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Curso rápido de supervivencia para el futuro turista lunar

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Nave espacial de Virgin Galactic. Foto: Archivo

EXPLORACIÓN ESPACIAL

La Luna parece inofensiva, pero es impredecible; conozca los riesgos.

¡Felicitaciones! Usted está en viaje hacia la Luna. Si sobrevive al vuelo en cohete, a las náuseas por la gravedad cero y al aterrizaje turbulento, su estadía no estará exenta de peligros. Puede parecerle inofensiva desde la comodidad de la Tierra pero, en realidad, la Luna es un terreno impredecible. Lleve consigo esta guía para retornar sano y salvo a su planeta.

Distancias.

La brújula y el GPS son inútiles. No hay campo magnético para usar la primera y no hay red de satélites para lo segundo. Si usted quiere conocer un cráter, es probable que la ubicación esté errada por varios kilómetros. La imprecisión va a ser más grande del lado oculto pero, en el visible, la posición global real puede tener una diferencia de hasta un kilómetro, según cálculos de la NASA.

Esto se debe a que la Luna es peor que un desierto -donde es difícil juzgar las distancias y los tamaños de los objetos- porque no hay atmósfera ni referencias. Una roca a varios kilómetros se verá tan nítida como una piedra cerca de su pie; un cerrito será, en realidad, una colina de varios kilómetros de alto. Sí, en las imágenes de las misiones Apolo se ven cerca de los astronautas pero, en realidad, estaban alejadas y eran más grandes de lo que parecen a simple vista. El intenso contraste entre la luz y la oscuridad puede jugar con usted. Por lo tanto, si quiere sobrevivir, no se aleje de su ruta.

Navegación.

Tenga en cuenta dos máximas: si el sol está a sus espaldas (o bajo), no distinguirá los detalles del suelo (corre el peligro de poner un pie en un cráter y se le acabará el viaje); si el sol está arriba, será muy potente y no podrá ver el camino.

En el primer caso, la superficie presentará un aspecto gris y uniforme; el segundo lo enceguecerá. Si llega a perderse, busque su rastro original. Por lo menos hay una buena noticia: sus huellas van a permanecer inalteradas durante siglos por la ausencia de agentes erosivos (aunque también hay terremotos; tenga cuidado).

Horizonte.

La Luna es mucho más pequeña que la Tierra. Su diámetro real es de 3.476 kilómetros, una cuarta parte del de la Tierra. Por lo tanto, el horizonte está más cerca: a unos 2,43 kilómetros (en la Tierra es de 4,66 kilómetros).

Así lo dijo Buzz Aldrin: “Nadie me preparó para la crudeza del terreno. Era estéril y el horizonte estaba mucho más cerca de lo que estaba acostumbrado. El diámetro de la Tierra es tal que sus habitantes no tenemos consciencia de la curvatura (…) Pero en la Luna mi impresión fue que estábamos en una pelota; o en la loma de una colina que se extendía más de una milla y era perfectamente redondeada. Incluso me sentí un poco desorientado debido a la cercanía del horizonte”.

Luna
El lado oscuro de la Luna. Foto: Commons Wikimedia.

Regolito.

La superficie lunar está cubierta por una capa de residuos llamados regolito que han estado expuestos al bombardeo de micrometeoritos, al viento solar y la radiación. A diferencia de las partículas de polvo terrestre, el regolito está formado por rocas microscópicas muy abrasivas que con el tiempo dejarán su traje espacial y su vehículo lunar inutilizables y, por si fuera poco, se cargan muy fácilmente de electricidad estática y se adhieren a la tela. Además, corta como el vidrio.

Diversos astronautas han dicho que el regolito huele a pólvora quemada, aunque no tiene nada semejante a la pólvora (nitrocelulosa y nitroglicerina), sino que está compuesto por dióxido de silicio, hierro, calcio, magnesio, olivina y piroxeno. Así que si percibe un olor similar dentro de su nave es que no ha limpiado bien sus botas.

Gravedad.

Si todavía quiere salir a dar un paseo lunar, no camine; es mejor que corra y pegue saltos. No importa que lleve un traje de varias decenas de kilos. La gravedad es tan solo de 1,62 metros por segundo al cuadrado (medida para la aceleración de un cuerpo), muy diferente a la de la Tierra, que es de 9,8 metros por segundo al cuadrado, por lo que será más ligero.

Si usted pesa 60 kilos en la Tierra, pesará tan solo 10 kilos en la Luna. Y es más, los seres humanos necesitan, por lo menos, un 15% del nivel de gravedad que perciben en la Tierra para mantener una postura erguida. La Luna tiene un 17% de la gravedad terrestre. No se confíe y evite los tropezones. Solo su casco lo separa de una muerte segura en el vacío.

Radiación.

Los hábitats le proporcionarán oxígeno y aislamiento, pero la radiación es cosa diferente. La superficie lunar está expuesta a los rayos cósmicos y las erupciones solares y parte de esta radiación es muy difícil de detener. Cuando los rayos cósmicos impactan en el suelo, se produce una lluvia de partículas secundaria directa a los pies.

Toda la radiación que penetra los tejidos humanos puede afectar su ADN, fomentando el riesgo de cáncer y efectos neurodegenerativos. Si su estancia es corta, recibirá dosis que estarán dentro de lo normal. Pero si se queda por mucho tiempo, deberá preocuparse por los SPE (Solar Proton Events), las emisiones de protones por las que recibirá entre 3 o 4 sieverst en pocas horas. No es mortal, pero es el máximo que puede recibir un astronauta durante toda su carrera. No se aleje demasiado de su base.

Sueño.

Conciliar el sueño puede ser difícil. Su reloj corporal está adaptado a la exposición a la luz en un día de 24 horas. Pero en la Luna, el cambio entre el día y la noche ocurre una vez cada 28 días. Su ritmo circadiano estará desconcertado, usted estará somnoliento y confundido. Trate de dormir. La Luna ha sido la compañera de la Tierra desde hace unos 4.500 millones de años y seguirá estando mañana.

Pronóstico: clima extremo todo el mes.

La Luna no tiene atmósfera, por lo tanto, su temperatura varía entre -184 grados Celsius durante la noche a 214 grados Celsius durante el día, excepto en los polos donde la temperatura es constante e igual a -96 grados Celsius. La NASA confirmó la existencia de hielo en los polos presente a la sombra de cráteres debido a que la pequeña inclinación del eje de la Luna hace que la luz solar nunca llegue a esas regiones. Si va a dejar su base para salir a pasear, tome los recaudos pertinentes.

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