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La dieta y la salud

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"Alguien con alteraciones renales, diabetes  no puede consumir algo solamente porque sI".

El lunes empiezo", debe ser la muletilla de todas las mujeres (y hombres) que se disponen a hacer una dieta. El problema no es la intención, sino el método que se elige.

La idea, por lo general, es seguir una dieta rápida que fulmine muchos quilos en un par de semanas. Lo que se olvida es que tras la silueta perfecta se pone en jaque la salud. Últimamente el asunto se complica porque es moda sustituir comidas por suplementos.

De esto sabe con claridad la nutricionista Adriana Picasso, autora junto a Aurora Vispo de Razón de peso. Adelgace saludablemente.

Según datos de la consulta, un 98% de las personas excedidas en su peso ya experimentaron en carne propia alguna propuesta relámpago. "Las dietas mágicas no existen, son bajadoras de peso y además no hablan de continuidad o de hábitos saludables", explicó la profesional.

Para muestra hay varias consecuencias físicas: las dietas disociadas carecen de ingredientes vitales para el organismo, como las vitaminas, que son muy diuréticas y hacen perder agua y no peso, lo cual puede derivar en una deshidratación. Y no es lo único: ¿Qué hacer si le sangran las encías por falta de vitaminas o se le caiga el pelo? ¿Y cuando le suba el ácido úrico, el colesterol se dispare o se le altere la presión arterial?

El otro tema es el uso de suplementos dietarios, como sustitutos de los alimentos. Chía, maca, jengibre, alga espirulina, whey protein y hasta batidos y pastillas, están de moda y abundan en el mercado.

"Muchas son sustancias para complementar la alimentación de personas sanas", remarcó Picasso, haciendo énfasis en la palabra complementar y sanas.

"Alguien con alteraciones renales, diabetes o antecedentes de cáncer no puede consumir algo solamente porque sí", puntualizó. A modo de ejemplo contó que hay quienes consumen chía, "una semilla antigua" por su aporte de omega 3, un ácido graso esencial y protector de la salud cardiovascular, pero lo que no saben es que como es de origen vegetal no brinda la protección deseada.

"Una dieta balanceada y saludable lo tiene todo, el omega 3 está en el pescado y si se consume no es necesario tomar pastillas de nada", explicó la nutricionista que se declara ferviente defensora de los alimentos. No solo porque ya tienen todo lo que el organismo necesita, sino porque en su opinión la comida es más que alimento, es compatir, es brindar amor, es un hecho cultural que no puede obviarse.

"El milagro está en el estilo de vida saludable, pero la moda es el quererlo todo y ya sin renunciar a malos hábitos", explicó quien mencionó la ingesta de snacks con grasas, el consumo de tabaco y alcohol. "No dejan lo malo, pero quieren contrarrestarlo con el consumo de lo bueno, suplementos que disminuyen el estrés, aumentan la libido, dan sensación de saciedad, reducen el apetito o prometen desarrollar masa muscular".

A tener en cuenta.

Un tema no menor es el denominado "efecto rebote" o "yo-yo". "Cuanto más exigente es la propuesta que se emplee, más difícil es mantener el peso", dijo Picasso. Y agregó que por cada 10 quilos perdidos, debe mantenerse el peso por dos años, es decir si una persona que pesa 90 baja 30 quilos, deberá pesar 60 durante seis años.

Y hay otra cuestión. Cualquier persona que esté 20% por encima de su peso es una persona obesa, aunque no lo reconozca. "No obesa no soy, estoy rellenita", ¿ya escuchó esta frase? ¿La pronunció? Entonces haga el cálculo y sepa cuál es su Índice de Masa Corporal (IMC). Divida su peso entre el valor de su talla al cuadrado. Si el resultado está entre 20 y 25, su peso es normal. Si está entre 25 y 26,9 su sobrepeso es estético. Y si es 27 o más, indica obesidad.

QUÉ HACER

A futuro

Lo importante es descender de peso, no importa cuánto sea la pérdida semanal. La apuesta no es al "ya", sino a largo plazo. "Cualquier valor es bueno si se está bajando", puntualizó Adriana Picasso. Gramos más gramos suman al cabo de un año varios quilos.

Tips

Sumar ejercicios es clave. Es necesario hacer 4 comidas diarias y dos ingestas. Hay que cambiar de hábitos y elegir alimentos saludables. Se vigila lo que se ingiere, para ello no se debe comer frente a la TV, no se termina lo que los hijos dejan en sus platos y no se picotea. La dieta debe incluir tres porciones diarias de lácteos descremados (especialmente leche y yogur), 5 porciones de frutas y verduras y dos litros de agua.

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Los suplementos dietarios están de moda, pero no sustituyen a los alimentos

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