MEDICAMENTO 

Brasil, el segundo país del mundo más afectado por la pandemia después de Estados Unidos, con más de 1,8 millones de personas contagiadas y de 70.000 muertas, decidió apostar al dexametasona para combatir el COVID-19. Por este motivo, las farmacéuticas se preparan para afrontar un aumento en el uso de este medicamento.

"Hemos aumentado los turnos y dado prioridad a la producción de este medicamento en nuestra planificación, además de anticipar las compras de suplementos para abastecernos", destacó Márcio Freitas, director industrial del laboratorio Aché, el mayor productor de dexametasona en Brasil.

En junio, un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford divulgó un estudio en el que hallaron que el tratamiento a base de dosis bajas de dexametasona podría reducir el riesgo de muerte en un tercio de pacientes graves con coronavirus y que se encuentran conectados a ventiladores.

A partir de ese momento, hubo un aumento de la demanda de aproximadamente "cuatro veces más que nuestro promedio mensual", que es de unas 485.000 unidades, explicó Freitas.

Tras el descubrimiento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) exhortó a los países a incrementar la producción y distribución masiva del fármaco.

La dexametasona es un esteroide de bajo costo y de fácil acceso en todo el mundo. Sin embargo, las materias primas para la manufactura del medicamento son importadas desde Italia y Estados Unidos.

Este medicamento, según Medicine Plus, “es un corticosteroide, es decir, es similar a una hormona natural producida por las glándulas suprarrenales”. El sitio agrega, además, que este medicamento es habitual para la artritis; trastornos de la piel, de la sangre, del riñón, entre otros, y también para combatir alergias severas; y asma.

Este medicamento, según lo indica la investigación de la Universidad de Oxford, ha funcionado en los casos más graves de coronavirus. El New York Times destaca que “los investigadores calcularon que si los médicos hubieran usado el fármaco para tratar a los pacientes más enfermos por el COVID-19 en Gran Bretaña desde el comienzo de la pandemia, podrían haberse evitado hasta 5000 muertes”.

La dexametasona no es para todos los casos de COVID-19, sino solo para los casos graves de la enfermedad. De acuerdo al medio estadounidense, “en casos graves, el virus ataca directamente las células que recubren las vías respiratorias y los pulmones del paciente”.