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Más igualdad lleva a menos estereotipos

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Igualdad de género. Foto: Pixabay

Ciencia

A mayor equidad de género, mayor es la libertad que tienen las mujeres de elección.

Desde hace mucho que se está discutiendo si las diferencias de género tienen una base biológica, pero aún no se ha llegado a un consenso. Un nuevo estudio publicado en la última edición de Science da nuevas luces sobre esto y plantea que la biología no tendría que ver, necesariamente. La causa de la diferencias radicaría más bien en la disponibilidad de oportunidades y recursos.

Tomando datos de la encuesta Gallup de 2012 —que incluyó a 80 mil participantes de 76 países—, Armin Falk, de la Universidad de Bonn, en Alemania, y Johannes Hermle, de la Universidad de California Berkeley, en Estados Unidos, midieron la inclinación de hombres y mujeres a la toma de riesgos, confianza, altruismo, paciencia y reciprocidad (negativa y positiva). Con ello, descubrieron que mientras más avanzado e igualitario es el país, ellas son más altruistas y proclives al riesgo, pero menos pacientes y tendientes a la reciprocidad negativa. Es decir, se alejan de los paradigmas de género. Por el contrario, mientras menos igualitario y desarrollado es el país, ellas se ajustan más a lo que los prejuicios sustentan.

"En la medida que las mujeres están menos expuestas y vulnerables a la influencia masculina, la diferenciación entre los géneros se refuerza a través de mayores oportunidades de expresión de parte de ellas", se lee en el estudio. En otras palabras, pueden elegir con mayor libertad. Con estos datos, los científicos construyeron un ranking donde los países que tienen más diferenciación, es decir, donde ellas tienen opciones más libres, son Canadá, Estados Unidos y Suecia, mientras que los con menos son Irak y Ghana.

Casi una de cada cinco mujeres uruguayas de entre 20 y 24 años estudian y trabajan. Foto: Shutterstock
 Foto: Shutterstock

Desfase.

Si bien las hipótesis que el estudio trata de resolver son bastante antiguas, incluso de décadas pasadas, sus conclusiones son importantes para entender las asimetrías entre hombres y mujeres, explica Sebastián Madrid, experto en género y académico del Instituto de Sociología UC, e investigador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo . "Los resultados indican que es el ambiente social el principal factor para la diferenciación de género, relacionado con el desarrollo de los países, y no el determinismo biológico. Es el contexto el que permite construir los patrones de cómo nos comportamos", agrega.

Una vez que están cubiertas las necesidades básicas, tanto hombres como mujeres pueden dedicarse a lo que les interesa y mueve, jerarquizando los intereses y expresándolos a través de sus preferencias en el tipo de trabajo, en la educación, en la forma de vida, entre otros.

Los especialistas, aseguran que estos datos son de 2012 y que las cosas han comenzado a cambiar en la región."Hay cosas que ya están cambiando. Muchas de las demandas ya están instaladas, pero en el ámbito laboral, por ejemplo, estos los veremos, quizás, en una década", asegura Ana Figueiredo.

En este sentido, es mucho más fácil implementar hoy reglas o leyes que obliguen a pagar el mismo sueldo a hombres y mujeres por labores equivalentes, continúa. En otras esferas no existe esa posibilidad. "Pero cuando se trata del trabajo no remunerado, el que ellas siguen haciendo en la casa, es otro tema, porque es un cambio a nivel doméstico", explica.

El valor de los datos.

Si bien el trabajo es relevante, porque compara la realidad de varios países —Uruguay no está entre los países estudiados pero sí aparecen Argentina, Brasil o Chile—, hay que tener cuidado con sus datos, ya que estos son agregados, dice Figueiredo. "Esto quiere decir que mucha de la información son generalizaciones, que no reflejan realidades específicas de cada país", agrega.

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