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Eduardo Relero, el artista argentino que "hundió" la peatonal Sarandí

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La obra se concluyó en pocas horas sobre la peatonal. Foto: Marcelo Bonjour

ARTE URBANO EN MONTEVIDEO

Creó una ilusión óptica en la icónica esquina de Sarandí y Bacacay.

El jueves pasado, la tradicional esquina de Sarandí y Bacacay se vio sacudida por la presencia de una intervención artística: la marca Salus encargó al artista argentino Eduardo Relero a crear una obra única y efímera, recreando la reserva natural de Minas en el suelo.

Fue la primera vez que el artista de 55 años visitó Montevideo, una ciudad que le recordó mucho a Rosario, su tierra natal.

A principios de los 90, Relero dejó las carreras de arquitectura y psicología y siguió la pasión familiar: el arte. Se trasladó a Roma para especializarse en esta área, en donde comenzó a copiar obras clásicas. Allí conoció a los madonnari, los pintores callejeros de la ciudad.

Tras algunos años en Italia, en 1996 se mudó a Madrid y al tiempo recibió un encargo que le cambiaría la vida: una obra de anamorfosis, una técnica en la que se deforma una obra para generar un efecto óptico.

“Alguien me preguntó si sabía hacer este tipo de ilusiones ópticas y realmente no estaba seguro, pero conocía la teoría y por lanzado dije que sí”, narró.

“Cuando empecé a hacer esto éramos solo dos o tres en el mundo. Lo vinculé con el arte callejero”, contó el artista.

Fue antes de que las redes sociales existieran. Sin embargo, gracias a las ahora arcaicas cadenas de mails, en las que se compartían presentaciones con fotos, ayudaron a difundir su trabajo. “Se viralizó y me ayudó a tener visibilidad”, contó.

Entre sus trabajos resaltan una intervención artística en la puerta de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, durante la Asamblea General de 2013, para concientizar sobre la guerra y los refugiados sirios. Fue fue encargada por la ONG Oxfam. También realizó trabajos en el Teatre del Liceu (Barcelona), el Museo de Arqueología de Modena (Italia) y hasta en la televisión japonesa.

Su trabajo se caracteriza por reflejar su visión del mundo: “Me gusta el absurdo, la literatura, el lado torcido de las cosas. También el lado maldito y eso es lo que me caracteriza como estilo. Voy a lo caricaturesco, estrafalario, cómico o satírico”, aseguró.

“Dibujo mucho en cuadernos y acumulo bocetos que son mi tesoro. Cuando me hacen un encargo empiezo a analizar las ideas que tengo acumuladas”, explicó Relero.

Las obras realizadas en la calle tienen sus limitaciones, sobre todo cuando son de protesta: “Cada trabajo me lleva de tiempo material por lo menos tres o cuatro días; muchas veces estos trabajos son de pocas horas porque la acción, de protesta por ejemplo, no permite estar todo ese tiempo allí.

Entonces se prepara el trabajo, se lo lleva a medio hacer y se lo completa en pocas horas en el lugar”, señaló.

Montevideo

La obra de arte que realizó en la Ciudad Vieja fue un encargo comercial. No obstante, el artista tuvo que elaborar mucho la idea.

“No fue fácil crear la obra. Estos dibujos tienen que explotar la cualidad espacial del lugar. Tratás de transmitir la profundidad, en este caso un hueco y esto no lo puede crear un creativo de una agencia, escuché el concepto y lo intenté traducir al arte anamórfico”, explicó.

Además, trabajar sobre la Peatonal Sarandí fue otro desafío dado que se trata de una calle muy transitada: “El trabajo estaba previamente hecho, alrededor del 75% de la obra y luego complementé en la calle”, narró.

“Busqué crear un cenote, algo como metafórico sobre la reserva de Minas, con un punto de realismo y algo más idílico”, destacó.

El resultado fue una especie de acantilado, con un puma que emana agua de su boca y quienes se paran al borde de la obra ven una ilusión óptica como si miraran hacia abajo. La obra ubicada en Sarandí y Bacacay podrá visitarse hasta mañana domingo.

La ruta

Antes de llegar a Uruguay, Relero pasó por Alemania y Estados Unidos.

En Alemania, el artista trabajó en una obra de protesta sobre la explotación de quienes sacan el cobalto de las minas en Congo. Su camino seguirá hacia México:”Voy a Querétaro a hacer algo de las tradiciones en ese país en el marco de un festival”, contó. Luego, visitará Estambul (Turquía).

Gran parte de la vida del artista implica moverse de un lado al otro por el mundo y, aunque por momentos está cansado, también cree que es la mejor forma de conocer las distintas culturas.

Las claves de la obra:
Tres aspectos
El arte anamórfico juega con las ilusiones ópticas. Foto: El País

Con contenido: Eduardo Relero busca transmitir en sus obras lo que le gusta de la realidad, explotando lo satírico, caricaturesco y absurdo. Además de alianzas con marcas, habitualmente trabaja con organizaciones como Amnistía Internacional, Oxfam, Greenpeace, entre otras.

Arte que engaña: El arte anamórfico juega con las ilusiones ópticas. Cuando a fines de los 90 y principios de los 2000, Relero comenzó a realizar sus obras había muy pocas personas que se dedicaban a realizarlas. Las históricas cadenas de mails colaboraron para que su arte fuera conocido.

Por todo el mundo: España, Rusia, Turquía, Japón, Guatemala, México y ahora Uruguay son algunos de los países que han tenido sus intervenciones artísticas. Según Relero, a veces a las marcas les resulta “incómodo” trabajar con él por las características críticas de su obra.

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