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Experto en pensamiento computacional: "Tiene los elementos para ser ciudadanos de primera en el siglo XXI"

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Fernando Schapachnik pensamiento computacional

ENTREVISTA

Aprender cómo funciona la tecnología y saber cómo interactuar con ella de una forma profunda, segura y responsable es la clave educativa que promovió Fernando Schapachnik en su visita a Montevideo

Acceder a la tecnología, conocerla y saber cómo se usa es para Fernando Schapachnik “la capacidad para discernir si una enfermedad se cura con una vacuna o la danza de la lluvia”. Este profesor argentino, doctorado en Ciencias de la Computación, profesor del departamento de Computación de la Universidad de Buenos Aires y director de la iniciativa Program.AR de Fundación Sadosky, sostuvo que es lo que constituye un “ciudadano de primera del siglo XXI”.

Schapachnik visitó Montevideo en el marco del Tercer Seminario de Pensamiento computacional organizado por el Plan Ceibal donde se lanzó el programa Pensamiento Computacional 2020. Allí participó del conversatorio “Diálogo entre el pensamiento computacional y la Red Global de aprendizajes” y se tomó un momento para conversar con El País.

—¿Cómo te vinculaste con el Plan Ceibal?
—Soy profesor del departamento de computación de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Buenos Aires (Argentina) y además de la iniciativa que promueve la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias de la computación y del pensamiento computacional en la escuela. Desde hace unos años venimos colaborando con Plan Ceibal. Nuestro trabajo se basa fuertemente en la articulación con universidades que desarrollan cursos de formación docente a través de la web. Además, desarrollamos libros que funcionan como guías para que los docentes puedan desarrollar ese pensamiento computacional.

—¿Qué quiere decir pensamiento computacional?
— En el siglo XXI, para interactuar con la tecnología necesitamos conocimientos que nos permitan comprenderla. Cada día nos vinculamos con computadoras con forma de computadora, pero los celulares, el auto o el lavarropas también son o tienen computadoras dentro. No comprendemos cómo funciona una parte de nuestras vidas. El pensamiento computacional trata de tener los elementos para ser ciudadanos y ciudadanas de primera en el siglo XXI; eso no solo quiere decir ser consumidores de la tecnología, sino, además, ser usuarios críticos y participar de los debates que tengan que ver con la tecnología.

El pensamiento computacional trata de tener los elementos para ser ciudadanos y ciudadanas de primera en el siglo XXI; eso no solo quiere decir ser consumidores de la tecnología, sino, además, ser usuarios críticos y participar de los debates que tengan que ver con la tecnología"

—¿Por qué es importante incorporar al pensamiento computacional?
— Hay que plantearse qué significa ser un ciudadano de primera. Creo que si nos ponemos de acuerdo rápidamente diríamos que implica poder participar en los debates de tu época y para ello, sin ser un experto, hay que tener las herramientas para dialogar con los expertos. Un ejemplo claro es lo que sucedió con la Gripe A en 2009. En aquel momento nadie sabía bien de qué se trataba; sin embargo, como ciudadanos dialogamos con los expertos y evacuamos las consultas. Sin embargo, cuando hablamos de tecnología y hablamos de temas complejos como la neutralidad de la red o los sistemas tecnológicos, el ciudadano no tiene ningún elemento de conocimiento previo para lograr comprender de qué se habla. Es como esa capacidad para discernir si una enfermedad se cura con una vacuna o la danza de la lluvia.

—¿Por qué es importante implementarlo en escuelas?
— Si habláramos como si esto fuera una caricatura, un ejemplo es que la incorporación del pensamiento no se soluciona viendo un documental en Netflix, porque no alcanza. Tampoco puedo grabar un video y explicarlo en tres minutos. Hay una diferencia. Creo que hay consenso en que el documental, con todas sus virtudes, no reemplaza una buena clase de historia. Lo mismo sucede con la tecnología. Hay una diferencia entre conocer la tecnología y que te la enseñen, porque esto último es clave para formar opiniones profundas, fundamentadas y conectadas con otros fenómenos profundos y complejos.

Olimpíada de Robótica del Plan Ceibal 2019. Foto: Francisco Flores
Olimpíada de Robótica del Plan Ceibal 2019.Foto: Francisco Flores

—¿Cuál es tu visión sobre el avance de la tecnología?
— Como en todas las ideologías sin importar cual, seguro hay tantos libros que sostienen tus creencias como lo contrario. El problema está dado por el uso de la tecnología. Es como si dejáramos que solo los estudios de Hollywood hicieran cine y televisión; no tendríamos un comentario muy positivo sobre el valor educativo o informativo de la televisión. Creo que la tecnología no es intrínsecamente negativa pero hay que enseñarla bien. Tiene que estar muy pautado de parte del sistema educativo para tratar de favorecer lo positivo y que no crezcan consecuencias negativas.

—¿Qué marca la brecha digital?
— La brecha o mejor dicho, las brechas, no están dadas por la fecha de nacimiento o la generación a la que pertenecés. Si no tuviste acceso, no vas a tener los conocimientos. En Argentina tenemos un caso muy interesante. Teníamos un plan similar al Ceibal; sin embargo, durante la última administración, se dejaron de repartir las computadoras en las escuelas con la consigna que todos tienen un teléfono celular. El resultado fue catastrófico porque no es lo mismo el uso del móvil que la computadora; entonces se retrocedió mucho en el acceso a estos conocimientos. La brecha de primer orden tiene que ver con el acceso al dispositivo de producción y consumo. Luego está la brecha entre aquellos que entienden cómo funciona ese dispositivo y los que no.

La brecha de primer orden tiene que ver con el acceso al dispositivo de producción y consumo. Luego está la brecha entre aquellos que entienden cómo funciona ese dispositivo y los que no"

— ¿Cómo se encuentra Uruguay en términos de pensamiento computacional?
— Uruguay es un país pionero. Creo que en los próximos 50 años cuando escriban sobre la enseñanza del pensamiento computacional y que nos cuenten cómo sucedió, Uruguay estará en un lugar destacado. Si comparamos a Argentina con Uruguay, quizás mi país dio algunos pasos primero, pero Uruguay garantizó que el Plan Ceibal llegara rápidamente a una gran cantidad de escuelas. Uruguay tuvo la virtud para implementarlo y sobre la marcha lo fue modificando mientras aprendía de la experiencia. El pensamiento computacional va llegar de todas maneras. El tema es de qué manera y, mientras discutimos, hay generaciones que sale de la escuela sin estos conocimientos.

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