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El efecto científico del amor

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Amar y sentirse amado mejora el sistema inmune, cuida el corazón y reduce riesgos de enfermedades.

Cuando muchas parejas celebraron el Día de los Enamorados, pocas quizás tuvieron en cuenta que también debían agradecerle al otro por tener una mejor salud. Amar y sentirse amado genera una serie de cambios en el organismo que influyen en un mayor bienestar, tanto físico como psicológico.

La lista de beneficios es larga y variada, según lo ha comprobado la ciencia: mejora el sistema inmune, protege al corazón y el sistema cardiovascular; reduce el estrés, aumenta la autoestima y, en definitiva, alarga la vida.

"No es una píldora mágica, porque implica una serie de fenómenos complejos; pero el estado de bienestar que provoca el sentirse amado y amar, es irremplazable", sentencia el doctor Rolando González, cardiólogo de la Clínica de la Universidad de los Andes (Chile).

Por ejemplo, se produce un aumento en la producción de dopamina, oxitocina y norepinefrina, sustancias que se asocian al placer y que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Esto mismo genera una baja en los niveles de estrés, en particular al reducir los niveles de cortisol, hormona que se libera como respuesta al estrés crónico y que se asocia a una mayor presión arterial.

"Estar enamorado produce un equilibrio interno endocrino; por lo mismo, una desilusión amorosa, por ejemplo, genera una hipersecreción de sustancias como adrenalina y noradrenalina, asociadas al estrés", explica el especialista.

El amor también genera una mayor liberación de endorfinas, dopaminas y serotoninas, asociadas a un estado de ánimo positivo y a la sensación de felicidad. Se trata de sustancias que funcionan como antidepresivos naturales, según explica la doctora Marianella Hernández, neuróloga de la Clínica Ciudad del Mar.

"El amor pasa por tres grandes etapas: en la primera intervienen hormonas como feromonas, que generan la atracción inicial; luego viene el enamoramiento, en donde aparecen sustancias como endorfinas y dopaminas que aumentan sus niveles en distintas zonas del cerebro".

En la última etapa se produce una disminución y estabilización de estos niveles hormonales, y en cambio aumenta la liberación de oxitocina, hormona esencial para la estabilidad emocional del cerebro y que, además, ayuda a combatir sensaciones o estados de ansiedad, estrés o fobias. "Eso da vínculo y firmeza a la relación, y también lleva a la liberación de toda una cadena de sustancias que mejoran el sistema inmune".

Analgésico.

La mayoría de los estudios sobre los beneficios del amor en la salud se han realizado en matrimonios.

Uno de los más recientes lo publicó ayer la Universidad Carnegie Mellon, Estados Unidos. Los investigadores encontraron que las personas casadas tienen niveles más bajos de cortisol —la hormona del estrés— que los solteros. "Este hallazgo apoya la creencia de que las personas solteras o que no están en pareja enfrentan más estrés psicológico que las personas que sí están en pareja", explica Brian Chin, autor del estudio.

El riesgo está en que el estrés prolongado se asocia con una menor capacidad del cuerpo para regular la inflamación, que a su vez promueve el desarrollo y la progresión de muchas enfermedades.

En otro trabajo, se vio que quienes están en pareja tienen una mejor presión sanguínea, lo que favorece la salud del corazón, según el autor, Brooks Gump, de la Universidad del Estado de Nueva York.

También hay investigaciones que muestran que estar enamorado y mantener una actividad sexual frecuente, se asocia con una serie de mecanismos -como el aumento de los niveles de estrógeno- que favorecen el aspecto físico, como una piel más tersa y un cabello más saludable. Lo anterior, a su vez, se vincula con la autoestima.

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