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Histórico: logran escalar solo con pies y manos la montaña más difícil

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Dos montañistas estadounidenses conquistaron hoy en "escalada libre" la cima de la roca más grande del mundo denominada El Capitan, una pared de 2.300 metros de altura, ubicada en el Parque Nacional Yosemite, en California, Estados Unidos.

Dos montañistas estadounidenses conquistaron hoy en "escalada libre" la cima de la roca más grande del mundo denominada El Capitan, una pared de 2.300 metros de altura, ubicada en el Parque Nacional Yosemite, en California, Estados Unidos.

Considerada la prueba más sagrada e importante para los escaladores, Kevin Jorgeson, de 30 años y Tommy Caldwel, de 36, lograron esa proeza y alcanzaron la cúspide después de 19 días, una hazaña que comenzó el 27 de diciembre y que conquistaron solo con sus pies y manos.

Tras escalar día y noche esta roca que mide un cuarto del Everest, la montaña más grande del mundo, Jorgeson y Caldwel lograron llegar a la cima juntos después de una decena de intentos fallidos por superar el "pasaje 15" de los 32 de la pared Dawn Wall, llamada así porque es la primera en recibir la luz del alba.

Jorgeson y Caldwel durmieron en tiendas de campaña suspendidas con cuerdas y se alimentaron de pescado enlatado y ocasionalmente tomaban sorbos de whisky para combatir un poco el frío.

Para los alpinistas de todo el mundo El Capitan es el "Santo Grial" de las escaladas: nunca conquistado en escalada libre antes de hoy.

Parte de la complejidad de una hazaña de este tipo está en el efecto acumulativo sobre el cuerpo y sobre la mente de los escaladores de roca.
La escalada se hace aún más difícil por las reglas de la "escalada libre" (freeclimbing) que imponen a los alpinistas usar solo el cuerpo para trepar, incluso por motivos de seguridad están agarrados por cuerdas que los sostienen en caso de caídas.

Jorgeson fue salvado gracias a ello visto que mientras intentaba superar el mortal "pasaje 15", el más difícil de toda la escalada. Para hacerlo sacrificó más de una vez la piel de sus manos: en la "escalada libre" cada arañazo o lastimadura de los dedos es equivalente a una pinchadura en el Tour de France.

A su llegada a la cima, Jorgeson y Caldwell eran esperados por decenas de parientes y amigos. La esposa de Jorgeson le echó el champagne del éxito en la cabeza e incluso comentó: "esta es la primera ducha que tomas en todo este tiempo".

Caldwell y Jorgeson estudiaron por años las medidas necesarias para conquistar esa pared lisa como el alabastro y empinada como la pared de una habitación en la que los puntos de apoyo son tan pequeños como guijarros y afilados como cuchillas de afeitar.

Para Caldwell fue el sueño de toda una vida, casi una obsesión -"Mi Ballena Blanca", le dijo al diario New York Times comparándose con Acab persiguiendo Moby Dick- y una manera de dejar atrás los fantasmas de divorcio en 2010 de otra famosa alpinista, Beth Rodden, y de una mala aventura en Kirguistán: en 2000 fue tomado como rehén con otros escaladores, pero Tommy logró liberarse lanzando a uno de los secuestradores a un barranco.

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