"¡Tres, dos, uno. Fuera!". En una rampa de despegue, un dron blanco con alas rojas ruge en el aire. A bordo lleva sangre para el hospital de Kabgayi (Ruanda).
Y es que esta semana Ruanda ha presentado su primera base de drones que se usarán para abastecer de sangre a 21 centros médicos del oeste del país africano. Se encuentra en Muhanga, a 50 kilómetros de la capital ruandesa, Kigali.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), África tiene la tasa de mortalidad materna más alta del mundo debido a las hemorragias posparto. El acceso a las transfusiones sanguíneas es crucial para las mujeres del continente.
Ruanda no es una excepción, y la topografía escarpada del país africano dificulta el transporte por carretera, sobre todo durante la temporada de las lluvias. Los drones aparecen para solucionarlo.
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