieron a algunos trabajadores por su parecido con el del inicio del iPhone. Según dijeron hasta los baños tienen diseño.

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"Todo importa para Apple, incluso las cosas que no se ven". Foto: Flickr

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