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Cómo trabajan los diarios en la era de la pandemia

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PERIODISMO

El Covid-19 obliga a modificar la rutina y a implementar medidas urgentes en las redacciones

La pandemia del coronavirus y sus consecuencias (aislamiento, cuarentena, suspensión de actividades) obligó a los diarios de todo el mundo a modificar la metodología de trabajo y a implementar medidas urgentes que permitan continuar la búsqueda de información sin exponer la salud de los periodistas y sus familias. Así, de un día para el otro se impuso más que nunca el WhatsApp como principal medio de intercambio de datos y consignas, se redujeron al mínimo las reuniones y la asistencia a las redacciones.

En tiempos de crisis sanitaria global, la urgencia pasa por informar, claro, y también por contribuir con la prevención. El País implementó desde el martes pasado un sistema de trabajo remoto en todas las áreas y también en la redacción, lo que se tradujo a que, dependiendo de la sección, hasta el 75% de los periodistas trabajan desde sus casas con acceso remoto. Las coberturas fueron reducidas al mínimo.

Para quienes concurren al diario se tomaron medidas para cuidar al máximo su salud: se aumentó la frecuencia de desinfección de todos los espacios, en especial, los de mayor tránsito y contacto; se incrementó la ventilación y la disponibilidad de alcohol en gel; además se suspendieron los viajes previstos.

La Nación, por su parte, dispuso el teletrabajo para todos los redactores, quienes están abocados en su mayoría a cubrir el problema del coronavirus y, desde el martes, solamente el 10% de sus periodistas están de forma presencial en la redacción. En tiempos de crisis sanitaria global, la urgencia pasa por informar y también por contribuir con la prevención.

En Lima, el diario El Comercio, también integrante del Grupo de Diarios América (GDA), organizó turnos de trabajo remoto, con tres días presenciales y dos a distancia. El Tiempo, de Colombia, redujo a la mitad la presencia de periodistas en su redacción y los editores solo se reúnen una vez al día. Algo parecido implementó El Universal, de México: una reunión presencial por la tarde y prueba piloto para hacer conferencias vía Hangout. En Brasil, las redacciones de O Globo en San Pablo y Brasilia están prácticamente vacías porque cerca del 100% del personal está trabajando desde su casa. En la sede de Río de Janeiro, la medida se fue ampliando según las restricciones del personal (mayores de 60, embarazadas, pacientes crónicos o con enfermedades preexistentes, como indican las recomendaciones en general) y por estos días solo concurren a la redacción los responsables de la edición diaria en papel.

En La Nación de Costa Rica se implementaron medidas para evitar la concentración de personal y mantener cobertura intensiva de esta emergencia sanitaria: desde el envío de personal a realizar teletrabajo hasta promover que personal que tiene muchos días acumulados de vacaciones pueda tomarse algunos días. “En este momento, cerca del 50% del personal periodístico está realizando teletrabajo -explicó Ronald Matute, jefe de la Mesa de Actualidad-. Debido a que todos los días el gobierno emite un reporte general sobre el avance de la pandemia, nosotros estamos enviando dos redactores para cubrir la conferencia y tener luego la oportunidad de hacer entrevistas o consultas particulares a los ministros que están al frente de la atención de la emergencia. Salvo estos casos, y otras coberturas especiales como las sesiones del Congreso, la mayoría del personal realiza coberturas a distancia”.

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Desde el martes, solamente el 10% del equipo de La Nación está presencialmente en la redacción . Foto: La Nación / Fernando Gutiérrez

Trabajo remoto.

Algunos medios, como La Nación, de Argentina, dispusieron el teletrabajo para todos los redactores, quienes están abocados en su mayoría a cubrir el problema del coronavirus desde distintos ángulos (social, económico, político, cultural) y, desde el martes, solamente el 10% de sus periodistas están de forma presencial en la redacción. Misma medida fue adoptada por El País y otros medios de la región.

En las redes sociales del diario de Costa Rica, se lanzó la campaña #MisManosMisArmas para concientizar sobre la importancia del esfuerzo individual para evitar la propagación del Covid-19. Por otra parte, como agrega Matute, “en forma constante, el blog El Explicador está elaborando materiales de servicio que se publican en la web y el diario impreso, y la sección #NoComaCuento publica informaciones para desmentir fake news sobre el tema del nuevo coronavirus”.

En cuanto a la metodología de trabajo, Matute cuenta: “Es indudable que la propagación del Covid-19 ha ‘contagiado’ prácticamente a todos los ámbitos de la cobertura periodística. Debido a ellos, todas las secciones han tenido que destinar la mayor parte de sus recursos a la atención de esta emergencia sanitaria y sus repercusiones en todos aspectos de nuestra vida. Una parte del personal se ha dedicado a atender la cobertura de los hechos diarios y otra parte a profundizar en materiales de agenda propia de tipo explicativo, testimonial y de análisis”.

En Venezuela, la pandemia se sumó a la ya complicada situación sociopolítica local. José Meza, jefe de política e información general de El Nacional, relata que “desde hace tiempo hemos estado respondiendo a las contingencias que vivimos a diario en Venezuela: apagones, cierres de vías y otras situaciones, por lo que simplemente nos adaptamos a una más. Hacer periodismo acá es una odisea continua y sin garantías. La única diferencia en este momento es que casi todos, podemos hablar de 90% de la redacción, se vio obligada a quedarse en su casa porque los controles no permitieron la movilización. Unos por vivir en la periferia, no hay transporte público y los militares no creen en eso de que somos prioridad para mantener informada a la población; y otros porque movilizarse en Caracas también resulta complicado. Hasta ahora ha sido difícil el trabajo de campo, salvo algunas crónicas de periodistas que han tenido que movilizarse y aprovechan ese momento para obtener información. Vivimos en un país lleno de carencias, luchamos contra eso. La señal de internet no es idónea y la telefonía celular falla. Por ejemplo, muchos de los redactores tuvieron que usar sus datos para poder conectarse porque no tenían servicio. Hacer un resumen del día que sustituye la portada tradicional de los impresos tomó casi seis horas, porque la señal fue intermitente y no había comunicación entre los que tenían que hacerlo. A pesar de todo tratamos de seguir informando”.

O Globo también montó una cobertura especial dedicada al coronavirus que está orientada a la edición digital. En la versión tradicional han reducido la cantidad de páginas de secciones como Deportes y Cultura, Viajes y Espectáculos para brindar más espacio a las novedades de la pandemia.

En El Nuevo Día, de Puerto Rico, también se recurrió al teletrabajo para la mayoría de sus empleados. Este caso es especial porque se implementó el toque de queda a partir de las 21. Los periodistas pueden, por el momento, circular por la calle para hacer su trabajo, pero si la medida se generaliza los reporteros ya no podrán recorrer los espacios públicos ni dirigirse de un sitio a otro.

Esta situación inesperada pone a prueba, más que nunca, el ejercicio del periodismo en tiempos de redes y trabajo remoto. Las noticias cambian minuto a minuto, pero la tarea de informar con responsabilidad no se detiene ni un segundo.

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