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Cuentos con raíces: historias para compartir, aprender y plantar

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María Arteaga, la autora de los libros plantables. Foto: Cuentos con raíces

LIBROS PLANTABLES

Una maestra uruguaya es la autora de cuentos que se imprimen en un papel plantable que contiene semillas.

Cuentos con raíces es un emprendimiento que busca reunir a las personas a través de la lecturay de las historias, invitando a los más chicos a que las recreen, las dramaticen y hasta las planten.

Sí, que las planten, porque se trata de una serie de cuentos que se pueden plantar luego de haberse compartido: la uruguaya María Arteaga es su autora y contó a El País que la idea nació del deseo “de volver un poco al cuento tradicional, a ese que se lee en familia, el cuento con el que hay que sentarse a leer, a recrear y a acompañar”.

Arteaga es maestra y escribe cuentos desde hace tiempo: publicó varios y cuando llegó la pandemia por el coronavirus, por supuesto, no dejó de escribir. “La pandemia nos complicó a todos y a las editoriales también, que están con sus presupuestos complicados, ya que es muy caro publicar e ilustrar para niños. Como yo seguí escribiendo, en un momento dije ‘bueno, los voy a empezar a hacer yo misma’”, contó la autora. “Se me ocurrió presentarlos así, impresos en un papel plantable, que, por suerte, se produce en Uruguay. Es un papel que viene con semillas de lechuga, tomate, rúcula, etc. Yo compro ese papel y en el mismo imprimo mis cuentos”, señaló.

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Los libros creados por esta maestra uruguaya no vienen solos: para que los niños puedan trabajar con los personajes y recrear la historia, cada cuento viene en una caja con distintos elementos. La autora contó que, por ejemplo, en el caso del cuento llamado La abuela Colina, la caja viene con telas para que los lectores hagan su propio delantal y también incluye elementos para que los niños pinten a los personajes dibujados.

La idea es que sea un material que invite a un momento de disfrute, “de leer y de hacer; no simplemente de entregar la caja, porque con la caja el niño solo no sabe qué hacer”, sostuvo Arteaga.

Las historias están pensadas para chicos de entre 3 y 7 años: la autora sostuvo que “hay de todo, porque si bien apunto a un público pequeño, tengo dos cuentos que son más para niños de 5° y 6° año de escuela”.
Hasta el momento cuenta con seis historias diferentes, que vienen cada una en su caja con los materiales correspondientes, pero seguramente se sumen más.

Este material es ideal para los docentes que quieran hacer actividades en clase, como para los padres o abuelos que gusten de sentarse con los más chicos de la familia a leer.

Arteaga contó que recientemente, por ejemplo, una maestra llevó una de las cajas al jardín para sus alumnos: “Después de haber trabajado el personaje y leído el cuento, en vez de plantar el papel en el centro de estudios, la maestra les dio un trocito de hoja a cada niño para que se lo llevaran a sus casa y allí lo plantaran”.

“Las historias que realmente quedan enraizadas en nuestro corazón van más allá del libro, porque nos queda el recuerdo de lo que hicimos con la historia”, sostuvo la docente, agregando que siempre tienen un mensaje para los lectores.

El concepto de “cuento plantable” es algo novedoso, aunque “el que lo quiere plantar lo planta y el que no, se lo guarda”, dijo Arteaga. Además, en la caja también viene un set de plantación que consiste en una palita y un rastrillo, que a los más chicos “les encanta porque es un set chiquito y es un motivo de juego también”, añadió a El País.

Cada cuento con su respectiva caja de materiales sale $ 500 y se los puede encargar contactando a la autora a través de su cuenta de Instagram.

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