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Emmanuel Horvilleur: "Cuando subo a un escenario me nace un alter ego"

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Emmanuel Horvilleur. Foto: Difusión

ENTREVISTA

Hoy y mañana, Emmanuel Horvilleur se presentará en Medio y Medio; antes de su doble fecha, el músico argentino habló con El País sobre "Xavier" y el legado de Illya Kuryaki & The Valderramas

Tras nueve años desde el lanzamiento de Amor en polvo (el disco que incluía los éxitos “Amor loco” y “Michael”), el argentino Emmanuel Horvilleur retomó su carrera solista con Xavier, un trabajo discográfico que está atravesado por letras reflexivas, mucha sensualidad y una larga lista de influencias musicales que dialogan a lo largo de sus 11 canciones. Y, claro, también está el sello de Horvilleur, que fue desarrollando a lo largo de su etapa solista y de su paso por Illya Kuryaki & The Valderramas (el dúo de rap que creó a principios de los noventa junto a Dante Spinetta). 

Pero, ¿cómo se puede definir el sonido Horvilleur? Basta con escuchar “El hit”, “Negra monamour” y “1000 días” (todos de Xavier) para descubrirlo: muchas guitarras funky, una voz que roza el falsete y una buena dosis de sensualidad; estos tres elementos se unen para hacer del baile algo irresistible. 

Hoy y mañana, Horvilleur regresará a Uruguay para presentarse en Medio y Medio, y antes de esta doble fecha, el argentino habló con El País sobre la nueva etapa en su carrera.

—En tu página web se describe a Xavier como “una suerte de educación sentimental para el siglo XXI. Xavier habla de amor en tiempos de fugacidades, empoderamiento femenino y multiplicación de las fantasías”. ¿Sentís que el álbum va hacia ese lugar?

—Bueno, siempre a los discos hay que ponerle algún resumen. Xavier es mucho más que eso, pero sí, tiene esos ingredientes. Además me agarró en un momento bastante clave sentimentalmente y eso se fue plasmando en mi música. Se abrió una etapa un poco más reflexiva y me gusta estar ahondando por esos terrenos. Obviamente, todo está matizado con la música que a mí me gusta. No intento ser un artista solemne; me gusta también divertirme y disfrutar la vida y de la música. Xavier tiene un poco más de elementos apaciguados, reflexivos y de pensar dónde estamos parados en los tiempos que corren.

—Siento que esta mirada más reflexiva empezó a estar más presente a partir de los dos discos de la reunión de Illya Kuryaki: Chances y L.H.O.N. ¿Estás de acuerdo?

—Sí, la verdad que lo siento. Por momentos extraño un poco el sentimiento ese que tenía cuando escribía letras más picantonas como “Tu hermana” o “Soy tu nena”. Ambas son canciones que tienen una fuerza que tiene que ver con determinado momento de la vida. Yo intento ser honesto con lo que escribo y, si no estoy viviendo en esa, entonces no me sale. Eso da lugar a otro tipo de escrituras, que también está bueno. Es algo nuevo y son terrenos a descubrir. Eso me gusta y me entusiasma.

—En una entrevista con La Nación comentaste que “el motor” de tus canciones es “el sexo y la sensualidad”. Eso también está presente en Xavier.

—Sí, “La Universidad de tus besos” confluye un poco con esto que estamos hablando. Me gusta el funk y la sensualidad en la música. Siempre me ha gustado y es un motor en mi música. Tampoco es algo que quiero abandonar desde el plano musical, seguro que no; pero desde el plano lírico siento que hay que encontrar nuevos desafíos para escribir desde otro lado; no solamente de un lado de relajo y de sexualidad, sino también buscarle nuevas maneras de ver la poesía, ¿me entendés? Es para no quedarse siempre en la misma; es como descubrir nuevas posiciones del Kamasutra (se ríe).

—En “Como un pez” participa Usted Señalemelo, una de las bandas principales de la nueva generación de músicos argentinos, y Dante es curador de artistas urbanos para Sony Music. ¿Sos consciente de la influencia de Illya Kuryaki en la escena actual?

—Mirá, yo no sé si es una influencia directa; en algunos casos sí, porque me lo han dicho. Amigos como De la Rivera tienen un video de ellos de pendejos cantando “Abarajame” con unas escobas de micrófono. Esas cosas se han dado, pero creo que la influencia de Kuryaki está sin que la gente lo sepa, sin que sea directa. Es una banda que en los noventa empezó a hacer música diferente donde se mezclaban estilos, era un crisol musical. Eso es algo que ahora se ve de manera natural y desprejuiciada, pero cuando empezamos, tuvimos muchos detractores. Illya es una banda que se tuvo que bancar un montón de cosas para que muchos vengan ahora y gocen de la libertad musical.

—También tenían una estética muy diferente de lo que se acostumbraba en esa época, tanto en las letras como en la forma de pararse en el escenario. ¿Al principio fue complicado que sean aceptados?

—Sí, pero había como una fuerza que teníamos nosotros. Sobre todo en nuestros primeros discos, que decíamos que por más que nos criticaran, nosotros íbamos a hacer lo que se nos cantara los huevos. Realmente teníamos unas convicciones muy ajustadas y, en ese sentido, le dimos para adelante siempre. Nos podían doler las críticas o la ira del público, que incluso nos tiraba cosas, pero estábamos seguros de lo nuestro. Estuvo bueno haber estado tan seguros desde niños, porque haber confiado tanto nos llevó a lugares que no habíamos ni soñado.

—El año pasado te vi en Inmigrantes y, antes de subir al escenario te noté tranquilo y hasta un poco tímido. Sin embargo, empezó apenas el show, te moviste por todo el escenario y contagiaste la energía al público. ¿Cómo nace ese personaje?

—Es algo que me surge naturalmente. Es como algo que está adentro mío y que siempre lo tuve: en el escenario me nace un alter ego. Lo disfruto y saco un montón de cosas, las canalizo. Siento la energía de la gente y, cuando siento esa interrelación con el público, me ilumino como si fuera un pae umbanda: siento las energías, las disfruto y las quiero llevar a tope. Es una droga para mí cuando eso pasa y me encanta.

—¿Qué esperás de las dos noches en Medio y Medio?

—Me encantaría que suceda todo esto que estamos hablando ahora. Uruguay es un lugar al que le tengo mucho afecto y respeto; en especial la comunidad musical porque me he cruzado con muchos uruguayos que han embellecido mi música, como Nico Ibarburu, Francisco Fattoruso y Matías Rada. Va a estar buenísimo porque va a estar todo preparado para disfrutar.

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