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Un fotógrafo británico retrata la humanidad de las especies amenazadas

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Endangered
Malek, Mariana

naturaleza

En un libro de 150 fotografías, corales, insectos y anfibios raros comparten espacio con los mamíferos captados por el ojo de Tim Flach.

Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com
Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com
Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com
Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com
Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com
Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com
Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com
Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com
Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com
Proyecto Endangered. Foto: Tim Flach/TimFlach.com

Ya sea el tamarino bicolor de Brasil, en peligro por la urbanización, o los pangolines, cazados por sus escamas, las especies más raras del mundo se encuentran amenazadas por el hombre, tal y como muestra el nuevo libro del fotógrafo británico Tim Flach, "Endangered" (En peligro).

"La mayoría de los cambios del pasado fueron provocados por la naturaleza, pero ahora parece que somos nosotros los que los causamos", explicó a la AFP el fotógrafo de 59 años.

"Mi verdadera pregunta es la siguiente: ¿Por qué hago esto? ¿Por qué saco una foto del último rinoceronte blanco macho? La cuestión es comprender cómo hemos llegado a este punto".

En el libro de 150 fotografías— cuyas imágenes pueden apreciarse haciendo click aquí—, corales, insectos y anfibios raros comparten espacio con los mamíferos más famosos amenazados de extinción, como los osos polares.

Tim Flach, conocido por sus fotos estilizadas de animales o perros, logra capturar en estas especies expresiones que parecen humanas.

En la portada se ve un lémur, un Sifaka coronado, con los brazos cruzados alrededor de sus piernas y con sus grandes ojos abiertos y una expresión de asombro.

Flach suele emplear una tela de terciopelo negro de fondo y, gracias a su forma de trabajar con la luz,consigue resaltar detalles como las sutiles franjas naranjas de la piel del lémur.

El fotógrafo hizo en verano un viaje alrededor del mar Caspio y se escondió en un "agujero infectado de moscas" para encontrar un saiga, un antílope que cohabitaba con los mamuts hace miles de años, y que podría desaparecer a causa de la caza furtiva.

A lo largo de los dos años de trabajo que fueron necesarios para elaborar el libro, Flach se encontró también cara a cara con el último rinoceronte blanco macho y nadó con un gran tiburón blanco en las islas Galápagos, en Ecuador. Siempre con el mismo objetivo: transmitir a los lectores su pasión por la vida salvaje.

"Si a uno le afecta un tema, es más probable que uno actúe", afirma.

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